Polonia, arrebatadora en el 30 aniversario de su democracia
Por mucho que te empeñes, no encontrarás ninguna excusa para no ir a Polonia. Tiene cultura, ciudades monumentales en cada rincón del país, naturaleza, es barato y tienes vuelos low cost desde la mitad de los aeropuertos de España. Este año es buen momento para hacer ese primer viaje, entre otras razones porque en 2019 celebran treinta años de democracia. Para festejarlo Polonia se ha puesto preciosa y está especialmente feliz.
Plan para un fin de semana
Si has decidido ir un fin de semana tu destino es Cracovia. Es la más interesante para la primera visita por su conjunto monumental y especialmente por las excursiones obligadas. A Cracovia se la puede clasificar como “obscenamente bella”. Su casco histórico es una enorme postal de calles adoquinadas, iglesias, torres, palacios y todo un parque temático dedicado a la figura de Juan Pablo II. Cada paso que Karol Wojtyła dio durante los veinte años que fue obispo de Cracovia tiene su recordatorio en forma de placa o escultura.
De tu fin de semana, has de reservar un día completo a sus dos excursiones. Las Minas de Sal de Wieliczka datan del siglo XIV y son un portento de la ingeniería. Su proclamación en 1978 como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO la han convertido con más de millón y medio de visitantes en una de las primeras atracciones turísticas del país. La mina es un viaje a 100 metros de profundidad por la historia de Polonia esculpida en sal.
Sin duda la visita que marcará tu viaje es el Campo de Concentración de Auschwitz-Birkenau. Conoces lo que allí pasó. Sabes lo que vas a encontrarte. No importa lo bien informado que estés ni los libros que hayas leído o las películas que hayas visto. Cuando entras en sus pabellones todo se detiene. La energía con la que entras se va consumiendo y de alguna manera sientes, que por el simple hecho de pertenecer a la especie humana, eres corresponsable de esos hechos. Auschwitz-Birkenau tiene que ser visita obligatoria. Contemplar aquellos hechos como algo pasado que la historia dejó atrás, sería muy peligroso.
Quizás quieras aprovechar un puente
A poco más de dos horas en tren desde Cracovia tenemos Varsovia, a la que debemos destinar al menos un par de días. Su ciudad vieja está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Quizás porque la sombra del Palacio de la Cultura es muy larga o simplemente porque hemos mirado siempre con mejores ojos a Cracovia, no se la ha valorado como merece.
Como toda buena capital, allí se encuentran los principales museos del país, muchos de ellos dedicados a su tremenda historia. Estar en el lugar y momento equivocados puede ser fatal. Durante buena parte del siglo XX, Hitler y Stalin le hicieron un sandwich dando como resultado la ocupación nazi primero y el régimen comunista después. El Museo del Alzamiento, el Museo de la Historia de los Judíos Polacos o el Museo de la Vida bajo el Comunismo son el diván de los recuerdos de Polonia.
Pero tanta turbulencia histórica no impide a Varsovia ser la ciudad de los jardines y de Frédéric Chopin. La ciudad está llena de parques donde se respira el romanticismo del compositor, su hijo más ilustre. El Parque Łazienki, sin duda el más bonito de la ciudad, acoge la gigantesca escultura de este genio cuya vida y obra puedes conocer en el Museo Chopin.
Mejor una semana entera
Sin duda venir una semana es la decisión más correcta que has podido tomar. Para completar los días vamos a añadir Wroclaw – Breslavia al itinerario, una de las ciudades más prósperas del país debido a su cercanía con Alemania. Muchas empresas germanas se han instalado allí gracias a las buenas carreteras y sobre todo a los bajos salarios.
Este poderío económico se aprecia en la excelente recuperación del patrimonio tras la destrucción durante la II Guerra Mundial primero y el colapso comunista después. La Catedral, la Plaza Solny o los 130 puentes que atraviesan el río Óder son suficientes para destacar, pero Breslavia buscaba ser única y para ello acudieron a los gnomos del bosques.
Diseminados por toda la ciudad encontraremos más de 500 estatuillas de duendes representando escenas de la visa cotidiana. El origen de estos gnomos está conectado con la historia reciente de Polonia. En la década de los 80, el partido de izquierdas Alternativa Naranja empezó a pintar duendes en lugares estratégicos de la ciudad para denunciar la escasez de bienes de primera necesidad que sufría la población durante la fase final del régimen soviético. Estos enanitos se convirtieron en un medio de expresión de una ciudadanía cada vez mas contraria a sus gobernantes Poco se ha escrito sobre este tema, pero difícilmente Lech Wałęsa y el sindicato Solidaridad hubieran tumbado el sistema comunista polaco sin la lucha de los gnomos de Wroclaw.
Estas tres ciudades son una cucharadita de todo lo que ofrece Polonia. Cuando hayas regresado de este primer viaje, tendrás que decidir donde ir en la siguiente visita. Gdnaks, Torun, el Castillo de Malbork los Lagos de Masuria... porque todos los que visitamos este país, siempre pensamos regresar.
Si estás planificando un viaje a Polonia, te recomiendo que consultes la página web de la Oficina de Turismo de Polonia.