Palos y disparos al agua: así impide la Guardia Costera la entrada de migrantes en Grecia
El drama humanitario se agrava en las fronteras de la UE y se ha cobrado ya la vida de un menor.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se planta. Abre las puertas, o más bien, las cierra para los refugiados que el país acogía hasta la fecha tras el denominado “pacto de la vergüenza” firmado con Europa en 2016.
Erdogan subraya que la Unión Europea y la opinión pública mundial no entienden la situación actual en Turquía, que ya acoge a más de cuatro millones de refugiados, y asegura que 1,5 millones de sirios han tenido que abandonar sus hogares en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, y han llegado a la frontera con Turquía.
El mandatario turco ha rechazado además la oferta de 1.000 millones de euros en ayuda a los migrantes y ha recordado que Ankara ya ha gastado 40.000 millones de euros y tendrá que buscar vías para conseguir los fondos necesarios.
El drama humanitario se agrava en las fronteras de la UE y se ha cobrado ya una primera víctima mortal: un niño murió este lunes ante las costas de Lesbos.
Según la guardia costera, el pequeño iba en un bote inflable en el que viajaban un total de 48 refugiados. La zodiac llegó hasta la linde marítima con Grecia escoltada por una embarcación turca y a gran velocidad. Allí y con la guardia costera enfrente, los tripulantes decidieron hacer volcar el bote.
En la frontera terrestre, donde miles -sino decenas de miles- de personas se agolpan a la espera de que la verja que los separa de la UE se abra, las escenas repetían el patrón de los últimos días: migrantes lanzando piedras y ramas de árbol ardientes, supuestamente alentados por los propios turcos, y policía griega respondiendo con gases lacrimógenos y granadas aturdidoras.
Como si el drama humano no fuera suficiente, también el cruce de reproches entre ambos países se vuelve cada vez mas virulento.
Turquía acusa a Grecia de disparar contra gente inocente y Grecia asegura que la guardia fronteriza turca alienta a los migrantes a cruzar la verja, o incluso lanza gases lacrimógenos contra la policía helena desde drones.
“Los inmigrantes han tenido gran ayuda en el lado turco. Ayer, una patrulla con unas tenazas en la mano cortó el alambre de la cerca para ayudar a los inmigrantes a cruzar el territorio griego. Por supuesto, nuestra patrulla lo impidió y la cerca fue restaurada”, aseguraba Stavros Tsiamalidis, el alcalde de Kastaniés, donde se encuentra el puesto fronterizo, a la televisión privada Skai.
Mientras, en las islas del mar Egeo las llegadas de botes han experimentado un repunte. A lo largo del domingo arribaron cerca de un millar de migrantes y la guardia costera realizó más de una veintena de operaciones de rescate.
El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, visitará este martes la zona fronteriza acompañado por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli.