Nueve historias para alegrarte de la Lotería de Navidad aunque no te haya tocado
Te dibujarán una sonrisa aunque no hayas tenido suerte ni con la devolución.
“Al menos tenemos salud” es una de las frases más socorridas cada 22 de diciembre para todos aquellos a los que no les ha tocado ni la devolución en el sorteo de la Lotería de Navidad. Otro consuelo, aparte de pensar que aún queda el Sorteo del Niño, puede ser pensar en todas aquellas personas que sí han sido agraciadas, ya sea con algún pellizquito o directamente con el Gordo, y que lo necesitaban, que se lo merecían o que tenían una historia curiosa detrás.
Estos son nuebe ejemplos, empezando por el más sonado (y más rocambolesco) del día:
1. Perla, la estrella del sorteo
Cada detalle de la historia de Perla, protagonista indiscutible de la jornada, superaba al anterior. Sentada en el patio de butacas del Teatro Real, a ella fue a quien apuntaron las cámaras muy pocos minutos después de que se cantara el Gordo... ¿le había tocado?
Tras ser escoltada al exterior, compareció ante los medios y se confirmó que llevaba un décimo ganador. Había comprado 95 porque su padre fallecido se le apareció en un sueño y la animó a jugar. Ella se lo tomó al pie de la letra y, precisamente, uno adquirido durante unas vacaciones en Asturias era el 05.490.
“Yo fui una de las empleadas del palacio del Gobierno”, explicó Perla, originaria de Perú, y que trabajaba en la cafetería de La Moncloa. “Me echaron a la calle, estaba cobrando ahora mismo el paro”, añadió.
Para ella, “esto es obra de Dios”: “Dios es grande, sabe por qué hace las cosas”. Más allá de los designios divinos, el destino terrenal del dinero lo tenía bien claro: comprará una casa para ella y para sus hijos.
2. “Vine en patera”
Ibrahim nunca había jugado y compró su décimo, agraciado con un segundo premio, este mismo martes por la tarde. “Yo llegué aquí en 2017, en febrero”, relató en Hoy Por Hoy, de la Cadena SER. “De África a Italia vine en patera y de Italia aquí, en autobús”, detalló sobre su periplo desde Gambia hasta Olot (Girona), donde vive desde hace cinco años.
Él ni siquiera sabía lo que era la Lotería de Navidad; según EFE, vio a mucha gente acudir a una administración y tuvo que preguntar que eso qué era. Probó suerte y ésta lo acompañó.
Tampoco era consciente de cuánto había ganado y fue su mujer quien le informó de que le habían tocado 120.000 euros. Fue ella también quien le dijo de que si iba a comprar “tenía que acabar en cuatro”.
Ese dinero lo utilizará para mejorar la empresa de su mujer. “Y yo soy cantante, también tengo que comprar mis máquinas de música. Voy a hacer un estudio”, añadió. Y, por supuesto, ayudará a su familia en Gambia.
3. Un Gordo para parar un desahucio
Cristina y Carmen, dos amigas de toda la vida de Cáceres hicieron juntas un viaje a Aranda de Duero (Burgos). A la vuelta, pararon en Valladolid y compraron un décimo. “Siempre jugamos uno a medias y terminado en 0”, detallaron al periódico local Hoy.
Este jueves, ese número ha resultado ser el del Gordo, algo que para Cristina no solo supone euforia, sino una paz inmensa: podrá parar un desahucio.
“Solamente pensar la tranquilidad de que no vamos a tener que sacar a mi abuela de casa con 93 años es una alegría, mi madre estaba desahuciada, es algo que no sabía nadie, no lo habíamos contado por la vergüenza”, relató. Las dos amigas también se darán un homenaje junto a sus parejas: “Un viajecito los cuatro nos pegamos”.
4. Se pueden dar muchos premios, pero como el Gordo, ninguno
Galicia ha sido uno de los rincones de España más regados por la suerte este jueves. María José Petisco, de la administración A Meiga de Noia (A Coruña) vendió “un decimito del Gordo”, como cuenta por teléfono a El HuffPost, lo que califica como una experiencia “buenísima, buenísima, buenísima, buenísima”.
“Siempre esperas dar algo pero como ya dimos alguno pues dices ’igual ya se paró la cosa”, señala. Fue al mirar en la página de Loterías para ver dónde había caído el Gordo cuando vio su propia dirección. ”¡La miré dos veces!”, recuerda entre risas. “Dije ‘¡no, no, no!’ y luego ‘sí, sí, sí’... fue genial”, añade.
La lotera ya había repartido en otras ocasiones el Gordo, “un cuarto y tres quintos”. Hoy, la broma en su administración es que todo el que pasaba decía “Yo no fui”; quien comprara el décimo aún no ha aparecido. “Comentaban por la mañana que si había una chica que lo estaba celebrando, que si era un chico... la verdad es que por aquí no hay nadie y menos cuando está aquí la televisión”, explica.
“Aquí dimos muchos premios, tanto de Primitiva como de Bonoloto, un premio millonario del Euromillón, de 65 millones de euros, que se dice pronto... pero es que la Lotería de Navidad es algo especial, y dar el Gordo es ya...”, señala sobre lo que supone para ella haberlo vendido. “El premio es una satisfacción. Yo quiero que la gente esté contenta”, resalta. Además, luego es un reclamo que aumenta las ventas: “Siempre se nota. Hace mucho, la verdad es que sí”.
Sobre cómo lo va a celebrar, afirma que éstos “son días de mucho trabajo, pero en la cena de Nochebuena seguramente nos echaremos unas risas y lo celebraremos los de casa, todos juntos”.
5. La constancia tiene premio
Entre los muchos lugares a los que ha ido a parar el Gordo —se cumple el tópico de ‘muy repartido’— figura Bilbao. Allí, en la calle Alameda Urquijo, los diez décimos vendidos los compró una misma familia, según El Correo.
Como ha contado el gerente de la administración, Sergio, la familia llevaba décadas jugando al mismo número: “Es un premio muy bonito para nosotros, porque le ha tocado a una familia que lleva más de treinta años, o quizá cuarenta, abonada a este mismo número: todas las semanas cogen un décimo y, en los sorteos de Navidad y el Niño, un billete entero”. Tanta persistencia ha dado finalmente sus frutos.
Además, el premio da para otra anécdota, de la que ha sacado pecho el lotero en una entrevista con EFE: “Argentina ganó el Mundial de Fútbol en 1986 y dimos el Gordo; Argentina ha ganado este año y también lo hemos dado”.
6. Un lotero doblemente suertudo
Luis, lotero de La rana de Oro, en el centro comercial Río Shopping de Arroyo de la Encomienda, en Valladolid, ha protagonizado una de esas casualidades propias de una alineación de planetas: no solo ha vendido nueve décimos del Gordo, sino también una serie del cuarto quinto. En total, ha repartido un nada desdeñable pellizco de 3.660.000 euros.
Los vendió por décimos entre los compradores del centro comercial, pero uno del Gordo viajó a Gijón. Como apuntó a EFE, el 05.490 lo agotó en octubre por ser un número de los que “entran por los ojos”.
7. 40 millones por un cumpleaños
En otro centro comercial, el del Palacio de Hielo de Madrid, se han vendido diez series del Gordo, por ser la fecha de cumpleaños de Luis López, el hijo de la dueña de la administración.
Nació el cinco de abril del 90, “casi como la canción de Celtas Cortos”, ha bromeado en EFE, y por eso lo juega todos los años. Solo por ese motivo lo pedían ex profeso.
Los décimos lo vendieron en ventanilla, por lo que el dinero ha quedado muy repartido entre otros comerciantes de locales anexos y vecinos de la zona.
8. Dos hermanos cumplen el sueño de su bisabuelo
En el País Vasco no solo se ha descorchado el champán en la calle Alameda Urquijo de Bilbao. A escasos 15 kilómetros, en Santurtzi, una administración ha roto la maldición que le había acompañado durante sus 130 años de historia.
Hasta hoy. Ya, por fin, puede decir que ha dado un premio de la Lotería de Navidad. Concretamente, la administración ha repartido parte de un quinto premio, el 38.454, que se ha vendido tanto en ventanilla como al bar Txoko del municipio.
David y Ruth Hernández, la pareja de hermanos que regentan este establecimiento familiar, han contado a Europa Press que tenían consignadas 20 series. Además, han informado que han vendido prácticamente la totalidad de los décimos que tenían repartiendo entre los vecinos y visitantes casi 1,2 millones de euros.
“Desde mi bisabuelo teníamos la espinita de dar un premio de Navidad y ya ha llegado”, ha celebrado David, que promete no olvidar este día.
9. Osasuna cierra un 2022 redondo
Está siendo una temporada histórica para los aficionados de Osasuna. El club navarro sigue empañado en no dejar de dar alegrías a sus socios y seguidores y lo quiere hacer tanto dentro como fuera del campo.
En esta primera parte de la temporada, hasta el parón liguero que se hizo por el Mundial de Qatar, el equipo que dirige Jagoba Arrasate había ganado siete de los 14 partidos disputados. En total, ha sumado ya 23 puntos y está a uno del cuarto clasificado, que tiene acceso a jugar la fase previa de la Champions.
Para redondear esta inmaculada temporada y dar un último regalo, Osasuna ha informado a través de su cuenta de Twitter que ha vendido a través de su página web el número 88.509, uno de los quintos premios en el sorteo.
“¡Enhorabuena a los rojillos premiados!”, ha felicitado el equipo navarro.