¿Por qué no soy capaz de llegar al orgasmo? Los expertos lo explican
Hay motivos físicos y mentales que impiden alcanzar el clímax, pero también hay formas de resolverlo.
Nadie nace sabiendo mágicamente cómo tener un orgasmo. Algunas personas necesitan años de actividad sexual antes de dominarlo... o no.
Según un estudio, apenas un 18,4% de las mujeres llega al orgasmo sólo a través del coito; normalmente necesitan estimulación del clítoris. Pero tener pene tampoco garantiza que todo vaya rodado: en un estudio publicado en el Journal of Sexual Research, un cuarto de los hombres afirmó haber fingido el clímax alguna vez.
¿Tienes curiosidad de saber por qué ocurre esto? Sarah Hunter Murray, investigadora sexual y terapeuta de relaciones, asegura que hay un montón de factores en juego, tanto físicos como mentales. Los más habituales son estos:
Probablemente el problema es que no has encontrado la mejor técnica para ti. Por ejemplo, la causa física más común de que las mujeres cisgénero no alcancen el orgasmo es "la falta de estimulación del clítoris", señala Murray. "La mayoría de las posturas sexuales —especialmente en el sexo heterosexual por penetración— no estimulan adecuadamente el clítoris".
Muchas personas sienten que les cuesta más de lo normal, pero quizá se debe a que "la parte del cuerpo más sensible y erógena" necesita más estimulación, insiste Murray.
Según Sunny Rodgers, sexóloga clínica y coach, a veces es necesario investigar o charlar con un experto o con un profesional de la salud mental para llegar bien al orgasmo. Algo tan simple como "hacer ejercicios pélvicos puede facilitar el clímax, tanto durante el sexo como durante la masturbación", asegura.
También hay que relajarse y tomarse su tiempo: para alcanzar el clímax, a veces se necesitan 20 minutos de estimulación de clítoris (o más), apunta Rodgers.
El dolor es otra de las posibles causas. Trastornos como endometriosis o vaginismo, o que la técnica de tu pareja no logra el efecto pretendido, pueden impedirte disfrutar del sexo al máximo. Algunos métodos anticonceptivos tienden también a reducir la libido y la función sexual.
Además, si los hombres cisgénero "experimentan algún problema que les quite interés en el sexo —como falta de deseo sexual o dificultad de lograr o de mantener una erección—, es evidente que les costará mucho más alcanzar el orgasmo", señala Murray.
Hay muchos factores que pueden provocar disfunción eréctil, desde problemas de salud hasta consumo de tabaco, pasando por la medicación. Es importante consultarlo con un médico si empiezas a tener problemas de deseo sexual o de erección.
Murray explica que el bloqueo mental es capaz de impedirte llegar al orgasmo. A algunas personas les cuesta mantenerse presentes durante el acto sexual y concentrarse en las sensaciones, argumenta.
"Puede deberse a un montón de razones, desde una desconexión emocional con la pareja, hasta la sensación de estrés o preocupación en su vida, pasando por inseguridad y complejos con su físico o un historial de traumas sexuales", enumera Murray. Algo tan simple como una discusión con tu pareja, por la que sigues enfadado o triste, puede impedirte llegar.
Rodgers añade que la vergüenza también juega un papel importante en la dificultad de alcanzar el clímax. "Aunque parece que vivimos en una sociedad cada vez más sexualizada, con presencia del sexo en campañas de publicidad, películas y redes sociales, ese temática abiertamente sexual puede tener un efecto negativo en hombres y mujeres", señala.
"Las expectativas no realistas" de cómo necesitas ser y comportarte durante el sexo también tienen una "consecuencia físicamente debilitante" que puede alejarte del orgasmo, indica Rodgers.
Esta sexóloga también ha trabajado con clientes que viven con un "miedo muy arraigado al orgasmo", que les impide experimentar placer durante el sexo. "Les dan miedo las posibles consecuencias del orgasmo, como hacerse adicto al sexo o sentir que están engañando a su pareja por tener un orgasmo solos [masturbándose]", dice. Si este es el caso, Rodgers recomienda hablar con un terapeuta que te ayude a trabajar el tema.
También hay problemas de salud mental, como ansiedad y depresión, que afectan a la capacidad de disfrutar del sexo y de alcanzar el orgasmo. Si tienes problemas para llegar al orgasmo por una razón desconocida, acude a un médico o a un profesional de la salud mental.
Vamos con la buena noticia: hay formas de derribar tanto las barreras físicas como las psicológicas para tener la experiencia más placentera posible.
Si tienes una falta de conexión emocional o sigues resentido por una pelea, los expertos recomiendan hablarlo con tu pareja antes de meteros bajo el edredón la próxima vez. Varias investigaciones demuestran que la comunicación abierta lleva a una mayor satisfacción sexual.
Aparte de esto, trata de no centrarte en el orgasmo en sí. Puede sonar contraintuitivo, pero la ansiedad por la falta de clímax puede hacerlo aún más inalcanzable, advierte Murray. En cambio, trata de saborear las otras partes del sexo, especialmente los preliminares.
"Aunque el orgasmo tiende a ser considerado como el principal acontecimiento de un encuentro sexual, poner demasiada presión al hecho de tener un orgasmo suele ir en detrimento del disfrute sexual", sostiene Murray. "Porque si nos centramos en el orgasmo, ponemos nuestra atención en la meta y no en el viaje".
La estimulación no siempre sale bien al primer intento. Quizá se necesitan varios. "El masaje de próstata puede no tener respuesta las primeras dos o tres veces que se realiza, por ejemplo", apunta Rodgers. "Mi mejor consejo es no presionarse a uno mismo y ser paciente. Recuerda: lo bueno se hace esperar".
Ten en cuenta también que la estimulación del clítoris (para quien lo tenga) es la forma más fácil de alcanzar la cumbre, añade Rodgers, y esto funciona ya sea sola o acompañada.
"Para llegar al clímax lo más fácil es usar un vibrador", especifica Rodgers. "Pero, independientemente de si se usa un dedo o un vibrador, asegúrate de usar lubricante. La lubricación te ayudará a suavizar la experiencia y a hacerla más placentera".
Luego, cuando te vas acercando, quizá te apetece probar a tensar y liberar los músculos de Kegel. "A veces el cuerpo necesita algo de ayuda e inspiración", añade.
"Balancear rítmicamente la pelvis o subir y bajar la región pélvica ayuda a las mujeres [cisgénero] a activar los músculos del suelo pélvico y así alcanzar más fácilmente el orgasmo", prosigue Rodgers.
Si tienes pareja, Murray sugiere que seas "curioso, experimental y abierto" con nuevas experiencias que te harán más fácil llegar al clímax.
"Trata de probar posturas sexuales distintas durante el coito para ver si algunas estimulan más y mejor", propone. "Mastúrbate para descubrir cómo te gusta que te toquen y comparte esa información con tu pareja. Quizá un juguete sexual con vibración también funciona".
Por último, es posible que el mayor obstáculo esté en tu cabeza: la ansiedad puede inhibir la satisfacción sexual. En general, aliviar el estrés (y hay muchas formas de lograrlo) contribuye a mejorar la situación en la cama.
"Prueba diferentes técnicas de relajación, intenta hacer meditación para estar más presente (también durante la estimulación sexual) o busca formas de conectar romántica y emocionalmente con tu pareja antes de entrar al lío", sugiere Murray. "Prueba a hacer algo nuevo o excitante que incremente vuestro placer y excitación".
Quizá es eso lo que necesitas para llegar a lo más alto.