Operación Calcetín, el abrigo de los niños refugiados de Lesbos
Lesbos ya no es solo una isla de leyendas mitológicas y antiguas ruinas medievales. Desde hace años debido a los escasos kilómetros que la separan de las costas de Turquía, miles de refugiados se agolpan en ella dejando atrás su pasado y echando a suertes su futuro. Personas que se han visto obligadas a huir de sus casas, de sus vidas y de todos sus recuerdos para buscar unas esperanzas que se vuelven efímeras al pisar suelo heleno.
En el centro de esta isla griega, escenario de naufragios y convertida en el flotador de auxilio para llegar a Europa, se encuentra el campamento de refugiados de Moria. Lo que antes era un campamento militar, hoy se ha convertido en una vergüenza para Europa. Un asentamiento donde las condiciones de vida son deplorables, y cuya capacidad ha llegado a alcanzar las 9.000 personas, triplicando así su capacidad.
Violencia, escasez de recursos o hacinamiento son algunos de las dificultades con los que tienen que convivir diariamente en el campamento. Sin embargo, ahora deben sumar dos nuevos problemas: la llegada del frío y la falta de ropa de abrigo para combatirlo.
En el campo, más de 3.000 refugiados son niños que pasan la noche durmiendo en tiendas de campaña de verano y que no cuentan ni siquiera con un par de calcetines para protegerse de las bajas temperaturas y las lluvias. Este es el motivo que ha movido a la ONG Light Without Borders a poner en marcha la iniciativa "Operación Calcetín". Una campaña cuyo cometido es recoger ropa infantil, mantas, juguetes y algunos medicamentos básicos para "calentar a los más pequeños y ayudarles a soportar mejor el duro invierno en Lesbos", tal como explica la fundadora de la ONG, Luz Carmona.
El transporte del material, sin embargo, es igual de importante que las donaciones debido a la complicación que supone trasladar un contenedor hasta la isla griega. Para ello, Light Without Borders, ha lanzado un crowdfunding en la plataforma Gofundme cuyo objetivo es recaudar todos los fondos posibles para "dar un poco de luz a quien lo está pasando mal y hacer de Operación Calcetín una realidad".
Una historia extraordinaria
La historia de Luz Carmona es la materialización del coraje, la bondad y la generosidad desinteresada. Tras ver el drama de los refugiados llegados a Lesbos en el 2016, comenzó a ayudar emocionalmente desde la distancia enviando preparados florales a los equipos de rescate que trabajaban en el terreno. Meses después, se marchó como voluntaria independiente con un viejo panda cargado con más de 800 pares de gafas graduadas para ayudar -tal como ella dice- "a la humanidad de Lesbos".
Hoy sonríe orgullosa al hablar de su oenegé, Light Without Borders, a través de la cual ofrece cuidados oftalmológicos y psicológicos para los refugiados. Además, ha puesto en marcha iniciativas como "Operación Calcetín" o "Muletas sin fronteras" para los menores del campo de Moria, pero asume con tristeza que "la desesperación, mezclada con la falta de esperanza- del campo- rompe el alma".
Así pues, desde la página de recaudación de fondos anima a contribuir por pequeña que sea la donación, para así ofrecer a los más pequeños no sólo ropa de abrigo y juguetes, sino el calor de todas las personas que han colaborado y aún confían en la solidaridad.