Por qué 'Jojo Rabbit' debe ganar el Oscar a la Mejor película y por qué no
Ni siquiera aparece en las quinielas, y no porque no tenga cualidades para ser la mejor de 2020.
Ni aparece en las quinielas. Jojo Rabbit se descuelga de las apuestas para ganar el Oscar a la Mejor Película de 2020. No es la única: a Mujercitas y a Le Mans ’66 tampoco se les tiene demasiado en cuenta. Sin embargo, la cinta dirigida por Taika Waititi merece un poco más de atención.
Jojo Rabbit rompe con los tiempos en los que el humor está a prueba constantemente y los propios humoristas se replantean sus chistes antes de contarlos. La película protagonizada por Roman Griffin Davis, de 12 años, demuestra que el humor es un arma capaz de desmontarlo todo. El humor y la mente de un niño.
El largometraje cuenta la historia de un niño que pertenece a las Juventudes Hitlerianas durante la Segunda Guerra Mundial y quiere convertirse en el mejor nazi. Está obsesionado hasta tal punto que su amigo imaginario es el dictador alemán.
Taika Waititi arriesga tanto que no sólo dirige la película, sino que también encarna la caricatura de Hitler en esta comedia negra que surgió de un libro que le había descubierto su madre (Caging Skies, de Christine Leunens). Indudablemente, Waititi ha sabido llevar la obra a su terreno.
Con la baza del humor, el director ridiculiza cualquier cosa que tenga que ver con el nazismo y subraya que semejantes ideas sólo pueden tener cabida en la mente de un niño manipulado. Los diálogos reman a favor. “Te pedí el dibujo de dónde viven los judíos. Este es uno de mi cabeza”, dice Jojo, el protagonista. “Sí, ahí viven”, le responde Thomasin Harcourt McKenzie (Elsa).
Hollywood no veía una interpretación tan sensacional de un niño desde que Jacob Tremblay coprotagonizó La habitación, en 2015. El canadiense, que ahora tiene 13 años, estuvo nominado a Mejor actor de reparto en los Premios del Sindicato de Actores y ganó el premio de la Crítica a Mejor actor joven, mientras que Brie Larson se llevó el de Mejor actriz en los Oscar.
En La habitación el protagonismo estaba compartido y Tremblay ya había hecho algún papel antes, pero en Jojo Rabbit Roman Griffin ha debutado llevando a sus espaldas todo el peso de la película. Eso sí, con una compañera de reparto que ha ayudado, y mucho, a que su figura brille. Por algo Scarlett Johansson está nominada a Mejor actriz de reparto por esta película y hace doblete al estarlo también a Mejor actriz por Historia de un matrimonio.
Por todo eso y por algunas cosas más, Jojo Rabbit no debe irse de vacío de los Oscar 2020, aunque haya tantas razones para ganar la estatuilla a la Mejor película como para no alcanzarla:
1. Porque al verla, nadie duda de que Jojo Rabbit es una película especial.
2. Es un largometraje arriesgado, que trata un asunto muy complicado de la Historia y le da un giro radical gracias al humor.
3. Nadie chirría en el reparto por hacerlo peor que otro: ni Roman Griffin, ni Scarlett Johansson, ni Taika Waititi, ni Thomasin Harcourt McKenzie, ni Archie Yates (el otro niño de la película, de 11 años), ni Sam Rockwell.
4. Tiene una premisa fantástica y un guión maravilloso. De hecho, los BAFTA le han dado un empujón de última hora al premiarla en la categoría de Mejor guión adaptado.
5. Es una comedia que rompe todos los estereotipos posibles, desde el racismo hasta la homofobia.
6. El director ha conseguido una película con sello y mucha personalidad.
1. La película va de más a menos. Empieza con mucha fuerza y la va perdiendo a lo largo de sus 108 minutos de duración.
2. Arranca como una comedia y acaba cargada de sentimentalismo. Su parte final recuerda a La vida es bella.
3. Porque Taika Waititi tiene fama de ser de esos directores que se sienten más inteligentes que su público.
4. Es una película para pasar un buen rato e incluso puede arrancar alguna lágrima, pero en conjunto no es un largometraje redondo.
5. Porque compite con Joker, con Érase una vez... en Hollywood, con 1917 o con Parásitos.