'Orientation' o las posibilidades del amor orientado a objetivos
¿Debe una mujer asiática que nazca y viva en Nueva Zelanda y que, por tanto, es neozelandesa buscar una pareja asiática para mantener sus raíces? Y, ¿cómo debe ser esa pareja asiática? ¿Qué características debería tener para cumplir expectativas románticas y sexuales? Este es el conflicto que plantea Orientation de Chye-Ling Huang en la sala Loft del Q Theater de Auckland, Nueva Zelanda, programada dentro del ciclo Matchbox. Con su compañía Proudly Asian Theater monta una obra protagonizada por una mujer, que tiene aspecto de blanca pero que procede de una familia asiática, y cuatro hombres, uno de ellos su mejor amigo y confidente, un hombre blanco.
Un planteamiento que en principio parece hecho a la medida de un país como Nueva Zelanda en el que la presión migratoria asiática es alta. Un país, que como en Australia, los matrimonios mixtos, con frecuencia entre una mujer de origen y aspecto asiático y un hombre origen y aspecto occidental, son muy frecuentes. Aunque, debido a la presencia cada vez mayor de asiáticos en España, tal vez pudiera ser un planteamiento que se estén haciendo muchas mujeres asiáticas nacidas y, como consecuencia de ello de nacionalidad española, y criadas en nuestro país en un entorno asiático. En cuestiones amorosas ¿deben y tienen que buscar solo parejas asiáticas?
Aunque tanto la obra como la compañía deben pertenecer a la vanguardia neozelandesa, tanto por el lugar en el que se representa, como por el público, si se descuenta un porcentaje notable de mujeres asiáticas (se ven menos hombres asiáticos entre los asistentes). Sin embargo, en sus formas no lo es tanto, pues se trata de una historia lineal, con principio, nudo y desenlace, trabajada por escenas en un sencillo, pero muy eficaz escenario marcando espacios con persianas de varilla y una tenue pero colorida iluminación de fluorescentes sobre un fondo negro.
En estas escenas se plantean como modelos a buscar Jackie Chan (a muchos les hará gracia, pero en Asia es un ídolo y referente, solo hay que recordar que cerró la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008), Steven Yuen (el actor norcoreano de The Walking Dead) o Raybon Kan (un conocido comediante y columnista neozelandés). Y con esos referentes en mente encuentra lo que podrían ser los más cercanos a la protagonista, tras alguna que otra desdichada y olvidable noche de ligoteo en una disco o en un bar de copas, que por lo que se ve en la obra, en poco se diferencian de los españoles. En los que copa en mano, uno se exhibe o busca y usa tópicos, con mayor o menor gracia, para entrar.
Vídeo promocional de 'Orientation' de Chye-Ling Huang
Esto permite establecer diálogos interesantes sobre el amor, algunos llenos de gracia y simpatía. Situaciones y chistes risibles que dejan paso al análisis del amor romántico tal y como se ha establecido en la cultura global a partir de la famosa obra de Shakespeare de "Romeo y Julieta". Preguntas como: conociendo la realidad como es y, suponiendo que siempre fue así, en esto del dating de encontrar la pareja adecuada ¿cómo pudo convertirse esta obra en el referente amoroso?; ¿es posible un amor así?; ¿solo es posible entre miembros de una misma cultura/raza?; y preguntas por el estilo.
Reflexiones que están teatralmente muy bien introducidas gracias a las conversaciones que la protagonista tiene con su mejor amigo. Una especie de sparring o coach, tal vez la voz del espectador ante las desdichadas desdichas de la protagonista. Y que, debido a esa característica demiúrgica de la que se ha dotado a ese personaje, también representa la sabiduría oriental, accionando una marioneta en forma de dragón chino, así como otros personajes, cuya caracterización consiste en una prenda pegada con velcro al traje de su personaje, que retan la posición amorosa adoptada por cada uno de los pretendientes. Algo que Kyle Chuen hace con pasmosa facilidad.La verdad es que todos los actores interpretan con facilidad sus personajes, tal vez porque nadie está en escena para lucirse sino porque están para contar una historia, plantear unas preguntas, pero, lo mejor de todo, dar una respuesta. Comprometerse con el punto de vista de una autora y directora que no se pierde en hacer una performance. Sino que sencillamente habla, cuenta, se posiciona.
¿Qué significa amar? ¿Puede el amor doblegarse, como se ha doblegado anteriormente, a criterios de raza, género, estatus o nivel social? ¿Lo seguimos doblegando a esos criterios? ¿Cuál es la pregunta correcta cuando se habla de establecer una relación? ¿Existen criterios a partir de los cuáles uno puede enamorarse? ¿El amor viene, si es que viene, después de que se encuentra a la persona que cumple esos criterios? ¿Y qué pasa si la persona con la que se sale cumple criterios, pero el amor no viene o no llega? ¿O si te rechaza justo porque siendo lo que tú estás buscando, eres tú el/la que no cumple sus criterios, su orientación? Ante lo que Chye-Ling Huang responde preocúpate por querer y por dejarte querer. Lo demás son tonterías en las que se pierden mucha energía y mucho tiempo, se disfruta poco y se hace mucho, muchísimo, el ridículo. Y, también, se hace sentir ridículos a los otros, a los que pretendes que te quieran, algo que les costará perdonar. Hay que ser valiente para ofrecer respuestas a las preguntas, y hacerlo sin miedo, sin jactancia, ofreciendo un punto de vista para el debate, para hablar, para entenderse.