El Gobierno conservador del Reino Unido defendió este domingo al primer ministro, Boris Johnson, ante las crecientes acusaciones de la oposición de que lidera una Administración corrupta marcada por el amiguismo.
En los últimos días, el jefe del Ejecutivo, de 56 años, ha sido acusado de tratar de pagar la reforma de su apartamento oficial en Londres con dinero no declarado de simpatizantes del partido; de conceder contratos públicos, y de dar trato de favor a empresarios y políticos afines, todo lo cual niega.
Las críticas a su gestión se producen a pocos días de que el 6 de mayo tengan lugar elecciones autonómicas en Escocia y municipales en partes de Inglaterra, donde el Partido Conservador aspira a afianzar su mayoría.
La reforma del apartamento oficial
En declaraciones a Sky News, la ministra de Comercio Internacional, Liz Truss, mantuvo hoy que ha recibido “garantías” de que Johnson “pagó de su propio bolsillo” la renovación del piso donde vive con Carrie Symonds y el hijo de ambos, y “confía plenamente” en que eso fue así.
Sin embargo, no aclaró si el jefe del Gobierno previamente trató de obtener el capital de donantes tories, tal como ha publicado la prensa y reveló también el viernes el antiguo asesor jefe del primer ministro, Dominic Cummings.
Cummings, cesado en noviembre por luchas internas, alegó en su blog que Johnson tenía un plan “poco ético, estúpido y posiblemente ilegal” para que simpatizantes “pagaran secretamente” por las obras de su apartamento en el número 11 de Downing Street (más amplio que el de su despacho oficial, en el número 10).
Por otra parte, la ministra Truss tachó de “chismorreo” la alegación de Cummings de que Johnson intentó frenar una investigación interna sobre quién del Gobierno había filtrado a la prensa que impondría (en noviembre) un segundo confinamiento por la pandemia, al darse cuenta de que el culpable podía ser un amigo de su novia, el consejero Henry Newman.
Las revelaciones del antiguo confidente de Johnson se suman a una polémica anterior por amiguismo y presunto conflicto de intereses en el Ejecutivo, después de que los medios publicaran que el “premier” y varios ministros pudieron favorecer a empresarios como el pro-Brexit James Dyson y políticos como el ex primer ministro tory David Cameron y el príncipe saudí Mohamed bin Salman.
Los laboristas reclaman los números
En declaraciones a la BBC, la vicelíder del Partido Laborista, Angela Rayner, pidió que Johnson comparezca el lunes ante la Cámara de los Comunes para responder a “serias preguntas” sobre la posible recepción de capital no declarado y el uso de fondos públicos durante la pandemia.
“Los asuntos vistos estos días han socavado la institución del Gobierno”, afirmó Rayner, quien demandó al Ejecutivo que publique, “con ocho meses de retraso”, la lista de donaciones recibidas por los conservadores.
El líder en los Comunes del Partido Nacional Escocés (SNP, mayoritario en Escocia), Ian Blackford, secundó la petición: “Cuanto más tiempo Boris Johnson permanezca escondido y sin rendir cuentas, más insoportable se hará el hedor a corrupción que le rodea a él y a su Gobierno”, dijo.
Lo que dicen las encuestas
Una encuesta de la firma Opinium publicada ayer por The Observer indica que los conservadores aventajan a los laboristas en intención de voto de cara a los próximos comicios, con un 44 % frente a un 33 %, si bien el sondeo se hizo entre el 21 y el 23 de abril, antes de las explosivas confesiones de Cummings.
La misma encuesta señala que un 37 % de los entrevistados cree que Johnson es corrupto, frente a un 16 % que opina lo mismo del líder laborista, Keir Starmer.
Con seguridad, Starmer, que lucha por reflotar el laborismo tras su caída en las generales de 2019, mantendrá esta semana la presión sobre su rival para maximizar sus opciones ante unos comicios en los que se elige un nuevo Parlamento escocés y concejales en 143 municipios ingleses, además de 13 alcaldes, incluido el de Londres.
Las cosas de Boris Johnson
Manejando una grúa durante una visita a las obras de un puerto en Blackpool
Efectivamente, dentro de un caza de las fuerzas aéreas británicas (RAF)
Podría ser una foto más, pero se trata de una visita al centro de control donde se estaba construyendo una central nuclear
Quizás no era la mejor forma de posar durante su visita a la India.
En su visita a la India aprovechó para saludar a una deidad
Si hace falta pinta él las líneas del campo de juego, como en esta visita al césped del Bury FC
A los mandos de un brazo robótico, echando una mano durante una visita a un centro de FP de Burnley
Johnson, haciendo algo extraño con las manos durante una conexión en directo con el presidente ucraniana, Volodímir Zelenski
Johnson disfrutando de los cuadros del Museo de Prado antes de la cena de líderes por la Cumbre de la OTAN en Madrid
Están todos contados, Boris. Y conocemos el catálogo del British Museum
'¿El parecido es razonable?'. Fuera bromas, es un retrato de la reina de Inglaterra.
Y sí, el retrato lo hizo él.
No estamos seguros de si está preguntando si lo tienen en un tamaño más grande, pero este es un momento de su visita a una fábrica militar en Belfast
¡No, por favor! Decidnos que eso está descargado.
Ojalá supiésemos qué le ha dicho este niño de una escuela de Kent a Boris Johnson
Johnson, en la misma visita a la escuela de Kent, pero tras 'pasar de curso'
Una auténtica rareza en su carrera política, en esta imagen está dimitiendo
Johnson en una fotografía tomada el 13 de noviembre de 2020, durante la pandemia, en lo que aseguró que era una "reunión de trabajo"
Johnson, ayudando a un estudiante de fontanería de un centro de Blackpool con las medidas de un tubo
Johnson, en el mismo centro educativo, pero esta vez poniendo su granito de arena para terminar un muro
A punto de embarcar hacia Kiev para visitar al presidente ucraniano, justo después de que saliese publicado el informe del 'partygate'
Vale, en esta no sale Johnson, pero esta es la cara del gato Larry (la mascota de Downing Street) el mismo día en que Boris dimitió
Johnson, a punto de cortar un pepino recogido de una granja de Cornwall por él mismo. Y bajo la atenta mirada de preocupación de su acompañante.
Johnson, visiblemente satisfecho por la producción británica de brécol.
Johnson, durante una visita a una escuela de Kigali (Ruanda) y, al parecer, es el único que no sabe la respuesta a la pregunta.
Las mil caras (y gestos) de Boris Johnson. Un personaje popular y populista que ha dejado no pocas imágenes 'sui géneris'. Y es que jugando a la cuerda con traje, corbata y zapatos la cosa pintaba fea.
Johnson, ¿dejándole paso? al canciller federal alemán Olaf Scholz en un paseo durante la última reunión del G7
Johnson, nada agobiado por la presencia de periodistas antes de aterrizar en Madrid para asistir a la Cumbre de la OTAN 2022
No solo se le ve practicando deportes, también (hace que) trabaja, como en esta imagen.
Un poco de "running" con bermudas de playa. Peligrosa mezcla.
En su etapa de alcalde de Londres se implicó mucho en promocionar deportes como el rugby de cara a los Juegos Olímpicos. Quizá demasiado. Pobre niño...
Pero en un plano más "serio", fue uno de los grandes referentes de la campaña por el "Sí al Brexit". Por supuesto, su campaña fue "a lo Boris Johnson".
En cualquier lugar y con cualquier objeto: a la salida del bus promocional para el "Vote Leave" contra la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea.
No sabemos si es fan de Pink Floyd, pero aquí hizo un guiño a su "Another brick in the wall".
Otro momento deportivo; ahora toca cricket.
Y con la vuvuzela, que tan popular se ha hecho en los últimos mundiales de fútbol.
Si tenía que mojarse por un tema, lo hacía. Literalmente.
Otro momento rugbístico en una sesión de "entrenamiento" grupal.
Un gesto de extraña explicación en plena comparecencia.
Su look con ese flequillo despeinado a veces le ha jugado malas pasadas.
Indefinible.
¿Un remake de "Los gemelos golpean dos veces"?
Si es lo que parece, el voleibol paralímpico no se le da muy allá.
Rugby, voleibol, atletismo... y un poco de tenis, como en este partido benéfico en Queen's.
Cuando estaba a un paso de ser el primer ministro británico, parecía haberse vuelto más "formalito". Aunque con Boris nunca se sabe.
Cuando estaba a un paso de ser el primer ministro británico, parecía haberse vuelto más "formalito". Aunque con Boris nunca se sabe.
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Visitó la India y esta foto era absolutamente inevitable
Las mil caras (y gestos) de Boris Johnson. Un personaje popular y populista que ha dejado no pocas imágenes 'sui géneris'. Y es que jugando a la cuerda con traje, corbata y zapatos la cosa pintaba fea.
En su etapa de alcalde de Londres se implicó mucho en promocionar deportes como el rugby de cara a los Juegos Olímpicos. Quizá demasiado. Pobre niño...
Pero en un plano más "serio", fue uno de los grandes referentes de la campaña por el "Sí al Brexit". Por supuesto, su campaña fue "a lo Boris Johnson".
En cualquier lugar y con cualquier objeto: a la salida del bus promocional para el "Vote Leave" contra la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea.