Paul Auster: "Trump es un psicópata, un peligro, una amenaza para Estados Unidos y para el mundo"
El escritor presenta en Madrid su novela '4 3 2 1' y charla sobre Trump, la crisis nuclear y sobre su papel como novelista en el convulso siglo XXI.
Es un titán de la literatura, pero aquel que se lo cruce por la calle probablemente no lo diría. Su pelo entrecano, cada vez con más entradas, sus ojos caídos y abiertos apenas hasta la mitad, su gran envergadura, que conlleva esos andares lentos, y su espalda, algo encorvada, podrían hacerle pasar más por uno de sus personajes —un detective que pasea por el Upper West Side neoyorquino, el parroquiano de algún bar— que por su propio autor.
Pero no, no es uno de sus tantos espejismos. Es él mismo: Paul Auster. Ahí está, generando una expectación más cercana a la de una estrella del pop que a la de un escribano. Tampoco es un plumilla cualquiera: 22 novelas, obras de teatro, ensayos y hasta guiones cinematográficos lo contemplan. También lo contemplan este lunes 4 de septiembre —tras una gira de varias semanas por media docena de países europeos— decenas de cámaras fotográficas y de televisión, algo de lo que pocos nombres del mundo literario pueden presumir, menos si son extranjeros. Aunque tampoco es que Auster presuma de ello, precisamente.
Lo mismo le da hablar de Donald Trump que de Archibald Ferguson, el protagonista de la novela que ha venido a presentar, 4 3 2 1. Paul Auster es un pensador y narrador como pocos del mundo contemporáneo. Esta nueva novela demuestra que es capaz de tocar la guerra de Vietnam, los disturbios raciales, la música de los años sesenta, el amor y el sexo en todas sus variantes, Nueva York, París, las inquietudes de la etapa universitaria... sin pestañear, sin solución de continuidad y sin que nada rechine. Todo cuadra a la hora de contarnos las múltiples andanzas de Ferguson.
De él, pero también del mundo que nos rodea y que le apasiona, ha querido hablar en esa multitudinaria, larga y celebrada rueda de prensa (que ha acabado entre aplausos). De todo, excepto de la cuestión que siempre se huele en el aire cuando entra en una sala: ¿estaremos ante un futuro premio Nobel? El pudor le vence y aletea con las manos como para alejar ese asunto, que parece avergonzarlo y del que prefiere no hablar. "No sé qué decir, va más allá de mí. Es algo en lo que intento no pensar mucho".
Pasen y gocen de la especialidad de Paul Auster: las frases con más fuerza.
Sobre Trump como amenaza:"Trump es un psicópata. Conozco mucha gente así a mi alrededor, pero no al que hayan votado 60 millones de personas. Es un peligro, una amenaza para Estados Unidos y para el mundo. Rezo porque no llegue a un segundo mandato. Me hace preguntarme si el mundo seguirá aquí".
Sobre Donald Trump y el futuro: "Trump podría estar ocho años en la presidencia o podría morir mañana. Es imposible saberlo".
Sobre cómo vive la situación actual: "Me hace sentirme miserable, frustrado".
Sobre el triunfo de Trump contra Hillary Clinton: "Me fascina que le hayan votado [a Trump] el 52% de las mujeres de Estados Unidos. Se realizó una campaña misógina contra Hillary Clinton".
¿Qué libro le regalaría a Trump?: "Donald Trump es incapaz de leer. Por lo que sé, no le gusta el olor de los libros, por lo que asumo que no le gusta sujetarlos. Lo único que lee es lo que sus ayudantes le dan, que tiene menos de una página".
Sobre cómo narrar lo que hoy ocurre en el mundo: "Guerra y Paz narraba acontecimientos de hace 50 años. Yo también estoy narrando [en 4 3 2 1] acontecimientos de hace 50 años. Creo que eso es lo que se tardar en saber y absorber lo que ha ocurrido en el mundo. Los periodistas tienen que prestar atención a lo que sucede hoy. La literatura y la poesía vendrán más tarde; ahora se necesita vigilancia y atención. El arte... ¿quién sabe?".
Sobre la inmigración y la identidad en Estados Unidos: "Todo el mundo es inmigrante, excepto los indios, y fueron asesinados".
"Estados Unidos siempre ha tenido la puerta abierta en cuestión de inmigración, pero también siempre ha generado conflictos innegables".
Sobre EEUU, su origen y su identidad: "Estados Unidos es una idea. Es la primera vez que se inventó un país. Es una tragedia, porque los Estados Unidos se fundaron sobre dos crímenes: el genocidio indio y la esclavitud. América nunca se ha enfrentado a América de manera honesta, nunca se ha hecho las preguntas que debería".
Sobre la crisis nuclear y su posible solución: "Es curioso que me lo preguntes... Si tuviera una gran respuesta no estaría escribiendo libros sino trabajando para el Gobierno. Confío en que ninguno de esos dos hombres con corte de pelo extraño logren hacer sus locuras. Aunque si un día está [Kim Jong-un] enloquece y a Trump le pilla de mal humor... podría pasar algo".
Sobre las diferencias entre Europa y EEUU: "He estado en Escocia, en Noruega, he pasado un día en Dinamarca, en Suecia. Finlandia me pareció fascinante. Su presidente es un gran lector de novelas, me invitó a comer y me entrevistó en el escenario de una librería. Insólito. Justo antes estuvo en Washington y conoció a Trump, que dijo: 'Me alegro de que la fuerza aérea finlandesa compre 70 aviones estadounidenses'... ¡y se lo estaba inventando!".
"Veo en Europa las mismas ansiedades y los mismos populismos que en América, pero América es tan poderosa y tan significativa..."
Sobre su proceso de escritura: "No llevo toda la vida esperando escribir esta novela... Sólo pensé en hacerlo uno o dos meses antes de empezarla. Lo que sí es cierto es que necesitaba hacerlo".
Sobre su categoría como escritor: "No me considero a mí mismo un escritor del azar, ni postmodernista ni postpostmodernista. Lo inesperado es parte de la vida. Es la mecánica de la realidad: nos suceden cosas bizarras y creemos que están fuera de la norma, pero es que eso es la norma. Lo inesperado. Los seres humanos somos capaces de tomar decisiones y de hacer planes, a veces no. Intento contar las historias que representan el mundo como yo lo entiendo".
Sobre el momento de acabar una novela: "Tras acabarla, cuando me levanté de la silla casi me desplomo en el suelo. Es una sensación de agotamiento... Ya estoy pensando en superarla, cuando termine todas estas charlas. Es pasado, os pertenece a vosotros, no a mí".
Sobre lo próximo que escribirá: "No voy a escribir otras mil páginas durante tres años. Pero ya he empezado algo nuevo. Llevo dos páginas".
Sobre cómo se le ocurrió la forma de la historia: "La mayoría de mis libros requieren mucho tiempo para desarrollarse. La forma se dicta por los personajes. La opción de contar la historia de una persona en cuatro versiones paralelas se me ocurrió una mañana, tomando té, y me dije: 'Yo puedo hacer esto".
Sobre la edad de su protagonista: "Archie no va más allá de los 20 años, porque todos los grandes cambios de la vida tienen lugar en los primeros 20 años de la vida. Los cuerpos, las mentes, las almas... Si acabamos siendo lo que somos es gracias a nuestros 20 primeros años. Luego sufrimos cambios pero de manera más lenta".
Sobre la elección del número cuatro: "En principio no sabía cuantos Archies quería. Me di cuenta de que el cuatro era el número perfecto, era un cuadrado, era pura simetría. Hay cuatro estaciones, cuatro elementos, los cuatro vientos... Ya sabía quiénes eran los personajes y sabía qué querían. Nunca estás seguro, porque tienes 50 ideas, 100 historias... Pero los fui apartando. Además, no podía hacer un libro tan, tan gordo que nadie pudiera leer [risas]".
Sobre sus semejanzas con Archie: "El corazón emocional de esta historia es Archie, pero Archie no soy yo. Ferguson comparte conmigo el tiempo y la geografía, es un mes más joven que yo y vivió en los mismos lugares que yo. Pero no soy yo".
Sobre la novela y su propio azar: "He tenido dos azares en mi vida. El primero, que narró en El cuaderno rojo, es que cuando tenía 14 años, en un campamento de verano, en una tormenta eléctrica feroz, fui testigo de la muerte de otro chico de 14 años. Ha sido el momento más importante de mi vida. Entonces entendí que el suelo sobre el que ando no es sólido. Aquí se manifiesta en dos historias, en una por el protagonista y en otra con él como testigo".
Sobre Archie Ferguson, su protagonista, y su relación con su padre: "Todos los Ferguson aprenden de su padre. El primero es un hombre taciturno, tienen una escena arreglando viejos aparatos como en una novela de Dickens. Con el cuarto mantiene una relación agria, sombría".
Sobre una posible adaptación cinematográfica: "Lo dudo mucho, resultaría difícil. No captaría su esencia, lo que en ella sucede, tiene frases muy largas, con mucho ritmo... Podría ser una serie de 28 temporadas [risas]. Se asemejaría más a un ballet".
Sobre la historia de Archie en un futuro: "No, habrá continuación. Es una historia de desarrollo humano, por lo que es lógico que ocurra en sus primeras décadas. Hay que dejar que él siga su vida. Podemos imaginárnosla... [risas]".
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