Nobel de la Paz para el periodismo libre de la filipina Maria Ressa y el ruso Dmitry Muratov
"Por sus esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión, que es una condición previa para la democracia y la paz duradera", dice el jurado.
Existen periodistas en este mundo a los que se detiene, se secuestra, se mata, sólo por ejercer su oficio. Existen periodistas que afrontan todo eso porque por encima están derechos como la libertad de expresión y la necesidad de los ciudadanos de saber qué ocurre. Por jugarse el pellejo, por hablar con valentía, por pelear por la democracia, el Nobel de la Paz de este año ha recaído en dos informadores que son punta de lanza de la batalla contra los depredadores de esas libertades, aún bajo las circunstancias más difíciles: la filipina Maria Ressa y el ruso Dmitry Muratov.
“Por sus esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión, que es una condición previa para la democracia y la paz duradera”, dice el jurado en su resolución. Los dos son “representantes de todos los periodistas que defienden este ideal en un mundo en el que la democracia y la libertad de prensa se enfrentan a condiciones cada vez más adversas”.
Ressa, nombrada persona del año por la revista Time en 2018, dirige desde 2012 el portal Rappler, medio que ha destapado varios escándalos que atañen al presidente filipino Rodrigo Duterte y fue pionero en denunciar los abusos de su polémica guerra contra las drogas, una iniciativa que está siendo invstigada por la Corte Penal Internacional. La periodista fue condenada el año pasado por difamación, en un proceso que organizaciones de defensa de la libertad de prensa consideran un paso para silenciar a la oposición al mandatario. “Utiliza la libertad de expresión para exponer el abuso de poder, el uso de la violencia y el creciente autoritarismo en su país natal, Filipinas”, según el Comité Noruego.
Como periodista y directiva de medios, “ha demostrado ser una valiente defensora de la libertad de expresión. Rappler ha centrado su atención crítica en la controvertida y asesina campaña antidrogas del régimen de (Rodrigo) Duterte”, agregó el comité en su explicación del galardón de este año en alusión al presidente de Filipinas. Y añadió que “Resa y Rappler han documentado asimismo cómo las redes sociales están siendo utilizadas para difundir noticias falsas, acosar a adversarios y manipular el discurso público”.
Muratov es el responsable de la Novaya Gazeta, que cubre el lado más oscuro de la realidad rusa. La publicación fue fundada por un grupo de periodistas en 1993 y denuncia casos de corrupción, abusos contra los derechos humanos y delitos corporativos. Pese a la cantidad de temas tabú en el emporio de Vladimir Putin y las persecuciones sistemáticas a la prensa, el medio sigue tratando de contar lo que ocurre. En su redacción se cuentan ya seis asesinados, un medio que, dice la academia sueca, es “una importante fuente de información sobre aspectos censurables de la sociedad rusa que raras veces mencionan otros medios de comunicación”.
Muratov, dice el comunicado que justifica el premio, “ha defendido durante décadas la libertad de expresión en Rusia en condiciones cada vez más desafiantes”.
Filipinas está en la posición 138 en la Clasificación Mundial de Libertad de Prensa que elabora Reporteros Sin Fronteras (RSF) y Rusia, en la 150.
“El periodismo libre, independiente y basado en hechos sirve para proteger contra el abuso de poder, las mentiras y la propaganda de guerra. El Comité Noruego del Nobel está convencido de que la libertad de expresión y la libertad de información ayudan a garantizar un público informado”, agregaron los responsables del anuncio del galardón.
El Nobel de la Paz es el único de los seis premios que se otorga y se entrega fuera de Suecia, en Oslo, por deseo expreso de Alfred Nobel, ya que en su época Noruega formaba parte del reino sueco.
El de la Paz es el quinto de los galardones anunciados hasta ahora, después de los de Medicina, Física, Química y Literatura, y sucede al otorgado en 2020 al Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas.