El 'podcast' suena en femenino plural
El premio Ondas a 'Estirando el chicle' y 'Deforme Semanal Ideal Total' muestra que este medio abre más puertas a las mujeres.
Basta con echar un vistazo a los podcast más escuchados en plataformas como Spotify o Ivoox para darse cuenta de que la presencia femenina es más alta que en otros ámbitos de la comunicación y los medios. Sin ir más lejos, las ganadoras del Ondas en la categoría de podcast son mujeres. Al frente de Estirando el chicle, Carolina Iglesias y Victoria Martín, y de Deforme Semanal Ideal Total, Isabel Calderón y Lucía Lijtmaer.
Ambas comparten algo en común más allá del formato y del premio Ondas. Abordan la actualidad o diversos temas de interés social con humor y una clara conciencia feminista.
Pero ellas no son las únicas. La humorista y comunicadora Inés Hernand ha lanzado recientemente su podcast Saldremos Mejores junto a la periodista Nerea Pérez de las Heras, que forma parte de la oferta de Podium Podcast al igual que Estirando el chicle. Por su parte, la oferta de Radio Primavera Sound —a la que pertenece Deforme Semanal Ideal Total— cuenta con cantidad de equipos de mujeres o personas del colectivo LGTBI al frente como en Tardeo, Oye Polo, Ciberlocutorio o Gent de merda.
Todas ellas son millenials y comparten tanto la visión feminista del humor y la actualidad como un punto de vista común de la comunicación que dista mucho de los medios tradicionales.
“Nosotras hemos hecho el programa con nuestro equipo y nuestros códigos sin que nadie nos haya hecho pasar ningún filtro. Si lo hubiéramos hecho de otra manera, no lo habríamos conseguido. Gracias a subirlo a internet y a tener esa libertad, de que nadie te diga nada”, explica Carolina Iglesias, quien recuerda que tanto ella como Martín han trabajado en medios tradicionales y los códigos que allí se usan. Sin embargo, advierte que no todo al mundo le va igual de bien. “Subes lo que te da la gana y ganas 0 euros. Tienes que montártelo muy bien para conseguir monetizarlo”, detalla.
En este sentido, María Jesús Espinosa de los Monteros, directora de PRISA Audio y de Podium Podcast, explica que el podcast nace de una mezcla de la radio tradicional con internet. “Tiene los mismos códigos de la radio, pero es nativo digital, bajo demanda, a través de aplicaciones móviles, es un mix de los dos. Tiene una especie de lenguaje parecido a la radio, pero en el consumo está más pegado a otros formatos de internet como YouTube, Tiktok o Instagram”, detalla.
En este sentido se renuevan no solo las formas, también los rostros que los protagonizan, que buscan refrescar el plantel que se ha presentado tradicionalmente en los medios.
“La tele tampoco se renueva con nuevos cómicos. Ya no es que no haya mujeres, o personas diversas, también es que entre ellos están los mismos todo el rato, no es que digas que hay una renovación únicamente de ellos. Tampoco la hay, hay hombres cómicos que tienen nuevos discursos que tampoco te creas que están ganando espacio. Al final lo que perdura es lo de siempre”, señala Victoria Martín.
Además las protagonistas o las humoristas —tan cuestionadas recientemente por la polémica de La Chocita del Loro—, también buscan dar voz a otros expertos. “Queremos buscar nuevas voces alternativas a las que llevamos tantos años escuchando. Las expertas e invitadas que participan, por ejemplo, de salud mental o menstruación o de burn out, intentamos que no sean estos académicos, economistas, médicos que son un poco los que vemos en todos los medios y llevan años allí. Que sean personas que se escapen de esos perfiles tan manidos y de hombre de mediana edad y casi de tercera edad”, señala Marta Salicrú, directora de Radio Primavera Sound.
Para Inés Hernand, este formato también permite una reflexión que no se tiene ni en los medios tradicionales ni en las redes sociales. “Es un formato guay y abre debate, genera reflexión mientras hablamos, que contrasta con las velocidades ultrasónicas a las que vamos últimamente. La única forma que tienes de reflexionar es sentarte con alguien, charlar, debatir y tener una reflexión e irla elaborando sobre la marcha”, señala. Además, Hernand que lleva años como creadora de contenido en redes apunta a que da más libertad que algunas redes sociales como Instagram.
“El mundo stories está un poco envenenado, sin que sea de forma evidente te pueden sepultar el contenido, no detectas en qué punto se produce, pero detectas una bajada en la audiencia”, advierte.
En este sentido, Salicrú coincide con Hernand, y explica que, aunque en la agenda de estos podcast hay temas intrínsecamente generacionales, en los medios tradicionales también, pero la profundidad con la que los tratan cambia. “En los medios los tratan en 20 minutos como mucho, los podcast le dan la duración que necesitan. Si es de 60 minutos estimada, si un tema lo requiere se puede ir a los 90”, señala.
También sirven para hacer llegar al oyente ciertos temas de una forma divulgativa, no al uso. Tal y como hace Andrea Gumes, al frente de Tardeo, que pone como lema oficial de su programa “no se puede saber de todo”. “Siempre intentamos bajarlo, volviendo atrás y explicando conceptos, con muchas referencias a libros para que vaya dirigida a gente que está más metida en el tema. Esa siempre ha sido mi idea, hablar de temas elevados y de otros tan llanos como recomendar un libro para regalarle a tu madre”, señala.
El boom del podcast ha hecho que las mujeres jóvenes encuentren su lugar tanto como oyentes como creadoras. Por ejemplo, según datos de Radio Primavera Sound basados en las escuchas de Spotify, el 60% de sus oyentes son menores de 34 años y el 75% son mujeres.
Más o menos lo mismo sucede con los oyentes de Podium Podcast. “La edad del oyente de podcast suele estar entre los 22, 23 o 25 años luego hasta los 40 o 45”, detalla Espinosa de los Monteros, quien recalca que, aunque los oyentes de Estirando el chicle son eminentemente mujeres, hay cada vez más hombres que se acercan a escucharlas.
“Internet es una plataforma que ayuda mucho a las creadoras, pero también los espacios tradicionales deberían ser nuestros, de las creadoras. Aunque en Internet encontremos un sitio para crecer y que sea una zona de confort absoluta, creo que el resto de plataformas también son nuestros”, apunta Iglesias.
Para Estirando el chicle, además, ambas cuentan con invitadas que varían en función de la temática y que eligen tanto por sus preferencias por lo que piden los seguidores con los que tienen una estrecha relación. Estas van desde la periodista Francine Gálvez a Chelo García-Cortés.
Para Gumes “en los medios tradicionales puede estar la mujer para cumplir una cuota igual que se habla de personas racializadas, para hablar de la regla o esas cosas más de segundas”. “Aquí te encuentras con que son mujeres que están al frente, que dirigen, eligen el contenido, guionizan y deciden ya sean cómicas, hablando de cultura o montando de tertulias”, señala.
Lo mismo opina Salicrú quien destaca que en las fotos de inicio de temporada algunas radios sigue habiendo una mayoría de hombres. “Si aparece alguna mujer están en un rol muy secundario de la cuota femenina en la tertulia o en el segmento humorístico del matinal. También muchísimas mujeres haciendo producción o guion, pero sin el papel protagonista delante del micrófono. Hay excepciones, pero son eso, la minoría”, detalla.
Hernand no cree que el Ondas y el reconocimiento que se le está dando a las mujeres sea “caramelito de compasión”. “Se está demostrando que se están haciendo cosas bien. A mí siempre me ha gustado el de Nadie sabe nada [presentado por Andreu Buenafuente y Berto Romero], pero igual no me está aportando tanto como una charla con Llum Barrera que hagan Vicky y Carolina”, señala. “Habrá quien diga que ahora hay un boom y se va a hacer un favor por poner en el foco a las mujeres. No, ellas han elegido su propia movida y hay canales y medios que ahora quieren contar con ellas en sus filas porque se han dado cuenta de que tienen talento”, añade.
Otro punto que tienen en común estos podcast es el humor, eminentemente feminista y hecho por mujeres, algo que dista mucho de la tónica habitual de los grandes medios. “La gente ya no está consumiendo ese tipo de humor y la gente joven menos. Al final pasa un poco con todo, creo que es como aburrido y la gente se aburre porque lleva mucho tiempo con lo mismo y ya no tiene validez”, señala Martín.
Además, el podcast permite que el humor no sea un asunto aislado, sino que se trate como hilo conductor de los formatos. “Tratamos los temas con mucho rigor y con mucho humor, desde temas de alta cultura, baja cultura o socioculturales. No pasa como en en otros programas que el humor está solo encapsulado en los 10 minutos del programa de humor, que siempre es un tipo de humor muy replicado. Es tratar estos temas profundos, desde un punto divertido y con mucho humor”, explica Salicrú.
Para Hernand, no hay que optar siempre “por la excelencia” por ser mujeres ya que “la mediocridad ha sido siempre la bandera épica de los que han tenido espacios toda la vida”. “Tenemos la misma gracia que ellos, pero hegemónicamente por culpa del famoso heteropatriarcado nos hemos tenido que reír de cosas que no nos hacían ni puta gracia y ahora se está poniendo de manifiesto gracia a la democratización de los medios”, explica.
Otro punto clave que ha habido en este fenómeno es que la pandemia ha conseguido relanzar este formato en un momento clave. Tal y como señala Espinosa de los Monteros, los podcast llamados conversacionales “triunfan por la idea del acompañamiento”. “La comedia, en estos casos, proporciona mucha libertad y en momento y un entorno como es el de después de la pandemia con la política muy polarizada, volcanes, crisis económica, este formato de puro entretenimiento te da un respiro y es como un refugio sonoro”, añade.
Para Iglesias y Martín, que ya habían colaborado antes en medios como Los 40, el confinamiento fue la oportunidad de poder hacer el podcast, que lanzaron como autoproducido entonces y posteriormente fue adquirido por Podium.
Para Gumes, también le supuso una subida de audiencia gracias a dar voz a distintos perfiles que pasaban el confinamiento. “Conectamos con mucha gente que estaba en casa y eso te hacía sentir que estabas cerca de la gente. Los programas que tenían mucho éxito eran casi como tertulias de bar en las que hablabas con gente que lo estaba pasando sola, jóvenes que vivían con sus padres… Montaba mesas con 7 personas sin más pretensiones, que no eran expertos de nada, solo de forma testimonial y veías que conectaba mucho con el oyente”, recuerda Gumes.
En el caso de Hernand, el manido eslogan Saldremos Mejores le sirvió como motivación y título para su podcast. “Hay gente que sale mejor y otros que no, vayamos a por los que sí, porque tampoco se puede vivir diciendo ’la gente es un cuadro”, detalla.
El debate de los medios tradicionales y los nuevos medios volvió a la actualidad tras la entrevista de Ibai Llanos a Messi tras su fichaje por el PSG. Para Iglesias y Martín, la clave está en hacer sentir cómodo al entrevistado. “Noto un trato más cercano y humano, que son personas que ves más cercanas a ti. En una entrevista es muy importante mostrar la parte humana y hacer sentir cómodo y respetado a la otra persona”, señala Iglesias.
“En una entrevista tienes que lograr que la otra persona se sienta como en casa y eso lo consigue gente de internet como Ibai y quien no lo haga, que le dé una vuelta, porque ha venido una persona de otro medio completamente y le ha comido la tostada”, añade. “Ver a periodistas desprestigiando a Ibai es un poco bochorno...Que es una persona que te guste más o menos ha conseguido muchísimo y es una puta estrella, es algo que es real. Ya no se puede hacer esto”, apunta Martín. “La realidad es que esta persona tiene muchísimas más visualizaciones que cualquier programa en abierto de la televisión”, sentencia.
Hernand destaca las habilidades comunicativas del streamer y recalca que quizás esa “empatía” es la que falta en los medios. “Conecta desde la verdad, transparencia y autenticidad mediante un código común que actualmente está de moda, pero más bien que siempre ha estado de moda pero nunca se exhibió”, recuerda.
Para las creadoras de Estirando el chicle, el venir de internet no solo le ha traído éxitos, sino también muchos prejuicios. “Cuando estás con gente de la tele, que te digan youtuber es una cosa totalmente horrible. Hay una parte de la industria que te mira así, es ridículo porque los que creamos contenido a internet lo hacemos porque es la forma más democrática posible de hacerlo. Nos ha pasado mucho que no nos han llamado cómicas porque nacemos de internet, y es como ‘no, no, sois youtubers’. Es para decir ’seremos las dos cosas”, explica Martín.
Iglesias recuerda que para mucha gente el podcast se ve como un paso intermedio para llegar a la tele, algo que ellas niegan totalmente. “Nuestro plan no es hacer un programa de televisión. Hagamos lo que hagamos vamos a tener el podcast porque es un programa en sí mismo y ha conseguido mucho. No vamos a adaptar el podcast a la televisión, no es un paso intermedio para llegar a la tele, que es lo que también duele”, explica.
Lo mismo siente Gumes, quien a pesar de estudiar periodismo no ha encontrado su sitio en las redacciones tradicionales. “Para mí fue tener mi espacio que no había encontrado en las redacciones tradicionales por las que pasé como becaria. Fue una oportunidad de hacer un programa, lo vi como un juego. Iba con pocas pretensiones, de que iba a ser un programa que iba a escuchar mi madre y mi hermana. Pensaba que un día me iban a decir, venga dejad de jugar e iros a casa. Después se ha visto que sí que había interés y ese hueco de mercado en el formato digital sí que tiene su público”, explica.
Todas ellas nacieron como algo a lo que poder tener acceso con micrófonos prácticamente desde casa y han acabado convirtiéndose en un fenómeno global en un momento donde se sigue cuestionando el talento y el humor femenino. Lo que queda claro es que en los podcast se hablará en femenino.