Podemos III: confesiones ‘moradas’ ante la nueva etapa
Del nuevo Gobierno a la asamblea convocada en marzo pasando por el liderazgo de Iglesias y la relación con el PSOE.
“El liderazgo ahora de Iglesias es indiscutido”, “hay que fortalecer las bases para captar nuevos militantes”, “hay que aprender a gestionar la relación con los movimientos sociales cuando lleguen decisiones complicadas”, “tenemos que demostrar más que nunca que somos una fuerza confiable para estar en el Gobierno”, “Iglesias ha conseguido lo que nadie pensaba hace seis años”, “el PSOE tiene sus cosas feas pero hay que defender el Gobierno”, “nos cohesiona tener una derecha echada al monte”...
Estas son algunas reflexiones de dirigentes y líderes territoriales de Unidas Podemos consultados por El HuffPost durante estos primeros días de Gobierno. Los ‘morados’ se enfrentan a una situación histórica: apenas acaban de cumplir seis años de vida y ya forman parte del primer Gobierno de coalición en España desde la II República.
Por primera vez pisan moqueta ministerial. Y el partido se prepara para una nueva fase después de haber conseguido sus peores resultados en unas generales pero lograr la mayor cuota de poder. El propio Pablo Iglesias ha dado el pistoletazo de salida para esa nueva fase de UP convocando para el próximo mes de marzo la Asamblea (lo que se conoce como Vistalegre 3). Él se volverá a presentar y aspira a otro mandato como líder de UP, combinándolo con su recién estrenado título de vicepresidente segundo del Ejecutivo.
Son muchos los retos ahora de esta joven formación, que para empezar tiene que renovar también sus caras en algunos niveles orgánicos. La llegada al Gobierno de Iglesias y de Irene Montero, las dos personalidades más potentes de UP, como el salto al poder de sus allegadas Noelia Vera e Ione Belarra como secretarias de Estado, ha hecho que la dirección haya elegido un nuevo equipo para ser la voz de Podemos. En el Congreso estará Pablo Echenique como portavoz, mientras que en el partido ascienden como portavoces Rafa Mayoral e Idoia Villanueva. Y cobra más importancia en la organización del día a día en el partido Alberto Rodríguez, como ‘número tres’.
El éxito de llegar al Gobierno de coalición con el PSOE ha hecho olvidar el mal trago del 10-N, cuando Podemos bajó a ser la cuarta fuerza del país, con 35 diputados (en las generales de 2015, la primera vez que se presentaron, obtuvieron 69 asientos en el Congreso). Uno de los momentos más críticos fue tras las elecciones autonómicas de mayo cuando perdieron muchos ayuntamientos del cambio y no lograron un pacto con Pedro Sánchez, con los sectores críticos afilando los dientes contra Iglesias.
Pero la entrada en el Gobierno ha sido un auténtico bálsamo interno, apagando los focos críticos y ya sin tener dentro a Íñigo Errejón y los suyos, independizados bajo la marca de Más País. Por lo tanto, la próxima asamblea de marzo se presenta “bastante tranquilita”, como dice un líder territorial de Podemos. Nada que ver con aquel Vistalegre II, en febrero de 2017, en el que el sector de Iglesias venció al de Errejón en una guerra cainita.
Un diputado hace esta reflexión al hilo: “Si alguien sale reforzado internamente de este ciclo electoral es Pablo, que, pese a tener los peores resultados desde que se presenta, ha conseguido lo que parecía imposible en este país: que Podemos llegue al Gobierno. Eso lo refuerza en su liderazgo y a sus tesis políticas dentro de Unidas Podemos”.
Eso en el lado a favor de la balanza, pero internamente también hay varias preocupaciones de cara a la época que se abre: la situación de algunas federaciones autonómicas, que el brillo del Gobierno opaque la autocrítica sobre la pérdida de votantes y la gestión de estar en un Ejecutivo que puede tomar medidas que defrauden a los movimientos sociales. Es decir, administrar la ilusión y las promesas inculcadas por los morados.
“Hay varios ámbitos que hay que aprender a gestionar muy bien. Uno es la relación que tenemos con los movimientos sociales, que nos entiendan bien cuando tengamos que tomar decisiones complicadas y no podamos cumplir con todas las demandas que nos hagan. Es verdad que nos tienen que seguir apretando, pero hay que hacer comprender que esto es una lucha a largo plazo”, resume un miembro del Consejo Ciudadano.
Y añade: “Hay que hacer entender, empezando por la militancia y el votante, que esto va poco a poco, que primero hay que establecer una base política que permita adaptar el ciclo político. Hay que hacer cambios poco a poco para que nuestras políticas sean más aceptadas e ir más allá, crecer como fuerza política ahora que podemos. Y tenemos que demostrar más que nunca que somos una fuerzas confiable para estar en el Gobierno. Hay que demostrarlo cada día”.
¿Cómo afrontan los ‘morados’ la relación con el PSOE? ¿Habrá guerra interna rápidamente? ¿Prevalecerá la competición electoral con el otro socio de Gobierno? Los consultados destacan primero que durante estos primeros días se ha demostrado mayor sintonía de la esperada y varios vaticinan que el Ejecutivo de coalición puede durar mucho más de lo que piensa la gente. “Vamos a dar la sorpresa y aguantar más de los previsto”, señalan fuentes ‘moradas’.
Un parlamentario de UP hace este análisis en ese sentido: “Todo el mundo tiene un compromiso firme con este Gobierno, hay cosas que van a ser difíciles y gobernamos con el PSOE, que tiene sus cosas y sus cosas feas. La coyuntura política lo que nos exige es defender este Ejecutivo porque, independientemente de cosas que vamos a tener que comernos, sigue siendo el Gobierno más progresista de Europa”.
Esta prueba ya se ha visto durante estos primeros días, en los que se han cerrado filas respecto a polémicas decisiones como los nombramientos por parte de Pedro Sánchez de Dolores Delgado como fiscal general del Estado y de José Félix Tezanos al frente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Desde el otro lado, Moncloa hizo una defensa cerrada de Pablo Iglesias ante el duro comunicado emitido por el Consejo General del Poder Judicial.
Lo que ha sorprendido a muchos es el nivel de brusquedad de la oposición. No ya de Vox, sino la actitud del Partido Popular y Ciudadanos. “No podíamos imaginar que iba a haber una reacción tan virulenta. No sabíamos el límite del Partido Popular, que es ninguno. Estaba la duda de cómo actuaría al ser una de las grandes fuerzas. Ha tomado la decisión errónea de competir con Vox. Pero casi nos están haciendo un favor…”, señala otro líder territorial del partido.
¿Por qué un favor? Esa agresividad de la derecha hace, según varios consultados, que se unan más las fuerzas de izquierdas. “No sólo la coalición”, añade un parlamentario, “sino todos los actores políticos que apoyaron la investidura y que tienen claro que hay que tener mucha firmeza ante lo que tenemos enfrente”.
Fuentes de los ‘comunes’ ahondan sobre esto: “La derecha está teniendo una salida tan desmesurada que lo que hace también es que nosotros nos cohesionemos”. Y añaden: “Por ejemplo, el tema del pin parental es tan rupestre que hace que nuestras posiciones se cohesionen. Creo que estamos en unos primeros momentos en los que la derecha ha leído que puede ser más fácil tumbar al Gobierno”.
Otro diputado ‘morado’ añade que es muy importante que “tanto nosotros como el PSOE tenemos claro que tiene que funcionar porque si no, estaremos condenados a que gobierne la derecha durante mucho tiempo. Hay voluntad de que la cosa vaya bien”.
Y es que la sensación que tienen los cuadros morados es que se trata de una situación “histórica” y una “oportunidad” para el partido. Siempre conscientes de que en un Gobierno de coalición los socios saben que hay una competición electoral. “Hay que llevarlo con naturalidad”, señalan fuentes de UP.
Además, en UP saben de otras dificultades que se van a encontrar como la coyuntura económica que viene y de la crisis territorial, que principalmente serán agitadas por la derecha durante estos meses. Pero además varios miembros de Podemos consultados creen que las derechas van a sacar muchos temas ideológicos para atacar al Gobierno y que van a ahondar en debates sobre la educación -como está pasando con el veto parental-, la igualdad y los asuntos LGTBi.
Uno de los grandes retos internos de manera paralela que debe afrontar Podemos es su propia estructura territorial. Por un lado, como confiesa un líder regional: “Hasta ahora era más fácil, en las comunidades podíamos decir cualquier cosa y no llamaba la atención a nadie. Pero ya no, ahora cualquier declaración está observada, tenemos que coordinarnos perfectamente con Madrid, cosa a la que no estamos acostumbrados”.
Prosigue: “Y también fortalecer las bases para volver a captar militantes. Todo el mundo sabe que no tenemos el nivel de militancia de antes, que somos los que estamos”. “Los territorios van a ser muy importantes en la estructura mientras en Madrid están centrados en el Gobierno”, recalca.
Y es que dentro del partido algunos creen que también hay que hacer autocrítica de manera paralela a la acción de Gobierno y ver qué elementos han hecho que se pierda el apoyo de tanta gente en tampoco tiempo. Lo resume un diputado: “Ahora tenemos Barcelona y Cádiz, pero hemos perdido muchas alcaldías del cambio, que servirían para apoyar a ese nuevo Gobierno. No es lo mismo tener el Ayuntamiento de Madrid que no, para facilitar las cosas al Ejecutivo de coalición”. “El reto que tenemos es organizarse territorialmente”, apostilla este parlamentario.
Las autonomías llegarán a las asamblea reclamando mayor presencia en esta etapa, pero no se vivirá ninguna “espectacularización” como en Vistalegre II en un enfrentamiento, como resume un barón territorial. La única que puede reclamar algo de presencia en el debate político es Teresa Rodríguez (Andalucía), según fuentes ‘moradas’.
En el otro lado, algunos de los que en su día apoyaron a Íñigo Errejón y siguen en Podemos no quieren alzar la voz, no tienen fuerza ni ganas. Lo que sí deslizan en privado es que Iglesias ha asumido a algunas de la “tesis errejonistas” sobre pactos con el PSOE. Lo que antes se consideraban “cesiones”.
Otro de los puntos clave de la legislatura será la relación con Esquerra y si apoya al Gobierno. “Si tiene ganas de bloquear, vamos a tener difícil muchas cosas. Pero la realidad está facilitando el discurso de Esquerra. En Cataluña nadie entendería que bloqueara un Gobierno progresista frente a una derecha que está echada al monte. Si la alternativa es un Ejecutivo de PP, Cs y Vox, perderíamos todos los españoles, pero los catalanes más todavía”, explica un diputado ‘morado’.
Todos tienen en mente la posibilidad de que se adelanten las elecciones en Cataluña, lo que podría perjudicar o, al revés, beneficiar la estabilidad del Gobierno central porque podría surgir allí una alternativa a una Generalitat presidida por Junts y que podría pasar por los ‘comunes’, ERC y PSC, lo que conectaría directamente Madrid y Barcelona.
Podemos abre una nueva etapa tras seis años de vida… y en el primer Gobierno de coalición. ¿Cómo acabará?