Paradores: de todos y de todas
Permítanme unos pocos minutos de su tiempo para contarles una historia de éxito que debería alimentar nuestro orgullo colectivo.
Hace mucho tiempo, 90 años exactamente, los españoles tuvimos una buena idea que no existe en ningún otro país del mundo. Hemos sido los únicos en imaginar y llevar a la práctica una manera singular de preservar nuestro esplendido patrimonio histórico, artístico y cultural, al tiempo que promocionamos el turismo, la mayor industria de nuestro país.
El invento se llama Paradores. Una empresa 100% pública, que ha sabido cuidar y sacar rendimiento a algunos de los cientos de castillos, palacios y monasterios españoles y que ha ayudado a poner en el mapa del turismo a algunos enclaves naturales incomparables.
Déjenme que les de algunas cifras: 90 años, 96 Paradores en España y una franquicia en Portugal, 4.000 empleos, casi millón y medio de clientes alojados y más de dos millones de cubiertos servidos en 2017. Todo ello con beneficios después de impuestos.
Hablo de beneficios en la cuenta de resultados pero, sobre todo, beneficios para nuestra sociedad. Paradores ayuda a fijar población en la España rural, crea empleo, es un motor económico nacional y tractor del desarrollo local, conserva edificios históricos, promociona la gastronomía autóctona y recibe a cientos de miles de visitantes nacionales y extranjeros cada año que se llevan el mejor recuerdo de su experiencia con nosotros.
Seguramente haya quien no comprenda por qué España tiene una empresa pública que explota hoteles y restaurantes. Habrá quien opine que estarían mucho mejor en manos privadas. A quienes piensan así, hay que recordarles que jamás la iniciativa privada se hubiera encargado de mantener tantos establecimientos abiertos, especialmente aquellos que no ganan dinero, pero que sí ayudan a llevar vida a comarcas enteras. Paradores no solo logra mantenerlos en funcionamiento, sino que consigue el conjunto de la red arroje números positivos.
Competidores turísticos de España, como Francia, Italia, Grecia o Turquía, tienen también miles de magníficos edificios históricos y enclaves naturales privilegiados, pero ninguno de esos países tiene Paradores. España es un gran país. A veces comete errores, como todos, pero también puede enorgullecerse de grandes aciertos colectivos que debemos poner en valor. Paradores es uno de ellos.
Cada vez que gastamos un euro en uno de nuestros Paradores, lo invertimos en una experiencia personal única, pero también invertimos en lo mejor de nuestro país: sus pueblos y ciudades, su historia y sobre todo su gente.
Feliz 90 aniversario a todos y a todas, porque Paradores es de todos y de todas.