Pablo Iglesias y su oscuro objeto del deseo
¿Justifican los escaños de Podemos un ministerio?
Los emigrantes miramos con la misma perplejidad que el resto de españoles el mercadeo entre los principales partidos políticos en las comunidades autónomas, ciudades y país para tratar de llegar a formar gobiernos y alcaldías.
Los emigrantes lo hacemos desde una lejanía, ya no solo de aquellos que poseen el poder, sino también geográfica… pero sus decisiones nos afectan tanto o más que a los que viven y disfrutan (y sufren) la vida en España.
Los emigrantes e inmigrantes estamos esta vez sorprendidos de que el ministerio que tiene en sus manos todo lo que regula nuestros derechos, el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, esté en el centro de las miradas al ser el objeto del deseo del Sr. Pablo Iglesias. No digo de Podemos, no, sino de su líder que se ha empeñado en que quiere ejercer de ministro, y no seré yo quien diga que no está jugando sus cartas de manera adecuada para sus intereses.
Este ministerio podría ser el centro de una de las batallas clave a llevarse en esta legislatura, que es la de la reforma laboral, y también tendrá que ser receptivo y proactivo ante las necesidades de la diáspora española olvidadas por los anteriores gobiernos (si, esos 2 millones y medio de ciudadanos esparcidos por el mundo).
Ministros anteriores, como la Sra. Fátima Bañez, en su infinita creatividad e imaginación, nos puso la etiqueta de jóvenes con “espíritu aventurero” a los que emigrábamos tras ser echados, sin futuro, de nuestro país.
Esta misma ministra, no acudió en ningún momento a saludar siquiera a los integrantes del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE) en ninguno de los múltiples plenos que tuvimos en Madrid durante su mandato.
No perdemos eso si la esperanza de que la Sra. Magdalena Valerio nos visite en el pleno que tendrá lugar probablemente (y Gobierno mediante) en septiembre… ¿pero y si no es ella y tenemos al Sr. Iglesias?
Desde un punto de vista mediático, los emigrantes, y el CGCEE necesitamos que se nos vea y reconozcan nuestra presencia.
Quizás el Sr. Iglesias tendría que demostrar con mucho trabajo y buenas ideas que su demanda por un asiento en el Consejo de Ministros del nuevo Gobierno no es un mero ejercicio de egolatría y de buscar el poder por el poder. Debería demostrar que viene con muchas ideas para no solo luchar con la patronal por unas mejores condiciones laborales de nuestros compatriotas, sino también empezar a solventar las deudas históricas para con la emigración.
Un ministrable Iglesias trataría de crear un mini gobierno dentro del Gobierno. Su imperio debería ser pulcro, trabajar a destajo, y servir de escaparate para unas futuras elecciones, en las que corren el riesgo de perder aún más votos y convertirse en un partido menor.
Este ministerio y sus políticas, podrían servir para ganar votos de la izquierda trabajadora... quizás recuperar algunos de los votos perdidos camino del PSOE en los últimos comicios.
En materia de migraciones también tendría un buen escaparate para mostrar a los 2 millones y medio de españoles que los representaría, luchando por sus intereses como ningún partido ha hecho hasta ahora.
El CGCEE necesita, y mucho, que sea conocido por los emigrantes y reconocido por su funcionalidad. La funcionalidad depende mucho de un reglamento que constriñe la posibilidad de trabajar de manera más eficiente, y que pone en nuestra mesa de debate a organizaciones que han de estar ahí, como las comunidades autónomas (unas cuantas se preocupan de su emigración, otras no tanto), y otros como la patronal, que no entiendo muy bien su rol en estas reuniones.
Quizás con un ministro Iglesias con ánimo de cambiar lo que no funciona, se incrementarían las ganas de trabajar por mejorar la institución que representa hoy por hoy a nuestra emigración, en el papel.
Mucho más claro y alto se escucha a organizaciones modelo como Marea Granate defendiendo a nuestros emigrantes. Y esta es una voz representativa, que se lo han ganado a base de trabajo, con maneras más modernas de trabajar, y utilizando las redes sociales para martillear las demandas de los emigrantes al gobierno de turno.
Muchos Consejos de Residentes intentamos llevar a cabo nuestro trabajo, que es voluntario, pero con el completo desconocimiento de nuestra existencia por parte de nuestros compatriotas emigrados.
Quizás si tuviéramos a un outsider como Pablo Iglesias en este Gobierno liderando nuestro ministerio, sería más posible buscar cambios de envergadura en el funcionamiento del Consejo, y lograr de cierta manera que esos programas de televisión en los que jamás hablan de los emigrantes, nos dieran 10 minutos de sus horas de programación para conectar en directo con el CGCEE en septiembre, para mostrarnos a un Sr. Iglesias presidiéndolo. Quizás los Ferreras, Griso, Ana Rosa de la mañana televisiva vendrían a mostrar a los españoles el trabajo de muchos consejeros que invertimos días de vacaciones por la vocación de representar sin retribuciones a nuestra comunidad emigrante.
¿Justifican los escaños de Podemos un ministerio? No me compete, no tengo carnet de ningún partido, no poseo la verdad absoluta que muchos de nuestros políticos parecen tener, y mucho menos tengo rotulador rojo para pasarme el día pintando líneas rojas, para apartar a nadie… con algunos no hacen falta líneas rojas sino sentido común y dejarlos que abran la boca para desacreditarse.
No entraré a valorar ni a predecir lo que el Sr Iglesias podría hacer con 4 años al mando de este ministerio, pero de momento sé que al menos tendría los focos de los medios encima suyo, y quizás alguno de esos focos se desviara al CGCEE.
Haga lo que haga el Sr. Sanchez, esperamos que se acuerde de los españoles que estamos fuera, sea con Iglesias, Valerio, o quien ustedes quieran.