Mueller investigó diez casos de posible obstrucción a la justicia por parte de Trump
El fiscal general justifica las presiones de Trump por la "situación sin precedentes" a la que se enfrentaba.
El fiscal especial Robert Mueller investigó una decena de episodios ante la posibilidad de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hubiese incurrido en un delito de obstrucción a la justicia por sus constantes críticas y presiones a las investigaciones abiertas para esclarecer la injerencia rusa en las elecciones de 2016.
El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, ha comparecido ante los medios para dar cuenta de una versión resumida de dichas pesquisas, sin Mueller pero acompañado de su número dos, Rob Rosenstein, principal supervisor del proceso después de que el anterior jefe del Departamento de Justicia, Jeff Sessions, decidiese recusarse.
Barr, que se ha comprometido a mantener “el mayor grado de transparencia posible” sobre este informe, después de que los demócratas le acusaran de difundir una información sesgada, ha confirmado que las pesquisas avalan la tesis de que Rusia intentó interferir en las elecciones de noviembre de 2016, en las que se impuso Trump.
Sin embargo, “la investigación no ha establecido que miembros de la campaña de Trump conspirarse o se coordinasen con el Gobierno ruso en sus actividades de injerencia electoral”. “Sabemos que los agentes rusos que perpetraron estas acciones no tuvieron el apoyo del presidente o de su campaña o la ayuda consciente de algún ciudadano de Estados Unidos”, ha añadido Barr.
Así, “no hay pruebas” de que la campaña de Trump colaborase con Rusia en los ciberataques perpetrados en los meses previos a los comicios y que afectaron, entre otros objetivos, al Partido Demócrata. Tampoco consta que la campaña del ahora presidente participase “ilegalmente” en la difusión del material interceptado por los ‘hackers’, según el fiscal general norteamericano.
Barr ha señalado que tanto él como Rosenstein discrepan con algunas de las “teorías legales” planteadas por Mueller, que analizó hasta “diez episodios” en los que se podría haber incurrido en un delito de obstrucción. No obstante, ha dicho respetar el “marco legal” en el que el fiscal especial analizó dichos casos.
Barr ha aclarado que Trump no ha hecho uso de su especial privilegio como presidente para modificar partes del informe, al igual que ha apuntado que las conclusiones del informe no hacen sino confirmar “lo que él dijo desde el principio, que no hubo colusión alguna”.
El jefe del Departamento de Justicia ha defendido la controvertida postura de Trump sobre este asunto, argumentando que se vio inmerso en “una situación sin precedentes” en la que agentes del FBI y fiscales examinaban al detalles sus actuaciones, “antes y después” de llegar al Despacho Oval.
Además, ha añadido Barr, el presidente también debía hacer frente a una “implacable especulación” por parte de los medios de comunicación.
El fiscal general tiene previsto entregar el informe -en una versión revisada- al Congreso este jueves por la mañana. A continuación, será publicado en la página web del Departamento de Justicia.
Trump ha vuelto a cargar este jueves contra la investigación de Mueller, “el mayor fraude político de todos los tiempos”. ”¡Acoso presidencial!”, ha proclamado en Twitter, el altavoz que ha utilizado durante meses para denunciar lo que consideraba una “caza de brujas” contra él y su entorno.
Ya con Barr fuera del atril, el mandatario ha tuiteado una imagen suya en la que proclama -con la tipografía de la serie Juego de Tronos- “fin del juego” para “los resentidos y los demócratas radicales de izquierdas”.