¿Pinchazo o éxito? La guerra de cifras de la manifestación de la derecha en Colón
De nuevo, una concentración política genera enfrentamiento entre organizadores y Delegación del Gobierno.
La siesta, los toros o la paella son algunas de las tradiciones españolas más identificadas tanto dentro como fuera de España. Pero en los últimos años hay otra tradición que ha arraigado con fuerza: pelearse por las cifras de asistentes a las manifestaciones. Los organizadores dan una, la Delegación del Gobierno de turno, otra. Para unos es un "pinchazo"; para los otros, todo un éxito.
El último ejemplo, el de este domingo en la plaza de Colón de Madrid, con la concentración convocada por la derecha que han encabezado PP, Ciudadanos y Vox.
Miles de personas ataviadas con banderas de España se han dado cita en el centro de la capital para clamar contra Pedro Sánchez y lo que consideran una "traición" al país y a la Constitución en favor de los independentistas catalanes.
¿Pero cuántos miles? Según la Delegación del Gobierno, 45.000. Una cifra que parecía ser asumida por uno de los convocantes, Ciudadanos, que informaba de que ellos calculaban un poco más, pero tampoco mucho: "más de 50.000".
Minutos después, el PP aseguraba que, según sus cálculos, habían asistido 200.000 personas, cinco veces más de lo que decía el Ejecutivo. Y Ciudadanos rectificó al rato, sumándose a la versión de los populares: sean 200.000 pues.
"Desde el balcón he visto a más de 200.000 personas", ha dicho el secretario general del PP, Teodoro García Egea, en declaraciones al programa Liarla Pardo de LaSexta apenas unas horas después de la concentración. "El CIS de Tezanos daba entre 10 y 12 personas", ha ironizado sobre la cifra ofrecida por la Delegación del Gobierno.
En el mismo programa, Toni Cantó, diputado de Ciudadanos, ha criticado al Gobierno por "cargarse la credibilidad de la Delegación del Gobierno" al aportar un dato de participación tan bajo. "A mí me ha costado tres cuartos de hora llegar a Atocha para coger el tren", ha dicho sobre la cantidad de gente que había en Colón.
Para unos, un éxito de convocatoria que supone "una lección de dignidad a Sánchez", según fuentes del PP.
Para otros, los socialistas, un "fracaso" que demuestra que "las ideas unen y la crispación no". "La sociedad ha dado la espalda a la crispación de las derechas", afirman estas fuentes.
Todo un clásico
Si hacemos memoria, en los últimos años siempre se ha producido esta guerra de cifras entre organizadores y Delegación del Gobierno. Es ya todo un clásico tras cualquier manifestación ligeramente politizada en España.
La primera gran movilización que vivió un este contraste de asistentes entre los que decían los organizadores y las autoridades fue la que se produjo el 15 de febrero de 2003 en numerosas ciudades de España en contra de la guerra de Irak.
Si tomamos como referencia Madrid, como la manifestación de este mediodía, los organizadores de aquella marcha del 'No a la Guerra' cifraron en dos millones los asistentes a la concentración, que recorrió las principales avenidas del centro de la capital hasta la Puerta del Sol, donde se leyó un comunicado. Sin embargo, la Delegación del Gobierno rebajó la cifra hasta las 650.000 personas. Aun así, a nivel global, la movilización entró en el Libro Guinness de los récords como la mayor marcha anti belicista de la historia.
Dos años después, el 4 de junio de 2005, la AVT (Asociación de Víctimas del Terrorismo) congregó a miles de personas en el centro de Madrid bajo el lema "Por ellos, por todos. Negociación en mi nombre NO" en protesta por la supuesta negociación del Gobierno con ETA. Un mes antes Rajoy había acusado al entonces presidente del Gobierno de "traicionar a los muertos" del terrorismo.
Los organizadores aseguraron que un millón de personas acudió a aquella movilización, mientras que la Delegación del Gobierno dijo que apenas fueron 240.000.
Mismo desfase se produjo apenas unos días después, el 18 de ese mismo mes de ese mismo año en la manifestación organizada por el Foro Español de la Familia contra la legalización del matrimonio homosexual, a la que acudió buena parte de la jerarquía de la Iglesia Católica así como varios miembros de la cúpula del PP.
Millón y medio de asistentes acudieron a esta marcha en el centro de Madrid, según los organizadores; 166.000, según la Delegación del Gobierno, con datos de la Policía Nacional.
La oposición al Gobierno de Zapatero hizo que 2005 fuera un año con mucha marcha. En noviembre, la Confederación Católica de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA) organizó una movilización por el centro de Madrid en protesta por la reforma educativa (LOE) del Gobierno en la que se corearon lemas como "los padres parimos, nosotros decidimos" y "por una educación en libertad".
También en esta manifestación hubo un evidente baile de cifras entre las que proporcionaron los organizadores (millón y medio de asistentes) y las de la Delegación del Gobierno (400.000).
Dos años después, el PP seguía su cruzada contra Zapatero por ETA, y convocó una manifestación junto al Foro de Ermua en contra de la negociación con la banda terrorista.
Esta vez, a la guerra de cifras se sumó la Comunidad de Madrid, que aseguró que se habían manifestado millón y medio de personas frente a las 180.000 que contabilizó la Delegación del Gobierno.
En octubre de 2009, numerosas organizaciones ultracatólicas, entre las que se encontraban HazteOír (los del autobús tránsfobo), convocaron una multitudinaria marcha en Madrid contra el derecho al aborto.
Cada vida importa era el lema de esta concentración que, según los organizadores, movilizó a dos millones de personas. Nada que ver con las 250.000 que cifró la Policía Nacional.
Uno de los mayores desfases entre organizadores y cifras oficiales de la Policía se produjo en 2014 tras las llamadas Marchas de la Dignidad, que recorrieron el 22 de marzo de ese año las calles de la capital en protesta por los recortes.
La movilización, que fue convocada bajo el lema "Pan, trabajo y techo para todos y todas", congregó a 2,5 millones de personas, según dijeron entonces los organizadores. Lejísimos de la cifra que ofreció la Policía Nacional: 36.000 manifestantes. Un mundo.
En los últimos años hemos vivido otros dos ejemplos de la guerra de cifras. La Fundación Danaes, a la que perteneció Santiago Abascal, líder de la formación ultraderechista Vox, convocó una manifestación en la plaza de Colón de Madrid en octubre de 2017.
Según los organizadores, unas 150.000 personas acudieron a la concentración, en la que intervino el propio Abascal. Pero la Delegación del Gobierno redujo a 50.000 el número de participantes.
El otro ejemplo es la manifestación feminista del 8 de marzo de 2018, con motivo de la huelga feminista celebrada ese día, que movilizó a miles de personas en numerosas capitales de España.
En Madrid, según los organizadores, se manifestó medio millón de personas, lejos de la cifra que aportó la Delegación del Gobierno: 170.000 personas.
Las únicas que se libran son aquellas movilizaciones que concitaron un amplio consenso político, como fueron la que se produjo en Madrid el 15 de julio de 1997 en protesta por el asesinato por parte de ETA del concejal del PP Miguel Ángel Blanco, y la que tuvo lugar el 12 de marzo de 2004 tras los atentados del 11-M en Madrid.