Ocho consejos para cenar fuera con alergias alimentarias
Las alergias a los alimentos pueden llegar a hacer difícil disfrutar de una cena fuera de casa, y a convertir la experiencia en una ardua tarea.
Elegir entre una reducida lista de restaurantes, luego seleccionar los platos desde un escueto menú, mandar al camarero a la cocina una y otra vez para que pregunte al chef qué lleva la salsa, y luego, confiar en que los platos se preparan de acuerdo a nuestras necesidades; en los últimos años, comer fuera se ha convertido en toda una aventura para los alérgicos a los alimentos.
Por suerte, situaciones como las descritas anteriormente se dan cada vez con menos frecuencia. Los restaurantes se están adaptando a las personas con alergias alimentarias y son más flexibles a la hora de adaptar los platos.
Esto supone un gran avance y alivio para aquellos con alergias a los alimentos. Además, es importante señalar que hacer los menús accesibles a los clientes con alergias reporta un beneficio a los restaurantes también.
En el año 2013, la Asociación Mundial de la Alergias informó de que el número de personas en el mundo que viven con alergias a los alimentos podría estar entre los 240 millones y los 550 millones. En un planeta con aproximadamente 7.100 millones de habitantes, esto supone entre el 3 y el 8 por ciento de la población.
Este no es un número que los restaurantes puedan permitirse el lujo de ignorar, por lo que adaptar los menús para la gente con alergias a los alimentos tiene mucho sentido desde un punto de vista comercial.
Aunque los restaurantes son cada vez más conscientes de las intolerancias alimentarias, es importante permanecer alerta de los posibles riesgos cuando comemos en un lugar donde los alérgenos pueden estar presentes.
Hemos pensado que sería interesante echar un vistazo a las medidas que las personas con alergias a los alimentos pueden tomar cuando comen fuera para reducir riesgos y disfrutar de la experiencia:
Las personas responsables de preparar tu comida deben estar informadas sobre tus alergias. Incluso aunque el plato que hayas pedido no contenga ningún alimento al que seas alérgico, la cocina y los camareros necesitan saberlo para que puedan hacer todo lo necesario para limitar el riesgo de contaminación.
Idealmente, esto debe empezar antes de sentarte en la mesa, tan pronto como entres en el restaurante. En algunos restaurantes pueden poner pan y aperitivos antes de que pidas; por lo que es importante, por precaución, informar a los empleados de cualquier tipo de alergia al trigo, semillas o frutos secos antes de que los sirvan.
Que los restaurantes sean más conscientes de las alergias alimentarias no significa que debamos bajar la guardia, especialmente si somos muy sensible a algún tipo de alimento.
Puede parecer algo obvio, pero, por ejemplo, aquellos con alergia al marisco deben recordar que este tipo de restaurante presenta un importante riesgo para ellos. No importa si solo piensas ir una vez a celebrar el cumpleaños de un amigo y pedir pollo, estar en una marisquería supone un riesgo que es mejor evitar.
Aquellos que son alérgicos al pescado deben ser extremadamente cuidadosos en los restaurantes de sushi, o simplemente no entrar.
De la misma manera, si eres alérgico a los frutos secos, intenta mantenerte alejado de las tiendas y kioscos que los venden a granel, ya que la probabilidad de contaminación es especialmente alta.
Esto también incluye a las heladerías que normalmente se encuentran en los grandes centros comerciales y dentro de los cines. Entre clientes, los empleados pueden solamente enjuagar la cuchara de servir con agua, en lugar de lavarla en profundidad, por lo que las personas con alergia a los frutos secos deben tener cuidado.
Si no existe un control especial para prevenir la contaminación, no podemos estar seguros que de vamos a evitar los alérgenos, ¡no te arriesgues!
Existen una serie de obstáculos a los que una persona con alergia a los alimentos puede enfrentarse en un buffet:
La comida puede estar etiquetada incorrectamente, o no tener etiqueta.
Los alimentos que están cerca de otros pueden accidentalmente mezclarse y contaminarse.
Las cucharas y pinzas para servir pueden mezclarse, provocando contaminación.
Algunos ingredientes pueden no mostrase en las etiquetas.
Algunos buffets tienen una política de control de contaminación más estricta que otros, pero lo cierto es que este tipo de establecimientos se adapta mejor a las personas sin alergias alimentarias.
Elegir a la carta ofrece un mayor control a las personas con alergias alimentarias, y esto es algo que aquellos con alergias graves deben tener en cuenta, en lugar de ir a un buffet.
No estamos sugiriendo que los restaurantes independientes no sean capaces de servir a las personas con necesidades alimentarias específicas; muchos lo hacen en España, y algunos están incluso especializados en crear menús para personas con intolerancias.
Pero cuando se viaja al extranjero, las cadenas de restauración son a menudo la opción más segura para aquellos con alergias. Éstas tienen normalmente medidas específicas establecidas a la hora de tratar con clientes con alergias.
Además, los empleados tienen procesos establecidos a la hora de manipular los alimentos, por lo que no hay espacio a la improvisación o experimentación.
Aunque queramos ayudar a los pequeños establecimientos familiares, es importante mantener nuestra salud en mente. Puede parecer desolador ir a una cadena de restauración conocida durante las vacaciones, pero es la opción más segura.
Aquellos con alergia anafiláctica deben tener siempre su medicación a mano. Esto es especialmente importante cuando salimos a comer fuera, ya que el riesgo de encontrarnos con el alérgeno es mucho más alto.
Es fundamental informar al personal del restaurante si tenemos alergia anafiláctica, no solo para que tomen la medidas apropiadas para evitar la contaminación cuando preparen la comida, también (especialmente para aquellos que están comiendo solos) para que la persona encargada de los primeros auxilios pueda aplicar la medicación en caso de que la anafilaxia ocurra y no seamos capaces de administrar la medicación.
Puede que tu plato de pollo frito no mencione nada de marisco. Pero aquellos con alergias alimentarias deben ser conscientes de que muchas cocinas solo tienen una o dos freidoras. En ocasiones, el marisco frito se hará con el mismo aceite que el pollo o lo vegetales.
Si hay algún plato que te apetece en especial, consulta antes de pedirlo con el camarero para ver si han hecho algún pescado o marisco con el mismo aceite.
Por supuesto, siempre puedes pedir algo que no sea frito y evitar el riesgo (y de paso, unas cuantas calorías).
Las barbacoas son otro posible peligro, especialmente si el restaurante sirve pescado o marisco a la barbacoa. Una vez más, es siempre mejor preguntar para evitar riesgos, y si no estás seguro, elige otro plato.
Últimamente es bastante frecuente que los restaurantes ofrezcan sus especialidades con pequeñas modificaciones para aquellas personas con alergias alimentarias.
Pero ten en cuenta que cuantas más modificaciones tengan que hacer a los platos, más posibilidades de error existen. Especialmente en los casos severos de alergias o donde sea necesario hacer muchas modificaciones a un plato. Mantener las cosas simples y seleccionar un plato más sencillo y adecuado es normalmente una opción más segura.
Puede parecer algo obvio, pero cuanto más lleno esté el restaurante, mayor son las posibilidades de que los empleados cometan un error. Esto hace que el riesgo incremente para las personas con alergias alimentarias.
Ir a una hora con menos gente te permitirá hablar tranquilamente sobre tus necesidades alimentarias con el personal del restaurante, lo que significa que el riesgo de que se produzca un error es menor.
Los horarios en los que los restaurantes están más llenos varían según el tipo de comida y la localización, pero en la mayoría de los casos de 2 pm a 3 pm y de 10 pm a 11 pm son las horas punta, especialmente durante el fin de semana.
Este post fue publicado originalmente en treated.com