Por qué dice Fujimori (sin pruebas) que ha habido fraude electoral
Organismos nacionales e internacionales desmontan sus acusaciones.
Mientras los peruanos actualizan sin descanso la web de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) —que comunica los votos contabilizados en la segunda vuelta electoral del pasado domingo—, la candidata Keiko Fujimori y su propio partido, Fuerza Popular, se han dedicado estos días a diseminar la sospecha de un “fraude sistemático” en dichos comicios.
Fujimori, que con el 98,3% de las actas escrutadas va en segundo lugar a unos 70.000 votos de su contrincante Pedro Castillo, denunció el lunes “indicios de fraude” presuntamente cometidos por el partido de Castillo, Perú Libre. “Hay una clara intención de boicotear la voluntad popular”, dijo en rueda de prensa.
El martes, la candidata a la segunda Vicepresidencia por el partido de Fujimori, Patricia Juárez, insistió en que hay denuncias de “hechos que no corresponden a un proceso donde se quiera respetar la voluntad popular”.
Los organismos electorales del Perú han echado por tierra estas acusaciones, desmontando uno por uno los bulos que se estarían difundiendo desde una parte de la bancada de Fuerza Popular (y que las redes sociales se están tomando en general a guasa y con memes, aunque también con temor por los antecedentes del padre de la candidata, Alberto Fujimori).
Estos son los argumentos (desmontados) por los que Keiko Fujimori agita el fantasma del fraude:
1. Las actas impugnadas
Según Fujimori, su partido rival, Perú Libre, del candidato izquierdista Pedro Castillo, ha impugnado a mala fe más de 1.300 actas electorales que contienen alrededor de casi 400.000 electores, a un promedio de 300 votantes por acta.
Según los datos del recuento, hay 1.369 actas bajo observación por distintos aspectos, pero sólo cuatro anuladas y una impugnada, mientras que 461 contienen algunos votos impugnados por parte de ambos partidos, que una vez resueltos no afectará al cómputo del resto sufragios de cada acta.
“De ninguna manera se puede concluir que dichos resultados van a una única candidatura. No se dejen sorprender y menos compartir noticias falsas, cuyo único propósito es no reconocer el resultado de las urnas. Acusar de fraude sí es irresponsable”, advirtió el exjefe de la ONPE Fernando Tuesta.
Las demás actas aún no contabilizadas serán revisadas y analizadas por el Jurado Nacional de Elecciones por estar incompletas (104), no haber sumado bien los votos (397) o estar escritas de manera ilegible (60), entre otras vicisitudes que impiden de momento ser computadas.
2. Las actas sin votos por Keiko
Otra presunta irregularidad presentada por Fujimori fue un acta electoral donde Castillo tenía 187 votos y ella ninguno, cuando en la mesa de al lado su rival se llevaba 124 y ella 50. “Es estadísticamente imposible”, afirmó el candidato a vicepresidente por el partido Fuerza Popular, Luis Galarreta.
Sin embargo, la ONPE aclaró que “no hay lugar a duda sobre las cifras de los votos que consigna el acta de escrutinio” porque “dicho documento está firmado por los tres miembros de mesa y no ha sido observada por ninguna de las partes”.
El acta es de Huarango, municipio de Cajamarca, región del norte de los Andes peruanos de donde es oriundo Castillo, que en ese distrito ganó por 52.683 votos (78,8%) frente a los 14.130 de Fujimori (21,1%).
No es extraordinario que en una mesa todos los votos vayan para un solo candidato en zonas donde se concentra el voto por uno de los dos.
Ya pasó en anteriores elecciones en una mesa de San Cristóbal, de la sureña región de Moquegua, donde 127 personas votaron por Pedro Pablo Kuczynski y ninguna por Fujimori en 2016, y ha vuelto a pasar nuevamente allí esta vez, donde hay una mesa con 206 votos a favor de Castillo, cuatro nulos y ninguno por Fujimori.
3. El misterio del apellido Catacora
Al partido Fuerza Popular también le pareció un “indicio de fraude sistemático” que en una mesa del municipio de Ácora, a orillas del lago Titicaca, sus tres miembros llevasen Catacora por apellido.
La acusación de fraude viene por el hecho de que los tres serían miembros de una misma familia orientada a copar la mesa para favorecer a Castillo, que se llevó 197 votos frente a uno solo de Fujimori.
Sin embargo, Catacora es un apellido de origen aimara muy común, especialmente en Ácora, como aseguró a Efe Tito Catacora, natural de ese municipio y productor de la premiada película Wiñaypacha.
Catacora también era el apellido del anterior alcalde del distrito así como un excongresista de la sureña región de Puno, donde se ubica Ácora, e igualmente del actual presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora.
Puno es una de las regiones con mayor apoyo a Castillo, pues el candidato de izquierda se llevó 644.095 votos (89,2%) frente a los 77.461 (10,7%) de Fujimori.
4. Los votos adulterados
El día de la elección tuvo repercusión mediática la detención por parte de la Policía de dos representantes (personeros) de Perú Libre que habían marcado supuestamente a favor de su partido varias cédulas de votación, algo a lo que se acogió el fujimorismo para lanzar la hipótesis de que puede haber sucedido a escala nacional.
Según aclaró la ONPE, en el primer caso, donde se encontraron 87 cartillas adulteradas, el personero de Perú Libre no había marcado el símbolo de su partido sino que había firmado “donde le correspondía”, pero de manera irregular, ya que esto debía hacerlo en todo caso después del recuento.
Algo similar ocurrió en el otro lugar, donde una mujer hizo lo propio con otras 256 cédulas en la norteña ciudad de Chiclayo, donde en el lugar de la firma había puesto las siglas de su partido, pero de momento no se han reportado incidentes similares en el resto del país, por lo que todo apunta a que son dos hechos aislados.
Los entes nacionales e internacionales desechan la teoría del fraude
Ni la ONPE, ni la OEA ni ningún organismo oficial ha dado crédito a las acusaciones de fraude, sino todo lo contrario. El presidente del Jurado Nacional de Elecciones de Perú (JNE), Jorge Salas, lamentó este martes el “mal favor” que se hace a la democracia cuando se habla “de fraudes que no existen” y ha calificado de “opiniones” las denuncias de la formación de Fujimori. “El fraude implica un concierto de voluntades orquestado, planificado y ejecutado desde adentro y con el ánimo de causar una decisión torcida de afectar la voluntad popular y eso no existe, eso no se ha visto, eso no sucede. Eso no está sino en la febril imaginación de alguien”, ha señalado en la emisora RPP Salas, que ha advertido de lo “peligroso” e “incorrecto” de estas acusaciones.
Tampoco la Organización de Estados Americanos (OEA) ha observado indicios de fraude, sino al revés. El paraguayo Rubén Ramírez, jefe de la Misión de observación electoral de la OEA en Perú, ha felicitado en Twitter a las autoridades electorales del país por la utilización de “mecanismos que abonan a la transparencia de los procesos electorales y dan certeza a la ciudadanía”. “El escrutinio se realizó de conformidad con los procedimientos establecidos”, corroboró Ramírez.
Del mismo modo, la Misión de Observadores de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (UNIORE) reconoció públicamente que el proceso electoral del 6 de junio fue organizado de manera correcta y exitosa de acuerdo con los estándares nacionales e internacionales.
Y también la Asociación Civil Transparencia peruana ha desmentido las sospechas de fraude, y ha pedido responsabilidad a Fujimori. “No tenemos evidencia en nuestros reportes de que se pueda hablar de un fraude sistemático”, indicó a Efe la presidenta de la Asociación Adriana Urrutia, que añadió que corresponde al partido fujimorista Fuerza Popular “dar cuenta de por qué usó la palabra fraude”. “En un proceso del voto que ya es de por sí polarizado, decir fraude viene a generar zozobra. Solo hay que esperar con calma y tranquilidad los resultados”, pidió Urrutia.
Pedro Castillo es ya virtual vencedor, y así se ha proclamado él mismo, aunque todavía hay que esperar al 100% del recuento que elabora la ONPE.