Platocracia
Bienvenidos al mayor espectáculo de la política: el debate electoral.
¡A jugaaar! Si algo tienen en común los líderes políticos españoles que aspiran a La Moncloa el próximo 10 de noviembre, es su obsesión por las cámaras. Su ADN es catódico. Disfrutan con el prime time, se enfadan con los datos de audiencia, se contraprograman, encargan estudios sobre su imagen. Saben lo que hay que disimular con el maquillaje y ensayan su lado bueno delante del espejo y rodeados de asesores.
Con una campaña exprés de tan solo ocho días, ha llegado el gran momento: el debate televisivo de este lunes por la noche. Y aunque muchos piensen que ya lo han visto todo en la política y en la tele, emerge una gran novedad: por primera vez estará la ultraderecha. Santiago Abascal tiene reservado puesto junto a Pedro Sánchez, Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias. Como gran ausente: Íñigo Errejón -Más País no tiene representación parlamentaria-.
Es tal la importancia que le dan a este duelo que hasta tres de ellos (Sánchez, Abascal y Rivera) se han quedado en casa este domingo preparando el duelo con toda minuciosidad. Sí se ha visto en actos a Casado e Iglesias, que han dejado ya algunas de las esencias que repartirán en el plató dentro de unas horas. ¡Cruza la pasarela!
¡Un poquito de por favor!
Y es que la Democracia española es hoy una Platocracia. Uno puede pasarse el día si quiere viendo programas dedicados a política desde primera hora hasta pasada la medianoche. Desde la caída del bipartidismo, España se enganchó al culebrón partidista. Se han creado hasta formatos: no ha habido mayor espectáculo, por ejemplo, en directo en años que el ‘en vivo’ del Comité Federal del PSOE en octubre de 2017. ¡Un poquito de por favor!
Y no hace falta gastar millones en decorados y actores. La realidad supera a la ficción. No ha faltado de nada: primarias, cuatro elecciones, dimisiones, mociones de censura, referéndums ilegales, huidas al extranjero, macrojuicios, abdicaciones. Lo sentimos por Aaron Sorkin, sus historias se han quedado muy pequeñas.
La obsesión por la pequeña pantalla es tal en nuestro país que, por ejemplo, los asesores de Santiago Abascal celebraban como si fuera una victoria el dato de audiencia de El Hormiguero. Y lo mismo hacían los de Rivera, que en conversaciones privadas hace pocos días confesaban que aún tenía tirón su aspirante por cómo lo habían visto con Pablo Motos.
Al presidente del Gobierno le ha caído hasta la apertura de un expediente por su ronda de entrevistas en La Moncloa (no hay atrezzo más espectacular) y por colgar en la web de La Moncloa la transcripción de su entrevista en Al rojo vivo. Por no decir de Iglesias, que ha precalentado este debate con un Salvados este mismo domingo por la noche.
En este Eurovision de la política española llevan trabajando unos 300 operarios en las últimas horas para que todo esté perfecto. El escenario: el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo, donde se ha instalado un plató con 19 metros de diámetro. Y llevarán los mandos los periodistas Ana Blanco y Vicente Vallés. Vivo y ágil, así vende la Academia de la Televisión el formato. Para la conciliación, no. Arranca a las diez de la noche y se dividirá en cinco bloques de 25 minutos: cohesión de España, política económica, política social e igualdad, calidad democrática y política internacional.
¡Conectamos con la casa!
“Sabemos que será un todos contra Sánchez”. Esto desprendían este domingo fuentes del PSOE mientras su candidato se prepara para no caer en ningún error. El presidente mirará a la cámara con un objetivo: “retratar el bloqueo de todos y se centrará en que España necesita un Gobierno fuerte, progresista y unido”.
La obsesión de los socialistas, añaden desde Ferraz, es conseguir el voto de los más de dos millones de indecisos. Y creen que están a punto de conseguirlo durante los días que quedan de campaña. La imagen que quiere dar Sánchez es la de un presidente “experimentado, firme, sereno, que sabe gestionar, con marcado carácter social y con prestigio internacional”. ¡He venido a hablar de mi libro!
Los partidos se quieren lanzar a por esos indecisos precisamente en la televisión. Aquellas personas que pueden decantar su voto por este enfrentamiento: uno de cada tres electores que tiene pensado ir el 10-N no sabe qué papeleta escoger, según el CIS. ¡Conectamos con la casa!
Y en este show en prime time parece que Casado va a dejar el tono centrado que ha impregnado su discurso durante estas semanas y va a ponerse más duro, a tenor de sus palabras este domingo. Ha llegado a decir: “Sánchez es responsable porque ha forzado las elecciones sabiendo que iba a haber episodios violentos para ver si sacaba unos cuantos escaños más”.
“Un, dos, tres, responda otra vez”
En un día además donde el otro gran plató será Barcelona, allí va a acudir el rey y toda su familia con motivo de los Premios Princesa de Girona. Se esperan grandes y tensas protestas en mitad de la campaña electoral. Casado también pretende que se vea como una partida entre el presidente y él, las dos opciones de Gobierno. Sacará su intención de que se aplique la Ley de Seguridad Nacional y de enviar un requerimiento a Torra. El otro flanco que espera aprovechar: los nubarrones que se vislumbran sobre la economía española. Un, dos, tres… responda otra vez.
Para ensayo televisivo, el de Albert Rivera con su particular Waku Waku. Ha sorprendido en Instagram con un vídeo en el que desvelaba su arma secreta: el perrito Lucas, que pertenece a su compañero de partido Pablo Sarrión, y que huele a leche todavía. Sí, sí, esto ha lanzado en la red social.
Con un share muy alto en las encuestas llega Abascal. Fuentes de Vox revelan que el líder la ultra derecha ha pasado el domingo con la familia, “descansando y leyendo”. Este lunes volverá a reunirse con su equipo para terminar de preparar el decisivo debate. Entrará al plató “con muchas ganas” y quiere trasladar su mensaje “sin distorsiones”. No siento las piernas...
Todos preparados para un debate que se prevé muy tenso a tenor del que se vivió ya con los segundos espadas en RTVE el pasado viernes. Este lunes ni The Politician ni Sucesor designado ni Sucession. ¡Debate!
Y hasta aquí puedo leer.