La letra pequeña para que el eje Prado-Retiro de Madrid conserve el Patrimonio de la Humanidad
La capital consigue su primera inscripción en la lista de la UNESCO.
Desde este domingo Madrid está en la lista de ciudades con algún Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, una distinción que se le resistía a la capital y que se suma a los otros cuatro enclaves de la Comunidad que ya estaban en el listado.
El Paseo del Prado y el parque del Buen Retiro han sido distinguidos en la categoría de Paisaje Cultural Urbano, situándose como el primer conjunto europeo que entra en esta categoría.
La candidatura, bautizada como Paisaje de la Luz, ha estado acompañada de la polémica y antes de que la UNESCO diera a conocer su decisión el ICOMOS, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, presentó un informe en el que rechazaba la incorporación del enclave al listado de Patrimonio de la Humanidad.
El ICOMOS es un consejo que asesora a la UNESCO y que defendió en el documento que elaboró tras su análisis que la candidatura conjunta del Paseo del Prado y del parque del Retiro era un error, además de la rareza de incluir museos en la lista.
A lo largo del Paseo del Prado se sitúan los museos Prado, Thyssen-Bornemisza y Reina Sofía, pero, de entrada, las galerías no pueden formar parte del listado de Patrimonio de la Humanidad, que ayuda a la protección y conservación de los enclaves distinguidos. Además de la excepción madrileña, antes se inscribió a la Isla de los Museos de Berlín, por ser un conjunto único.
A pesar de tener este informe en contra, Madrid lo ha conseguido, aunque el trabajo no termina aquí. La UNESCO impuso una serie de condiciones al Ayuntamiento de la capital para mantener la distinción, y la principal es la lucha contra la contaminación provocada por los vehículos, que en el centro de la ciudad ya es superior a los niveles que se alcanzaban antes de la pandemia.
Algunas voces expertas apuntan a que sería buen momento para peatonalizar el Paseo del Prado, pero el consistorio no se ha pronunciado al respecto. Saltarse la condición impuesta por la UNESCO puede hacer que la inscripción peligre, como ha sucedido este año con Liverpool.
La institución decidió retirar a la localidad inglesa de la lista después de asegurar que la expansión de la ciudad había perjudicado a su caso histórico y contribuido a un “serio deterioro”.
No es el único enclave que puede perder su distinción. La del monumento prehistórico de Stonehenge, en Reino Unido, también peligra por la construcción de un túnel en una carretera cercana.