Qué está pasando con los pinchazos en discotecas y aglomeraciones
Por ahora las autoridades tienen pocas certezas y piden no caer en el alarmismo mientras se continúa investigando.
Los Mossos investigan cinco denuncias por pinchazos en discotecas en Cataluña. El Hospital de Ibiza aplica el protocolo por pinchazos a dos usuarios de discotecas. Otra joven denuncia que le han pinchado droga en una discoteca de Barcelona. “Noté una punzada fuerte y empecé a encontrarme mal. La Ertzaintza investiga tres denuncias por pinchazos. Todos estos son algunos titulares de la última semana aparecidos en distintos medios nacionales y locales acerca de un asunto sobre el que aún hay mucho desconocimiento pero que despierta temor.
Esa inquietud se aviva también en redes sociales, donde numerosos usuarios están compartiendo su preocupación e, incluso, testimonios de primera mano, como el de esta joven que este miércoles incluso mostró un informe médico tras haber sentido un pinchazo en una discoteca de Barcelona.
Ya hace unas semanas, la consultora Ágora, que ofrece formación en género, educación e igualdad, compartió un post con una serie de recomendaciones ante el auge de esta práctica. Desde entonces, aseguran que decenas de chicas se han puesto en contacto con ellas, además de haber recopilado diferentes testimonios en los puntos violeta de zonas y locales de ocio. “El primer caso del que tenemos constancia fue en mayo, cuando una chica se puso en contacto con nosotros y nos mandó el informe del hospital donde indicaban que le habían inyectado burundanga. Nos contó que sintió mareo como primer síntoma y al día siguiente mucho cansancio, sueño y náuseas”, detalla Laura Urda, del equipo de Ágora.
Urda cuenta que, de todos los casos que han conocido, ninguna de las afectadas ha llegado a perder el conocimiento, algo que sí sucedió entre algunos asistentes del festival Cabo de la Plata, que se celebró el fin de semana del 22 de julio en Barbate (Cádiz). “Nos dimos cuenta de que no era normal lo que estaba ocurriendo entre las primeras filas, puesto que empezaban a desvanecerse muchas personas a la vez y era la una de la madrugada como para que todo fuera por golpe de calor”, explica Noël Tellez, de Stage Fans.
Desde la zona habilitada para hacer fotos, se percataron de que los vigilantes de seguridad del festival buscaban algo entre el público nerviosos: “Pensamos que habría alguna pelea o algo por el estilo, pero entonces otra compañera, que creo que era del staff del artista que estaba a punto de tocar en ese momento, nos comentó que al parecer estaban buscando a alguien que estaba dando pinchazos a chicos y chicas”.
Tellez explica que en menos de media hora tuvieron que apartar de la multitud a 7 u 8 chicas y a un par de chicos. “Yo mismo tuve que ayudar a un vigilante a sacar a un chico”, señala. “Los síntomas eran como si estuvieran a punto de dormirse, como si estuvieran agotadísimos. No era como otras veces que ves que van borrachos o que les ha dado un golpe de calor, era diferente. Pero sobre todo sus caras eran como con mirada perdida, como si no supieran dónde estaban y qué estaba pasando”, describe sobre los efectos entre las personas afectadas. El responsable de Stage Fans cuenta que rápidamente se desplazó a los afectados al backstage, donde fueron atendidos por los servicios médicos del festival.
Por ahora hay más testimonios que denuncias interpuestas. Hasta la fecha, los Mossos d’Esquadra han recibido 17: 12 en la zona de Lloret de Mar, cinco en Barcelona y una en Girona.
“De momento en ninguna de estas denuncias se pueden relacionar estos hechos con agresiones o abusos sexuales posteriores ni con patrimonio tampoco”, afirma Monsterrat Escudé, portavoz de los Mossos d’Esquadra. “Las víctimas lo que denuncian es que han sufrido un pinchazo y ya está. Es decir, después de este pinchazo no hay una conducta de abuso, agresión, o cualquier otra forma de violencia sexual, ni hay un hurto ni un robo”, detalla.
Los síntomas que han reportado las víctimas han sido variados, desde aturdimiento a dolor, picor o entumecimiento. “Hay alguna víctima que solo ha sentido el pinchazo y ha ido a denunciar mucho más tarde porque ha visto lo que se estaba hablando en la prensa”, agrega Escudé.
No se ha podido aclarar aún si los pinchazos contenían algún tipo de sustancia estupefaciente y se mantienen abiertas todas las vías de investigación.
Con las primeras denuncias, los Mossos d’Esquadra se pusieron en contacto, vía Europol, con la policía francesa, donde se habían producido casos. “Nos dieron una información muy similar, que desde la reapertura de las discotecas en julio de 2021 había aparecido este nuevo tipo de violencia en todo el territorio nacional francés, que había implicado numerosas denuncias y que el fenómeno —que había aparecido por primera vez en Gran Bretaña—, consistía en pinchar utilizando una aguja a una persona que se encontraba bailando entre la multitud, en un entorno de ocio”, relata Escudé.
La portavoz hace hincapié en que la investigación es compleja porque “son conductas que se hacen de manera muy, muy rápida en grandes aglomeraciones de personas y los síntomas son muy variados”. Sus colegas franceses también les comunicaron que “no había habido esta vinculación entre un delito contra la libertad sexual con el pinchazo”.
De hecho, en los últimos meses han aparecido en la prensa internacional distintos artículos sobre este fenómeno, bautizado en inglés como needle spiking. En junio The New York Times se hacía eco de que había un “pequeño pero creciente número de casos denunciado”, con por ejemplo 300 casos en Francia desde marzo, menor que los de contaminación de bebidas pero con los mismos efectos. El rotativo subrayaba además la dificultad de seguir el rastro de estas supuestas agresiones y que la investigación es todo un rompecabezas para las autoridades.
Desde Ágora, Laura Urda insiste en que no quieren “alarmar ni que la gente tenga miedo, pero que las mujeres tengan herramientas para afrontar esta situación si les pasa”. “Cada vez son más las personas que acuden o contactan con nosotras por redes sociales. Es necesario un protocolo de sumisión química a nivel nacional, que a día de hoy no existe. Esto avanza y ya teníamos que controlar la bebida pero, ¿cómo controlamos nuestro cuerpo ante un pinchazo? Es prácticamente imposible”, reflexiona.
Urda detalla lo que debe hacer una persona si se encuentra en esta situación y cree que ha sido víctima de un pinchazo en una discoteca o un evento multitudinario:
- Avisar al entorno y pedir ayuda. “Es importante que si nota algo, que el entorno al completo sepa lo que está pasando, no solo una persona”, insiste Urda.
- “Hablar con el local, con la organización del festival o concierto siempre que sea posible”.
- “Acudir al hospital y que se hagan los análisis de sangre y serológicos pertinentes porque no sabemos dónde se han usado antes esas agujas. Si es necesario, recibir tratamiento preventivo contra algún tipo de enfermedad infecciosa”.
- En el hospital, pedir el informe pertinente y después denunciar ante las autoridades.
Desde Ágora también recomiendan “que no se cambien de ropa ni se duchen, porque estas drogas tienen un recorrido corto en sangre, pero quizás en la ropa puede quedar algo que ayude a esclarecer la situación”.
Los Mossos d’Esquadra también inciden en la importancia de recibir atención sanitaria lo antes posible: “Nosotros lo que recomendamos a las víctimas es que cualquier persona que sufra este pinchazo, con independencia de que quiera o no denunciar, se dirija inmediatamente a un centro hospitalario para que pueda iniciarse el protocolo tanto de protección de su salud como de recogida de muestras”.
Laura Urda también destaca que no solo son las afectadas las que tienen dudas ante este tipo de situaciones, también han recibido preguntas desde el personal sanitario para tener más claro cómo actuar en estos casos. Además, desde la consultora piden un protocolo nacional para poder contabilizar a las víctimas de estos pinchazos.