Sánchez se reivindica tras cuatro años de la moción de censura e insufla ánimos al PSOE ante la carrera electoral
El presidente ahonda en el lado social y en la agenda internacional para reactivarse frente a una derecha en ascenso.
Hace cuatro años la política española cambió. De manera profunda. Aquel 1 de junio salía adelante la primera moción de censura victoriosa, quitando a Mariano Rajoy de La Moncloa tras la demoledora sentencia de la Audiencia Nacional sobre el caso Gürtel, que condenaba al PP a título lucrativo. El gallego menospreció aquel fallo y apenas hizo un comunicado de un párrafo. Pero la oposición se unió, algo que no había sido posible tras las elecciones anteriores, con la máxima de dejar atrás los años de corrupción del Partido Popular.
Fueron horas para la historia democrática de España, con imágenes impensables como la de Rajoy encerrado en un reservado de un restaurante de Madrid mientras a escasos metros Soraya Sáenz de Santamaría ponía el bolso en el asiento del presidente ausente. Y la votación daba un vuelco a favor del PSOE gracias al giro del PNV. Suponía entrar en una nueva era en la que se producían muchas ‘primeras veces’: Pedro Sánchez se convertía en el primer presidente que salía de una moción y el primero que no tenía escaño en el Congreso, además era la primera vez que un partido estaba en La Moncloa sin ser la fuerza mayoritaria.
Han pasado cuatro años desde entonces y parece que hubieran sido cuarenta años de la cantidad de cosas que han acaecido. Luego vendrían dos elecciones y el primer Gobierno de coalición tras la II República. Además, durante este tiempo cayó lo que se conocía como la nueva política y ya no están ni siquiera en política Albert Rivera, Pablo Casado y Pablo Iglesias. Sánchez sigue demostrando su manual de resistencia. Y han sido también cuatro años en los que la derecha no ha asumido aquel instrumento democrático y ha intentado tumbar en todo momento al Ejecutivo, llegando a calificar de ilegítimo.
Pero en la política cada minuto cuenta y puede ser una sorpresa. Este aniversario ha coincidido con un clima preelectoral, con la campaña para las andaluzas en ciernes. Se trata de un momento complicado para el Gobierno, ya que en las encuestas sube con fuerza Alberto Núñez Feijóo (PP) junto a la extrema derecha, y con la sensación de bajón ante las urnas del próximo 19-J. Pero, además, la situación económica no es la mejor, con una galopante inflación que afecta al bolsillo de los ciudadanos. Y la política son estados de ánimo.
Por eso este lunes Sánchez ha reunido a sus diputados y senadores, con una misión principal: reivindicarse e insuflar ánimos. Desde las andaluzas se inicia un estresadísimo calendario electoral, que debe acabar con las generales del año que viene. Y el presidente del Gobierno tiene claro que hay que ahondar en esa agenda social en un momento en el que los efectos de la guerra de Ucrania se sienten en todos los bolsillos.
Ha tomado una decisión vital: prorrogar las medidas incluidas en el decreto anticrisis, que debían acabarse el 30 de junio. La guerra de Ucrania se cronifica y sus efectos de la misma manera. Desde el mismo momento que se aprobó aquel decreto, como confesaban miembros del Ejecutivo internamente, se sabía que habría que alargarlo varios meses. Y así se hará: con iniciativas como la bonificación de 20 céntimos en el combustible, la subida del ingreso mínimo vital y la ampliación del bono social. Desde La Moncloa se explica que seguirá las líneas generales del anterior texto, pero se analizarán algunas propuestas por si se pueden mejorar.
Y ha lanzado esta idea contra el Partido Popular: “A ver si tenemos más suerte y los que dicen que aman a España que lo demuestren amando a los españoles y aprobando medidas que son buenas para los españoles”.
Esta es otra de las preocupaciones que hay en el Gobierno: la oposición no apoya nada y tiene una estrategia “furibunda”, pero consigue capitalizar el malestar ciudadano, mientras que el Gobierno no logra que la sociedad entienda en su conjunto la salida diferente que se está dando a la crisis. Ese desconcierto se vive ahora con las elecciones andaluzas, donde el PSOE y la izquierda no va a lograr traducir en votos medidas como los ERTE o el escudo social. Empezando a circular rumores dentro del partido de posibles cambios tras las autonómicas.
Ha querido el presidente, según confiesan en su entorno, hacer también un discurso para insuflar ánimos al partido en un momento clave y que el PSOE salga a defender todo lo hecho durante este tiempo, en el que se ha tenido que enfrentar a una pandemia, un volcán y una guerra en las puertas de Europa.
Las intervenciones de Sánchez ante sus parlamentarios siempre sirven de guía a todo el partido para extender el mensaje a lo largo y ancho de España. Una de las ideas clave ha sido: “El PP mira la corrupción y los escándalos de corrupción de hoy, de anteayer y de siempre de la misma manera y reacciona de la misma forma, mirando hacia otro lado ante los escándalos de corrupción. Es capaz de sustituir a su líder por denunciar un caso de corrupción en sus filas”.
El presidente también está tirando mucho de agenda internacional durante estos días, como su reciente intervención en el Consejo Europeo extraordinario. Además, este viernes se trasladará hasta Moldavia y el pasado lunes organizó el acto de los 40 años de España en la OTAN. Y es precisamente la cumbre de este organismo lo que obsesiona en estos momentos a La Moncloa para que todo salga a la perfección en una coyuntura marcada por la guerra de Ucrania y el simbólico paso de Finlandia y Suecia de entrar en este club. Los socios de Gobierno han chocado por este evento, pero lo organiza Presidencia y ya Yolanda Díaz y Alberto Garzón se han puesto del lado de Sánchez frente a la sección dura de Podemos.
Cuatro años de una moción de censura… y poco más de uno para intentar revalidar La Moncloa.