Nacho Carretero: “A algunos narcos les molestó no estar en 'Fariña'”
Después de superar un secuestro y de pasar por la televisión, el libro sobre el narcotráfico en Galicia llega al cómic.
El cómic está en auge; las historias sobre narcotráfico, también. Y las editoriales lo saben. No es casual, por tanto, que la última gran apuesta de Penguin Random House sea una novela gráfica de Fariña, la historia sobre el narcotráfico en Galicia escrita por el periodista Nacho Carretero.
Después de vender 160.000 ejemplares, de superar un secuestro, de pasar por la televisión y por las salas de teatro, Fariña llega en versión novela gráfica, ilustrada y contada por Luis Bustos, que adapta el libro de Carretero. ¿El resultado? “Un ensayo ilustrado fascinante”, como lo definen sus autores.
Nacho Carretero nunca se imaginó que su historia llegaría al cómic y, sin embargo, al ver los primeros bocetos de Luis Bustos, pensó: “Ah, era así, era eso lo que tenía en la cabeza y no sabía cómo traducir”. “Es exactamente lo que necesitaba Fariña para llevarlo a este formato”, señala Carretero durante un encuentro con periodistas para presentar la novela gráfica de Fariña.
De hecho, tan bien captó Bustos la historia que apenas requirió directrices de Carretero, actualmente reportero en El País. “Él voló. Tras el visto bueno de los primeros bocetos, tiró para adelante, lo tenía clarísimo”, cuenta el autor de la Fariña ‘original’. En su opinión, Bustos ha conseguido reflejar “este capítulo oscuro de Galicia de manera rigurosa”.
Por qué la tirada del cómic de Fariña es cinco veces mayor que la del libro ‘original’
La novela gráfica de Fariña sale con una tirada de 10.000 ejemplares, una cifra bastante potente tratándose de un cómic. De hecho, la primera tirada de Fariña con Libros del K.O. fue de 2.000 ejemplares. “Esto refleja cómo ha cambiado el escenario; cómo ha cambiado el interés de la gente”, comenta el autor.
A ello han contribuido varios factores, entre otros la moda de todo lo relacionado con los narcotraficantes (la serie Narcos, la captura de El Chapo...). “Fariña aprovechó ese rebufo”, cuenta Carretero. Por otro lado, ayudó el secuestro del libro en febrero de 2018 por parte de un juez a raíz de la denuncia del exalcalde de O Grove (Pontevedra), que aparecía nombrado en un párrafo. En pocos días, la gente se lanzó a conseguir como fuera la historia ‘prohibida’ y, meses después, se levantó el secuestro.
“A nivel de marketing, el secuestro fue afortunado, pero para mí fue un episodio muy desgraciado”, admite el autor. “Es muy desagradable y frustrante ver que prohíben tu trabajo”, y más, habiéndolo escrito “de manera muy rigurosa, con mucho esfuerzo”. “Me enfadé mucho”, cuenta. Para él, es lógico que “si prohíbes un libro va a generar más atención”. “La sociedad actual no tolera que se prohíban cosas”, argumenta. Pero ese éxito no le compensa: “Ojalá no hubiera tenido que pasar por el secuestro”.
Casualmente, ese episodio traumático coincidió con el estreno de la serie de Fariña en Antena 3, y los astros se alinearon para propiciar ese boom.
“A algunos narcos les molestó no estar en el libro”
¿El resultado? La historia del narcotráfico en Galicia ha dejado de ser “un tabú”, sostiene Carretero. “Era una historia que se quería meter en un cajón”, asegura. De hecho, el periodista temió que al publicar Fariña lo acusaran de “frivolizar el tema” o de “alimentar el estereotipo de que todos los gallegos son narcos”.
Finalmente, no fue así. Es más, la gente le ha agradecido que lo publicara. “Todo es cariño por parte de la gente. El libro ha sido una forma de acercarme a ellos”, dice. En su opinión, “Fariña ha puesto su granito de arena”, y él se siente más que satisfecho: “Ha sido positivo poder hablar de esto”.
Una muestra del rigor con que Carretero contó los hechos es que “a algunos narcos les molestó no estar en el libro” —cuenta el autor— y así se lo hicieron saber. “Esta gente también tiene su ego”, comenta.
“Se te pasan cosas por la cabeza cuando pones nombres y apellidos de narcos vivos”, reconoce Nacho Carretero, pero asegura que nunca ha recibido “una amenaza directa”. “No hay un nivel de peligrosidad comparable al de la Camorra o al de las mafias colombianas o mexicanas”, explica. Por eso reacciona con sorpresa —“¡carallo!”, exclama— cuando le comparan con Roberto Saviano, autor de Gomorra, o David Simon, creador de The Wire.
Pero con ellos sí comparte la defensa de que el periodismo dé la mano a otros formatos. “El periodismo demanda múltiples escenarios”, sostiene Carretero. “Este formato [de cómic] acerca a mucha gente. Con esta estética quizá pueda interesar a otras personas que, a priori, no se verían atraídas por la historia”.
La novela gráfica, que condensa la historia en 115 páginas (una tercera parte de las de Fariña), incluye además un epílogo de Nacho Carretero que conecta el pasado con el presente del narcotráfico, y donde se vislumbra el futuro. “Es la historia que viene después”, explica. “Es erróneo pensar que el narcotráfico en Galicia es algo del pasado”, asegura Carretero. “La Policía tiene detectados quiénes son, pero no tienen pruebas para llevarlos ante la justicia”.
“Se acabó la ostentación de los Charlines; ahora los narcotraficantes tienen un perfil bajo, nunca entran en contacto contra la mercancía”, afirma. Así que el problema es “llegar a ellos”.
Cómo el periodismo y las series deben darse la mano
Tanto Nacho Carretero como Luis Bustos animan a que tanto el periodismo como el mundo audiovisual vayan en busca de nuevos formatos y de nuevas historias. “Las productoras están sedientas de contenido y miran directamente al periodismo”, defiende Carretero. “Hay historias superatractivas por contar”.
“Aquí [en España] están instaladas casi todas las mafias del mundo”, apunta el autor de Fariña: “Sólo hay que mirar a la Costa del Sol o al Estrecho de Gibraltar. En Estados Unidos ya tendríamos series y películas sobre ello”. “A veces sólo hay que abrir los ojos a la realidad social. La materia prima que hay es brutal”, sostiene el periodista. Y da una pista: “El universo de la minería es fascinante, por ejemplo. La estética, la forma de hablar… ahí hay un camino fértil”.
Después de colaborar en la serie En el corredor de la muerte, basada en un libro suyo homónimo sobre la historia de Pablo Ibar, Carretero confiesa que quiere “seguir trabajando en esa dirección” pero no se atreve a dar más detalles: “Son proyectos muy embrionarios y efímeros. No me quiero aventurar”.