Portamascarillas: otro imprescindible de este verano atípico
¿Terraza, playa o piscina?
La nueva normativa que elimina la obligatoriedad de la mascarilla al aire libre trae consigo nuevos rituales y un accesorio fundamental: el portamascarillas.
Este complemento, que comenzó a despuntar hace un año durante de la desescalada se hace ahora un básico para llevar en bolsos y bolsillos. Es imprescindible para guardar la mascarilla en un lugar limpio y seco, lista para ponerla al entrar en un interior, acceder al transporte público o en una calle concurrida.
Las recomendaciones son muy claras: no meterla en el bolso, no meterla en el bolsillo, no guardarla en una bolsa de plástico, no colocarla en el codo ni en la barbilla... Estos son vehículos de transmisión de bacterias o virus y de lo que se trata es de mantenerla lo más estéril posible. Por eso lo más seguro es guardarla en una bolsa de papel o de otro material transpirable.
A continuación, algunos ejemplos de fundas y portamascarillas seguros:
Las hay de cartón, como estas que se pueden comprar en Ebay en paquetes de 10 por 5,50 euros.
También hay bolsas de prolipopileno, un tipo de plástico muy seguro utilizado para fabricar material sanitario, como las propias mascarillas quirúrgicas. Éstas se venden en Amazon y cuestan 4,35 euros.
También en Amazon se puede comprar este estuche portamascarilla, de prolipopileno disponible en varios colores. El pack de cinco cuesta 16,99 euros.
Esta, más divertida y también de prolipopileno, es de la firma AnimalStudio. Tiene un precio de 7,99 euros y se puede personalizar.
Si prefieres las cosas sencillas, este portamascarillas de Moleaqi está disponible en una decena de colores y es el más vendido de Amazon. Sirve tanto para FFP2 como para quirúrgicas y cada uno cuesta 5,95 euros.