El dramaturgo británico Peter Brook, premio Princesa de Asturias de las Artes 2019
El jurado lo considera uno de los "grandes renovadores de las artes escénicas".
El dramaturgo inglés Peter Brook ha sido distinguido este miércoles en Oviedo con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2019 por ser uno de los “grandes renovadores de las artes escénicas, con montajes de alto compromiso estético y social”.
Considerado el mejor director teatral del siglo XX y uno de los grandes renovadores del teatro contemporáneo, Peter Brook, que también ha dirigido ópera y cine, ha trabajado en escenarios de toda Europa y en países como India, Sudáfrica e Irán, entre otros.
Se trata de un “maestro de generaciones” que abrió “nuevos horizontes a la dramaturgia contemporánea, al contribuir de manera decisiva al intercambio de conocimientos entre culturas tan distintas como las de Europa, África y Asia”, según recoge el fallo del jurado.
Su presidente, el director del Bellas Artes de Bilbao, Miguel Zugagaza, ha sido el encargado de dar lectura al fallo este mediodía desde el Hotel de la Reconquista de Oviedo.
Pionero del teatro experimental británico, Brook fue director de la Royal Opera House y la Royal Shakespeare Company a mediados del siglo pasado, antes de trasladarse a París y fundar un grupo internacional de creación y teatro experimental, el Centro Internacional de Creaciones Teatrales (CICT), del que es director.
Este director, pero también guionista y escritor, triunfó por la puesta en escena de obras de Shakespeare, como El sueño de una noche de verano, pero también por otras personales como Mahabharata y óperas de Bizet o Debussy.
Hijo de judíos rusos emigrados a Inglaterra, Brook nació en Londres en 1925 y tras cursar estudios en prestigiosos colegios y en la Universidad de Oxford, Brook debutó con 20 años como director teatral y en 1947 ya estaba al frente de la Royal Opera House.
Tras tres años en ese puesto y tras trabajar en numerosas producciones en Europa y Estados en la década de los cincuenta, regresó a su ciudad natal para hacerse cargo en 1962 de la Royal Shakespeare Company.
Brook abandonó esta compañía en 1970 ante la prohibición de trabajar con actores internacionales y después de haber presentado las obras de Shakespeare con un enfoque nuevo e ingenioso.
En 1971 estableció su residencia en París y fundó el Centro Internacional de Investigación Teatral (CIRT), denominado actualmente Centro Internacional de Creaciones Teatrales (CICT).
En París, donde lleva afincado casi medio siglo, también dirigió, entre 1974 y 2010, el teatro parisino Les Bouffes du Nord.
De sus obras, que abarcan casi todos los estilos teatrales, destacan títulos como Medida por medida (1950), La tempestad (1955) o La visita (1958), además de El rey Lear (1962), The Screens (1964), Marat-Sade (1964), Timón de Atenas (1974) y El jardín de los cerezos (1981), entre otras.
En 1985, y tras diez de preparación, presentó Mahabharata, un montaje teatral de seis horas de duración que supuso su consagración definitiva.
Entre sus últimos trabajos se encuentran Sizwe Banzi est mort (2007), Eleven and Twelve (2009) y Warum Warum (2010).
La candidatura de Brook fue propuesta por Antonio Lucas, miembro del jurado del Premio Princesa de Asturias de las Letras 2019.
El galardón de las Artes, al que optaban 40 candidaturas de 17 nacionalidades, ha sido el primero en fallarse de los ocho premios que anualmente concede la Fundación Princesa de Asturias y que este año cumplen su XXXI edición.
El pasado año, el jurado concedió este galardón al director, guionista, actor y productor estadounidense Martin Scorsese, uno de los cineastas más reconocidos de Hollywood.
En la nómina de ganadores de este Premio también se encuentran, entre otros, Núria Espert, Francis Ford Coppola, Michael Haneke, Norman Foster, Woody Allen, Paco de Lucía, Vittorio Gassmann, William Kentridge o Bob Dylan.
Cada uno de los ocho Premios Princesa de Asturias está dotado con una escultura diseñada por Joan Miró —símbolo representativo del galardón–, un diploma acreditativo, una insignia y la cantidad en metálico de 50.000 euros.