El verdadero origen del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer
Todas las mujeres se unen el 8-M para conmemorar esta fecha tan importante, que tiene mucho de dolor y sufrimiento, pero también de esperanza y reivindicación.
El Día Internacional de la Mujer no nació de un hecho concreto -por más que alguna fecha coincida con el 8 de marzo-, sino que ha sido el fruto de más de un siglo de movimientos feministas para reclamar una igualdad económica, laboral y social entre hombres y mujeres. Hay que remontarse a finales del siglo XIX y principios del XX para recordar las primeras manifestaciones, la primera lucha de las mujeres en la calle.
Tras la Revolución Industrial, se produjo un histórico periodo de transformación económica y en las condiciones del trabajo. Con el movimiento obrero, las mujeres también comenzaron a alzar su voz, pero continuaban siendo explotadas sin ninguna ley que las amparara, frente a sus compañeros hombres, cada vez más sindicados y organizados. Tampoco tenían derecho a voto ni a poder controlar sus propias cuentas bancarias, ni contaban con la misma formación que los varones, signo de cómo se las menospreciaba. Además, su esperanza de vida era mucho menor debido a la violencia machista y a los partos, de ocho a seis años por debajo.
La inquietud por esta forma de vida comenzó a aumentar hasta el punto de que, en 1848, se consigna la primera protesta firme. Indignadas por la prohibición que impedía a las mujeres hablar en una convención contra la esclavitud, las norteamericanas Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott congregaron a cientos de personas en la primera convención nacional por los derechos de las mujeres, en Nueva York.
Luego, los acercamientos entre mujeres se fueron acrecentando, en un tiempo en el que la realidad mostraba a las claras la necesidad de cambiar las cosas. Por ejemplo, el 8 de marzo de 1857, las mujeres de Nueva York que trabajaban en la industria textil, conocidas como las garment workers, organizaron una huelga para demandar salarios más justos y condiciones laborales más humanas. La jornada laboral mínima era de 12 horas y las empleadas eran sometidas constantemente a abusos sexuales. De salario ya ni hablamos. Las trabajadoras fueron detenidas y apaleadas. Hay reportes confusos sobre víctimas. Aquella vez, la intentona quedó en eso.
Pero dos años más tarde, las manifestantes crearon su primer sindicato para pelear por sus derechos y 51 años después, el 8 de marzo de 1908, 15.000 mujeres volvieron a llenar las calles de Nueva York para exigir un aumento de sueldo, menos horas de trabajo, derecho al voto y prohibir el trabajo infantil. Estos episodios pudieron consolidar la fecha oficial del Día internacional de la Mujer, que se ha celebrado en varias fechas diferentes a lo largo de la historia.
El día 28 de febrero de 1909 se celebró en todo el territorio de Estados Unidos el Día Nacional de la Mujer. La fecha elegida fue el último domingo de febrero. Pero la consolidación del movimiento se dio en 1910, cuando se celebró la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas (la primera había tenido lugar en 1907), a la que acudieron más de 100 mujeres procedentes de 17 países diferentes. En ella, la alemana Clara Zetkin sugirió la idea de conmemorar un día de la mujer a nivel global y la propuesta fue aprobada por unanimidad, aunque sin concretar una fecha concreta, sólo el mes de marzo.
Así, el 19 de marzo de 1911 se celebra el primer Día Internacional de la Mujer, reuniendo a más de un millón de personas en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza. La fecha fue elegida en conmemoración de la Revolución de 1848 y de la Comuna de París. Además del derecho de voto y de ocupar cargos públicos, las mujeres exigieron el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.
Hay una polémica importante entre algunos historiadores que creen que poner la celebración el 8 de marzo resta importancia al movimiento que verdaderamente hizo cuajar el día de reivindicación: el socialista.
El drama que impulsó la lucha
La necesidad de apoyar la lucha por unas mejores condiciones para la mujer se vio claramente en un suceso que consolidó el movimiento a base de sangre: el 25 de marzo de 1911, cuando un trágico incendio en la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist -también de Nueva York- causó la muerte de 123 mujeres y 23 hombres. El número de heridos fue de 70. La víctima de más edad tenía sólo 43 años y la más joven, 14.
Al parecer, el origen fue una colilla mal apagada tirada en un cubo de restos de tela que no se había vaciado en dos meses. No era esa la única imprudencia en el recinto, ya que las víctimas no pudieron escapar porque los responsables de la fábrica habían cerrado las puertas de escaleras y de las salidas para evitar robos, supuestamente, lo que también impedía que la plantilla, que era mayoritariamente femenina, se tomara ni un descanso.
Se calcula que 80.000 trabajadores de Nueva York marcharon por las calles para asistir al multitudinario funeral por las víctimas, un movimiento sin freno que puso en primera plana un problema crónico. Un año después, 14.000 trabajadores textiles se declararon en huelga. Con un grito de guerra de “Más vale morir de hambre peleando que morir de hambre trabajando”, las mujeres permanecieron fuera durante casi tres meses. Ya se había pasado de las palabras a la acción, bajo lemas como el de “Bread and Roses” (pan y rosas), que ha inspirado poemas y canciones en el mundo entero.
La determinante Revolución Rusa de 1917
En el origen del Día Internacional de la Mujer, la ONU también destaca notablemente la importancia de los movimientos que se vivieron en Rusia durante las protestas contra la Gran Guerra. Ya en el marco de los movimientos en pro de la paz que surgieron en vísperas de la Primera Guerra Mundial, en 1913, las mujeres rusas celebraron su primer Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero, organizando mitines clandestinos.
En el resto de Europa, las mujeres celebraron mítines en torno al 8 de marzo del año siguiente para protestar por la guerra o para solidarizarse con el resto de mujeres. En medio de los estragos de un enfrentamiento sin igual en la historia, en 1915 tiene lugar en La Haya (Países Bajos) una gran reunión de mujeres, el 15 de abril. Participan más de 1.300 delegadas provenientes de 12 países.
Llegados a 1917, las rusas salieron a la calle para protestar por los muertos en la guerra y exigir mejores condiciones de vida. Las mujeres decidieron declararse en huelga en demanda de “pan y paz”. Los dirigentes políticos criticaron el oportunismo de la huelga, pero ellas la hicieron de todos modos. El resto es historia: cuatro días después el zar Nicolás II se vio obligado a abdicar y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho de voto. Ese histórico domingo fue un 23 de febrero, según el calendario juliano utilizado entonces en Rusia, o el 8 de marzo, según el calendario gregoriano utilizado en otros países.
El siglo de los avances en la ONU
No fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial que más países también se unieron y comenzaron a conmemora el Día de la Mujer. En el año de 1975, las Naciones Unidas celebraron por primera vez el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo. Hoy en día, la lucha sigue por erradicar la violencia de género y lograr que exista una igualdad entre mujeres y hombres.
En 1975, durante el Año Internacional de la Mujer, las Naciones Unidas empiezan a conmemorar el Día Internacional de la Mujer, en el 8 de marzo que ya conocemos. Dos años más tarde, la Asamblea General de la ONU formaliza oficialmente el Día. Coincidiendo con el Año Internacional de la Mujer, tiene lugar en México la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, del 19 de junio al 2 de julio de 1975. En dicha Conferencia se formula un plan de acción mundial de diez años para la promoción de la mujer, tras lo cual la Asamblea General de las Naciones Unidas proclama 1976-1985 como el Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer: Igualdad, Desarrollo y Paz a fin de implementarlo.
En 1979, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW). A menudo conocida como “Declaración de Derechos de la Mujer”, la CEDAW es el instrumento internacional más exhaustivo para proteger los derechos humanos de las mujeres. Así, define el significado de discriminación contra las mujeres y establece obligaciones legales para los países que forman parte de ella (es decir, los Estados Miembros) con el objetivo de poner fin a esta discriminación.
Más concretamente, la Convención exige que los Estados Miembros eliminen la discriminación contra las mujeres en la esfera pública y privada, incluido el ámbito familiar , y se propone alcanzar una igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, tanto en las leyes como en la vida real. A fecha de 2015, con 189 Estados Miembros, este tratado de derechos humanos de las Naciones Unidas es el más ratificado después de la Convención sobre los Derechos del Niño.
En la Cumbre del Milenio de septiembre de 2000, las y los líderes mundiales de 189 naciones aprobaron la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas, de la cual deriva una serie de ocho objetivos diseñados para reducir la pobreza extrema (Objetivos de Desarrollo del Milenio) con plazos y una fecha límite de 2015.
Si bien cada uno de los objetivos está estrechamente relacionado con la promoción de los derechos de las mujeres, el Objetivo 3 insta específicamente a fomentar la igualdad de género y el Objetivo 5 a mejorar la salud materna. Quince años más tarde, el mundo ha logrado un progreso tangible en la reducción de la pobreza y ha conseguido mejorar la vida de las mujeres y las niñas logrando, por ejemplo, en todas las regiones en desarrollo alcanzar completamente, o casi, la paridad de género en la educación primaria, y los índices de mortalidad materna han disminuido en un 45%.
No obstante, quedan muchas brechas de género por abordar en la agenda del desarrollo sostenible. Por eso cada día, sea o no 8 de marzo, cuenta.