La ‘preparty’ del PP: “Después de lo malo, estamos contentísimos”
El ‘mañaneo’ de la primera jornada del congreso del PP: Feijóo convierte en ‘influencers’ a Gamarra y Bendodo.
SEVILLA- “Tengo la sensación de que fuera sábado”. Esto confesaba a media mañana Cuca Gamarra en la entrada del cónclave del PP. Todavía no había llegado el futuro jefe (sólo le quedan 24 horas oficialmente para serlo). Algunos aplausos, selfies. Y la riojana encara la enorme rampa de acceso del palacio de congresos de Sevilla hacia la calle (Fibes, apréndanlo, no sean centralistas a lo Ifema). Se cruza, de repente, con Alfonso Alonso. Se funden en un gran abrazo. Ay, esto no pasaba en tiempos de Pablo Casado.
Primavera sevillana y el PP está de preparty. A la vez un miembro del PP gallego desliza: “Después de lo malo, estamos contentísimos”. A lo importante, que llega el jefe. Gamarra, a pie de pista, pasan las once de la mañana. Dentro, al equipo de Feijóo, minutos antes, no dejan de hacerle bromas los periodistas sobre si han buscado ya piso en Idealista en Madrid.
Feijóo ya pisa suelo congresual pasadas las once. Beso con Gamarra, su ‘número dos’ a partir de este fin de semana. Y busca que sea algo totalmente diferente a Teodoro García Egea. Quiere su lado de exalcaldesa de Logroño, política de barrio, de vecinos, de calle. Menos ideología y más bolsillo de los votantes. Menos Siria y más Soria, como le decían a Aznar sus colaboradores.
Todos pendientes de Feijóo, con decenas de cámara esperando. Y todos los compromisarios, que son unos 4.500. De él depende el futuro de mucha, mucha gente. Una cosa ha dejado clara: él marca los tiempos, los silencios y los nombramientos. Un exministro lo describía así al verlo pasar en la entrada: “Si Rajoy era gallego, este es gallego y medio”. Venga, que viene sorpresa.
Habrá un coordinador general de partido, una especie de número tres. ¡Y premio gordo para Andalucía! Elías Bendodo, el cerebro político del PP andaluz se convierte en una todopoderosa figura a partir de ahora en Génova 13 (sin dejar sus cargos en el sur). Muchos guiños: le da poder a Moreno, el primero que tendrá que medirse en las urnas en la era Feijóo. Aquí ya nadie se la juega sobre la fecha, ganando enteros la posibilidad de sacar las urnas en junio ya.
Prepárense en la capital, que el malagueño es pura estrategia. Disfruta con la política, la lleva en la sangre. Compartiendo Bendodo con el gallego su obsesión con los medios, lo leen todo, lo analizan todo, buscan el significado hasta de la última coma.
Feijóo ha querido dejar claro ya quiénes mandan a la espera de la votación del sábado. Se ha sentado en el plenario junto a Gamarra y Bendodo (el gallego y el andaluz se van a complementar, sólo hay que ver que uno lleva el reloj en la derecha y otro en la izquierda. Adivinen, adivinen).
Lo que está claro es que los ‘marianistas’ y ‘sorayistas’ están de vuelta: tanto Gamarra como el nuevo coordinador general estuvieron al lado de la vicepresidenta. Como Fátima Báñez, que se está dejando querer mucho y dejando ver. Casualidades de la vida… se ha sentado junto a la presidenta del congreso, la gaditana Teófila Martínez. Luego ha compartido butacas con Esteban González Pons, que ha inaugurado el cónclave como presidente del Comité Organizador. “Mentiría si dijese que el camino ha sido fácil. Hoy abrimos una etapa que no es una refundación pero casi es un reinicio”, ha lanzado el eurodiputado.
El PP se está olvidando demasiado rápido de la generación de Casado. ¿Casado? ¿Alguien se acuerda de él? Esta mañana sólo lo mentado Beatriz Fanjul con cariño: “Te quiero y te querré toda la vida”. Al borde de las lágrimas.
El PP quiere vender durante estos días a España el lema de “Lo haremos bien”, que está impreso en cada esquina de este XX Congreso. Y también otro guiño vintage: aquí en Sevilla, en este escenario, Fraga gritó a Aznar eso de “ni tutelas ni tutías”. Se lo ha recordado a todos el expresidente de Extremadura José Antonio Monago, que ha tirado de mucha memoria ‘pepera’ y ha provocado carcajadas cuando ha rememorado cuando no entendía las palabras de Fraga literalmente, pero entendía que quería un Albariño. Y eso hacía, se lo llevaba.
Que no falte el azul PP. Bien de azul PP. Desde las camisas de ellos hasta el escenario. Venga, los cordones de las acreditaciones también (por cierto, 430 periodistas darán cuenta de todo, de 137 medios). Azul en la camisa de Loles López y también el vestido de Gamarra, de la marca Massimo Dutti (guiño al PP y a Galicia). El PP en la intimidad habla ahora gallego. El PP de Madrid, a la espera de Isabel Díaz Ayuso, un poco desdibujado todavía en los nombramientos. Por allí andan Pío García Escudero y Ana Camíns charlando, mientras José Luis Martínez Almeida entra solo. También parte el bacalao en la puerta Alfonso Serrano.
El PP está de fiesta, no hay motivos para los nervios. Todo muy PP: sólo un candidato y han evitado hacer un debate ideológico. No se tocan los estatutos, ni se hablará de enmiendas. Esto se trata del nuevo retrato del poder. Sí se ha chafado una cosa: la gran foto de expresidentes. Aznar ha dado positivo en covid y no ha podido acudir a la capital andaluz. Están bien, dicen en el PP, y saludará a todos por videoconferencia. Ya ha habido un aperitivo con un vídeo sobre lo “difícil” que es ser militante del PP porque reciben muchos insultos. Entre los protagonistas, Aznar y Mariano Rajoy. Gamarra lo comenta también todo junto a Alfonso Fernández Mañueco, sentado al otro lado. El hombre que ha bendecido por primera vez a la ultraderecha en un Gobierno.
Pero hoy no hay que pensar mucho en el PP. Hoy es la ‘preparty’.