Bienvenidos a la Generalitat de Aragonès
El nuevo president se fija la pandemia, la recuperación económica y la Mesa de Diálogo como prioridades con un referéndum pactado como horizonte lejano.
Ya se ha intercambiado mensajes con Pedro Sánchez. Esperan hablar esta misma semana y fijar pronto una reunión entre los dos. Pere Aragonès marca desde el principio en el Palau de la Generalitat una impronta diferente a la de Quim Torra. Se trata del primer presidente de Esquerra durante la actual época democrática y, bajo unas templadas pero contundentes formas, tiene trazada ya su propia hoja de ruta.
Cataluña ha arrancado una nueva fase este lunes con la toma de posesión de Aragonés. Se trata de un Govern de coalición, algo que ya ha vivido la comunidad, pero por primera vez tiene a Esquerra en el despacho principal y a Junts -el mundo posconvergente- en el papel de socio más pequeño. No fue fácil el anterior Ejecutivo -con los socios desesperándose- y este tampoco lo será, pero en Esquerra confían en el temple del recién investido president para engrasar la relación e intentar aguantar una legislatura completa (desde 2010 se vienen sucediendo elecciones anticipadas en Cataluña de manera recurrente). El ‘número uno’ aspira a recuperar la institucionalidad y a darle un mayor toque social a la administración catalana.
La fórmula que gobernará ahora Cataluña será la de ERC más Junts, apoyados desde fuera por la CUP en el Parlament, y con la siempre presente voz de Carles Puigdemont desde Waterloo, aunque Esquerra anhela que merme su influencia durante esta legislatura. Y con un president que no es el líder del partido, sino que maneja las riendas desde prisión Oriol Junqueras. Una bicefalia que no tendría que traer grandes problemas pues son pupilo y maestro. “No tengo que matar al padre”, repite constantemente Aragonés. Finalmente tendrá como vicepresidente, por la parted de Junts, a Jordi Puigneró, tras el rechazo de Elsa Artadi.
El listado completo de miembros del Govern se conocerá este martes, y durante la semana el nuevo presidente también anunciará a la portavoz del Govern, que no tendría que ser consellera obligatoriamente. Son muchos los frentes abiertos. Uno vital: la relación con La Moncloa. Desde los dos lados se espera una época diferente a la de Torra. En mente hay una reunión primero entre Sánchez y Aragonès, que tienen contacto fluido. Sería el paso previo para retomar la Mesa de Diálogo -el órgano que se pactó para la investidura de Sánchez, que se ha reunido sólo una vez y al que ahora se suma también Junts-. Fuentes del Gobierno central resumen así la actitud en este emergente tiempo: “Diálogo y cooperación”.
El nuevo Govern se ha fijado en el horizonte la realización de un referéndum pactado con el Gobierno central (lo que supone romper con la vía unilateral y abrazar el pragmatismo de Esquerra). Pero La Moncloa nunca autorizará una consulta para la independencia, repiten constantemente los miembros del Ejecutivo. Desde el PSC se aboga más por votar algún tipo de acuerdo de convivencia que se alcance en el marco catalán.
Lo que sí estará sobre la mesa de Pedro Sánchez en los próximos meses será el tema de los indultos (a la espera todavía del informe del Tribunal Supremo, aunque no es vinculante). En La Moncloa se dice que no hay novedades, pero sectores del partido y del Gobierno asumen que podrían aprobarse y que hay que afrontar el coste político para intentar buscar una solución en Cataluña. Aragonès ha dicho que sería un buen primer paso, aunque sigue exigiendo una amnistía general. Además, el Ministerio de Justicia podría presentar también una reforma del Código Penal en cuanto a los delitos de rebelión y secesión. Desde el PSOE se espera también que todo esto, y sin elecciones a la vista, se traduzca en estabilidad parlamentaria, al depender de Esquerra. En el PP ya se preparan para hacer una dura oposición con este tema y fuentes de Génova señalan: “¿Está pagando el Gobierno un precio político a través de estos indultos y estamos conociendo su pacto oculto con los independentistas para ser presidente? Acudiremos al Tribunal Supremo si los concede”.
“Lo más peligroso de este Govern es la inestabilidad de Junts. Hay una parte importante que no está a favor de este pacto. Han salido Artadi, Rius, Madrenas… a decir que es mejorable el pacto. Puigdemont es experto en desestabilizar todo aquello que no le gusta”, resume un alto cargo de Junts al hilo sobre esta legislatura. Desde el “independentismo”, además, se espera algún “gesto” del Gobierno a Esquerra. Si no lo hay, la parte más dura del soberanismo volverá a intentar imponerse frente al pragmatismo que representa Aragonès. Durante la presentación del acuerdo, tanto el president como Jordi Sánchez dijeron que trabajarán en un plan B. por si no había referéndum pactado, para llegar a la independencia.
Como reto más inmediato, Aragonés tiene la recuperación económica y la gestión de esta fase de la pandemia. Todavía tiene que valorar si intenta aprobar unos presupuestos para este año o si empieza a elaborar los de 2022. La economía va a repuntar en los próximos meses gracias al proceso de vacunación, la vuelta a la normalidad y la llegada de turistas, pero Cataluña perdió hace tres años el trono de locomotora de España a favor de Madrid. Ese será uno de los frentes, con la gran misión de implementar los ingentes fondos de la UE. La cartera económica ha recaído en Junts y se esperan tensiones para cuadrar las cuentas con los apoyos de la CUP. Todo ello en la fase de vacunación viento en popa y con Cataluña relajando las medidas, después de muchos meses con restricciones duras. Con la vista puesta en implementar otras gradualmente como el abandono del uso de la mascarilla al aire libre. Tiene previsto el republicano organizar como uno de sus primeros actos un encuentro con jóvenes sobre salud mental.
Aragonès, en su primer día como president. ¿Aguantará cuatro años?