Nunca se construyó un proyecto de futuro sobre la base del rencor
Vivimos en una realidad compleja donde los cambios que se están produciendo a raíz de la revolución tecnológica prometen modificar el funcionamiento en todos los ámbitos conocidos, sobre todo el concepto laboral imperante desde hace muchos años.
Ante esta nueva realidad, los ciudadanos necesitan certidumbres sobre el futuro que les permitan saber que aunque los cambios tecnológicos estén revolucionando todo, solo va a traer mejores perspectivas para la gente. Hasta ahora, los partidos socialistas o socialdemócratas, cada uno que los llame como quiera, han sido incapaces de proponer y difundir un proyecto que consiga atraer a los actuales huérfanos de partidos, algo que esta haciendo aumentar de forma considerable el voto a la ultraderecha en determinados países europeos, con un mantenimiento de los votos de los partidos tradicionales de derecha y con la bajada de la izquierda.
Este es el reto que tiene por delante el partido socialista en los próximos años, fortalecer la organización internamente, y para ello es imprescindible que, una vez finalizados los procesos congresuales actuales, toda la organización reme en el mismo sentido, sin purgas ni etiquetas de familia que lleven a prescindir de una parte de los militantes. Si ello ocurriera, dudo mucho que el PSOE pudiera volver a aspirar a ser primera fuerza en el corto y medio plazo.
Pero viendo la primera fase precongresual y haciendo repaso a las noticias diarias de los distintos medios y los mensajes de algunos militantes en las redes sociales, me da la sensación de que el debate congresual girará entorno a nombres propios y a noticias negativas sobre los distintos candidatos que lanzarán los círculos de los otros candidatos, mientras asistimos a una deserción generalizada de simpatía hacia las siglas del partido socialista por parte de gran parte de la población.
Debate de ideas existe y mucho, pero está oculto ante una niebla de insultos, descalificaciones y debates personalistas. El otro día tuve la oportunidad de asistir al foro económico que organizó la gestora del PSOE. Fueron muchas las intervenciones de los participantes, aportaciones de calidad que buscan dar respuesta a los retos del futuro, pero esas intervenciones quedaron ocultas ante la opinión pública por las intervenciones de los primeros espadas, algo lógico teniendo en cuenta que ocuparon el 70% del tiempo del programa. Hace varios años, en una conferencia política del PSOE, propuse que en este tipo de actividades, el 80% del tiempo fuera para los participantes y el 20% para los ponentes. Desde entonces, los participantes solo han ganado un 10% del tiempo. Espero que en la segunda conferencia que celebrará el PSOE antes de finalizar este mes, los participantes hayan ganado por lo menos otro 10%.
Pero también hay debate de ideas y propuestas programáticas fuera del ámbito oficial de la gestora, algo que no es malo si en algún momento podemos juntar todos esos documentos y debates en uno solo, en el que debe ser un congreso de unidad y no de escisión, como algunos llevan pronosticando desde hace tiempo, quizás más por deseo que por dotes de futurólogos.
Para terminar, una recomendación para los distintos candidatos y sus equipos: nunca un proyecto de futuro se construyó sobre el rencor o el odio. Aunque esas actitudes puedan permitir ganar un proceso interno, no tengo ninguna duda de que estará condenado a fracasar ante la sociedad que tendrá que refrendarlo en las urnas. El PSOE fue importante para España cuando fue capaz de transformar la sociedad con sus políticas desde los gobiernos, que no se nos olvide nunca.