Ocho folios para vergüenza de la democracia española
Bárcenas tira de la manta con una carta de 8 folios en la que apunta directamente a Rajoy.
“Mostré los papeles a Rajoy en 2009 y los destruyó. Me guardé una copia!” ¡Booooom! Luis Bárcenas tira de la manta. Y tira bien fuerte. Lo hace desde la cárcel, con una carta a la Fiscalía Anticorrupción para mostrar su disposición a colaborar. Ocho folios para la historia. Caiga quien caiga. Y con un dolor inmenso que le carcome desde hace meses: su mujer Rosalía está también entre rejas. No lo puede soportar.
El extesorero del PP lo hace, además, a escasos días de que empiece el juicio de los llamados papeles de Bárcenas. Apuntando directamente hacia arriba, al expresidente del Gobierno y exlíder del PP Mariano Rajoy. Precisamente el hombre que le nombró guardián de las cuentas de Génova 13 y el que le pedía en privado que fuera fuerte. No piensa callarse nada, nada.
Todo un terremoto político y económico sobre esa caja B del Partido Popular, que ya quedó demostrada en el primer juicio del caso Gürtel (tanto en la sentencia de la Audiencia Nacional como en la del Tribunal Supremo). Pero entonces sólo se juzgó la primera parte del caso Gürtel y ahora toca enfrentarse a otro juicio, que pueden dar muchos más quebraderos de cabeza a la cúpula del partido.
En la anterior sentencia se hacía referencia a esa red corrupta que se extendió en administraciones gobernadas por el PP, especialmente en Majadahonda y en Pozuelo. El PP, aunque fue condenado a título lucrativo, siempre ha intentado desmarcarse diciendo que se trataba de unos cuantos corruptos en ayuntamientos, pero ahora el juicio al que se enfrenta va directamente a los que poblaron las plantas nobles de Génova 13.
El despacho de Rajoy... y el dolor por Rosalía
En la carta que le ha enviado a la Fiscalía, Bárcenas lo narra en toda su dimensión: fue al despacho de Mariano Rajoy durante el año 2009 para enseñarle una copia de la contabilidad opaca. Según el extesorero, el entonces líder del partido fulminó esos papeles en una máquina “destructora”. Pero él guardaba otra copia sin que lo supiera la cúpula.
La existencia de una caja B ya la reconoció el propio Bárcenas ante el juez Ruz durante la instrucción hace años, pero esta vez, como plasma en la misiva, quiere dar una información más amplia. ¿Por qué? ¿Qué ha cambiado ahora? “Con ingenuidad di por buena la promesa que se me había hecho llegar a través de intermediarios de que mi mujer no entraría en prisión”.
“Se me hizo llegar que Rosa no entraría en prisión gracias a las gestiones que se habían iniciado”, confiesa Bárcenas en su impactante carta. Entonces decidió firmar la “paz” con el PP. Pero eso no se ha logrado y ahora quiere que se sepa todo. Rosalía Iglesias entraba en prisión a las 17.15 horas del pasado 8 de noviembre para cumplir con casi 13 años de prisión, impuestos en la sentencia del Supremo que revisaba la anterior de la Audiencia Nacional. Ya en mayo de 2018 había estado, pero apenas unas horas porque logró pagar la fianza de 200.000 euros para su libertad.
Pero ahora duerme en Alcalá Meco. En aquella sentencia del Supremo, se establecían condenas de hasta 51 años de cárcel para Francisco Correa, 29 años y un mes para Luis Bárcenas y 12 años y 11 meses para Rosalía. El tribunal, por unanimidad, entendía que se había creado un “auténtico sistema de corrupción que manipuló la contratación pública a través de la relación con influyentes miembros del PP”. Y, además, confirmaba la condena al PP por lucrarse.
Para sorpresa de muchos, Rajoy corría unas horas después para emitir un comunicado diciendo que esa sentencia era una “reparación moral” a su persona. Pero se le olvidaba decir que ese fallo sí confirmaba esa caja B y que no había condenas concretas por ella porque eso se estudia en el juicio que ahora arranca y en el que va a colaborar activamente Bárcenas. En su carta lo dice de manera muy meridiana el extesorero: “Desde 1982 existió institucionalizado un sistema de financiación del PP con percepciones en B”.
Va más allá: los principales líderes cobraron sobres. Bárcenas lo explica así: “Las personas que recibieron estos complementos salariales fueron en concreto: Mariano Rajoy, María Dolores de Cospedal, Federico Trillo, Pío García Escudero, Francisco Álvarez Cascos, Ángel Acebes, Javier Arenas, Rodrigo Rato y Jaime Ignacio del Burgo”. El modus operandi: “Estas entregas eran realizadas personalmente por don Álvaro Lapuerta, y en ocasiones por mí, con mi conocimiento, por cuanto que me daba instrucciones de sacar el metálico de la caja fuerte situada en mi despacho con una periodicidad que dependía de la liquidez de la caja diversa, de manera que las introducía en un sobre en el que ponía el nombre correspondiente”.
Mariano Rajoy se enfrenta ahora a una complicada situación judicial. Es uno de los testigos que tendrá que ir a declarar -con la obligación de decir la verdad- durante este juicio de la caja. Siendo presidente del Gobierno, tuvo que ir a prestar declaración ante la Audiencia por la primera parte de Gürtel en 2017. Entonces, dijo que el partido “jamás” recibió donativos en efectivo de empresarios y negó hasta en siete ocasiones que él se ocupara de los temas económicos.
Y negó ante el tribunal esos sobresueldos: “Son absolutamente falsos. Cobrábamos un sueldo de diputado y bastantes personas tenían un complemento que abonaba el partido y que se declaraba a Hacienda. Cuando dejamos el Gobierno dejamos de cobrarlo porque no se podía hacer”.
Además, Bárcenas se dispone ahora a tirar de la manta tras conocer la operación Kitchen, el dispositivo policial montado en paralelo por el Ministerio del Interior de entonces para robarle a su familia información comprometedora a través de su chófer. Por este caso están imputados tanto el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz como el exsecretario de Estado de Seguridad Franciso Martínez.
“A esto hay añadir, nada menos, el secuestro y las amenazas de muerte sufridas por mi familia, en nuestro propio domicilio familiar, por el llamado falso cura”, reconoce el extesorero.
En el juicio que ahora llega se verán las costuras del PP como organización política. En la carta, Bárcenas reconoce que se compraron acciones de Libertad Digital porque “era afín a las ideas del PP y a la tesis de autoría de ETA del 11-M. Las donaciones, además, de los empresarios se hacían en el despacho de Lapuerta o en restaurantes: no pedían recibo y se apuntaban en una tarjeta de visita “para su constancia”. Parte de los fondos fueron al Banco Vitoria y otros al Popular, y el resto a la caja fuerte del despacho.
A pesar de que el PP intenta presentarlo como una cosa del pasado, el propio Pablo Casado fue promocionado y nombrado vicesecretario por Mariano Rajoy. Además, recibió el apoyo en las primarias de María Dolores de Cospedal, otra de las señaladas por Bárcenas como receptora del dinero en sobres.
La caja B del PP, en su esplendor. ¿Qué más guardaba dentro?