Por qué estos franceses van a votar en blanco por primera vez
"Sea cual sea el resultado del día 24, los próximos cinco años van a ser terribles”.
De cara a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que vuelve a enfrentar a Emmanuel Macron con Marine Le Pen, los más insatisfechos no van a votar esta vez contra la extrema derecha. Por primera vez en su vida, se preparan para no acudir a las urnas.
Muchos lectores han escrito a la edición francesa del HuffPost para explicar por qué esta vez van a votar en blanco o se van a abstener.
Françoise se limitó a romper su tarjeta censal y se sintió “muy bien” al hacerlo. “He votado siempre desde que tenía 18 años”, explica esta profesora de teatro de 62 años. “Desde hace años, en la segunda vuelta, no voto por un candidato, sino para evitar a otro candidato peor, y esta situación empezaba a mosquearme”.
No votó en la primera vuelta de estas elecciones y no irá a la segunda. La pandemia no tiene nada que ver. “En mi trabajo me dijeron que yo era ‘no esencial’ durante la pandemia. La cultura no aparece en los distintos programas de los candidatos. Entonces, ¿para qué moverme?”.
Si Marine Le Pen sale elegida en la segunda vuelta, teme que Francia salga de Europa. “Está por ver si su discurso es menos de extrema derecha que el de su padre”, concluye.
A sus 47 años, Bertrand, ingeniero, admite que más de una vez ha “votado útil”. Cada vez que he dado un voto útil me he arrepentido”, dice. Hace tiempo que dejé de confiar en los políticos para resolver los problemas, así que empecé a actuar a nivel individual. Sin embargo, ante la emergencia climática, se siente “impotente” porque “es un problema colectivo”.
Para él, ni Emmanuel Macron ni Marine Le Pen se toman en serio este problema. “Lo han ignorado por completo”, subraya. No irá a votar en la segunda vuelta, algo que nunca había hecho, pero espera que Macron sea reelegido, “con los mínimos votos posibles”.
La probabilidad de que la candidata de Agrupación Nacional gane las elecciones le parece “infinitesimal”. Se sentiría “mal” si ocurriera, pero ha decidido “correr el riesgo”.
“Es una posición difícil con mi familia y mis amigos”, admite. “Pero me reconforta mi decisión teniendo en cuenta que Macron no ha hecho hasta ahora ninguna propuesta concreta y creíble para comprometerse con votantes como yo”.
Al día siguiente de la primera vuelta, Sylvain, de 47 años, se sintió “aislado” e “incomprendido”. “Mis valores son de izquierdas, una izquierda humanista opuesta al neoliberalismo”, escribe este padre de dos adolescentes, que también se prepara para no votar por primera vez.
“Estoy harto de que se culpe de los resultados a los partidos pequeños o a quienes los votan”, dice. “Macron y sus amigos han provocado esta situación, estaban esperando estratégicamente esta segunda vuelta contra Le Pen. Ahora, que se las arreglen entre ellos”, escribió.
Entre las razones esgrimidas para no votar a Macron, cita la “mentira” de la Convención Ciudadana del Clima, la “destrucción” de los servicios públicos, el “escándalo” de las consultoras, el apoyo al lobby de la caza, la “marcha atrás” sobre el glifosato... “El domingo 24 de abril iré al cine”.
“Si la señora Le Pen es elegida, todos tendremos nuestra parte de culpa”, señala. “Pero antes de llegar a mí, la cadena de responsabilidad es muy larga”. En el último contacto entre el HuffPost y este lector, Sylvain ha decidido finalmente ir a votar, “en blanco o a Macron”.
Hijo de un inmigrante eslovaco y de una italo-austríaca, Jean-Paul está jubilado desde hace 18 meses. Los dos candidatos que se enfrentan no le permiten “mirar el futuro con serenidad”. “El ascensor social parece funcionar en sentido contrario desde hace unos años. La clase media está cada vez más devaluada”.
“Desde hace varios mandatos, el frente republicano ha ‘confiscado’ mi voto y esta vez no será así”, explica este ex funcionario de 62 años. Lamenta profundamente que el voto en blanco no sea reconocido en Francia y se abstendrá de votar el 24 de abril.
Tras ver que “la mayoría de los baby boomers han votado a Macron”, Jérôme, que pronto cumplirá 60 años, se comprometió con sus hijos a no votar. El 24 de abril será “la primera vez en 40 años” que no irá a votar.
“No votaré porque no sé si no tendré la tentación en el último momento de hacer alguna estupidez”, escribe. “Es mejor que no me arriesgue. Sea cual sea el resultado del día 24, los próximos cinco años van a ser terribles”.
Cécile, de 50 años, ha encontrado la alternativa “menos insatisfactoria” como votante. No volveré a votar”, escribe esta abogada. Delegaré mi voto en mi hija durante el resto de mi vida y ella hará lo que quiera con ese voto”.
Por tanto, su hija de 23 años tendrá derecho a dos papeletas. “Estoy agotada por lo que me han impuesto los políticos en los últimos veinte años”, explica Cecile. “Nunca viviré con miedo. Mi generación ha fracasado, les toca a las siguientes tomar el relevo, y lo harán con mucha menos complacencia”.
Existe una alternativa: inscribirse en Alter-votants, una plataforma que pone en contacto a nacionales con derecho a voto y extranjeros residentes en Francia sin derecho a voto. “Es un acto simbólico, por supuesto, pero es legal y creo que es el único que me permite que mi voto sea útil de verdad”, escribe un usuario en Twitter.
Algunos votantes se permitieron tomarse el tiempo entre las dos vueltas para tomar una decisión. Es el caso de Jean-Louis, librero jubilado. “A estas horas, mi decisión entre un voto en blanco y un voto a Macron aún no está tomada”, escribe. “La brecha que muestren los sondeos entre Le Pen y Macron me ayudará a decidirme”.
No “cree” que Marine Le Pen pueda ganar, pero “si eso ocurriera, las elecciones legislativas serían una forma de corregir el resultado”. Sin embargo, sentiría “una profunda tristeza por el futuro de este país y su lugar en Europa”.
Jennifer, de 39 años, trabaja en un departamento de atención al cliente y también tiene dudas. “Todavía no me he decidido porque la decepción de la primera vuelta es demasiado grande”, dice. “Demasiados candidatos, demasiados egos que no quisieron unirse”.
Hace cinco años, votó a Emmanuel Macron en la segunda vuelta “para no dejar pasar a Marine Le Pen”, pero esta vez probablemente votará en blanco. “Sería como tragarme mi propio vómito”, concluye.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Francia y ha sido traducido del francés por Daniel Templeman Sauco.