¿Por qué los hombres tienen barba y las mujeres no?
Las razones son bioquímicas y evolutivas.
Hay algo en común entre los hípsters de hoy en día y los hombres prehistóricos de hace 100.000 años: la barba. El vello facial es una de las características masculinas por antonomasia, uno de los más conspicuos rasgos físicos que distinguen a un hombre de una mujer. La principal razón por la que los hombres tienen barba y bigote y las mujeres no es de tipo bioquímico.
La causante del crecimiento del vello facial en los hombres es la dihidrotestosterona, una hormona relacionada con el comportamiento sexual que se produce a partir de la testosterona, y que también es responsable de la alopecia masculina. El crecimiento de la barba empieza en la pubertad y la velocidad a la que crece y la forma y color que adopta depende de las características genéticas de cada individuo.
En el caso de las mujeres, los niveles de dihidrotestosterona son tan bajos que no provocan ni la aparición de vello facial ni calvicie, al menos en grandes cantidades, aunque hay excepciones.
Razones evolutivas
“La barba en el hombre es análoga a la melena de los leones machos, que crece durante la pubertad preparando así a los machos para los combates. La hormona responsable del comportamiento agresivo de los machos en todas las especies de mamíferos, la testosterona, hace crecer la barba en los hombres para proteger la mandíbula, los dientes y el mentón de los golpes durante las peleas entre machos al igual que la melena del león protege su cuello de los ataques de sus adversarios”, señala la Wikipedia.
Otra de las razones que se consideran explicativas del crecimiento de la barba en los hombres es que esta ayuda a aparentar un mayor tamaño y mayor fiereza y vigor, al igual que los leones con su melena, lo que en la naturaleza sirve para intimidar a los adversarios y conseguir así aparearse con las hembras. Y es que la barba puede ayudar a proteger la zona del mentón y la barbilla de golpes.
La barba y la historia
Los hombres barbudos han existido desde el principio de la especie humana, y esta característica se ha relacionado a lo largo de la historia con una mayor sabiduría, estatus social, virilidad e incluso potencia sexual. Los antiguos griegos portaban largas y cuidadas barbas. El caso los habitantes de Esparta, la belicosa ciudad-estado griega, es revelador: a aquellos que mostraban cobardía en el combate se les afeitaba la barba.
Por el contrario, los romanos se afeitaban. Ya en la antigua Roma ya existían barberos, que tenían mucho trabajo, ya que a los romanos no les gustaba lucir barba para distinguirse de los griegos y porque la consideraban una característica de los pueblos bárbaros.
La estética es una concepción cultural, de modo que a lo largo de la historia distintas sociedades han considerado por diversos motivos que la barba es atractiva... o todo lo contrario. Incluso ha sido una seña distintiva de ideologías, como ocurría con el incipiente movimiento obrero de principios de siglo. La barba en la actualidad vuelve a estar de moda y, además de la estética, se considera que porta ciertos beneficios a los hombres que la llevan.