Por qué no siempre ayuda que le digas a una persona con ansiedad que respire
Serás mucho más útil en un momento de ansiedad si no le dices qué tienes que hacer.
Si alguna vez has ido a terapia o has sufrido ansiedad o estrés, probablemente comprendas la importancia de concentrarte en la respiración. Respirar hondo puede ayudar a ralentizar y controlar tu ritmo cardíaco y calmar tu mente.
Pero solo porque los ejercicios de respiración ayuden a algunas personas no quiere decir que sean la estrategia perfecta para todo el mundo en esas situaciones. Esto es lo que opinan los psicólogos sobre por qué decirle a la gente con ansiedad que respire no siempre sirve de ayuda:
Cuando te encuentras en plena espiral de pensamientos negativos, si alguien te dice que respires, aunque sea con sus mejores intenciones, sientes que está quitándole importancia a tu problema. La psicoterapeuta Melissa Fisher Goldman señala que mucha gente reacciona de forma ingenua cuando otra persona tiene ansiedad y cree que así está ayudándole.
“A veces, cuando una persona tiene ansiedad, no es el mejor momento para decirle: ‘Respira hondo’”, advierte Goldman. “Estás dando por hecho que no debe sentirse así y que se tiene que calmar, como si fuera tan fácil. Puede que esa persona no esté preparada para calmarse o quizás ni siquiera desea dejar de sentir lo que está sintiendo”.
Esto es especialmente importante de recordar con estados estigmatizados como es la ansiedad, ya que puede avergonzar a alguien por sentir una emoción válida. Además, que te metan prisa para suprimir una emoción tiene secuelas inesperadas.
“Debemos asegurarnos de que procesamos y aceptamos las emociones que sentimos. Cuando apartamos un sentimiento, tiende a volver más fuerte en otro momento”, apunta Goldman.
La ansiedad tiene una naturaleza cíclica y los pensamientos negativos se alimentan entre sí. “Supón que dices: ‘Respira hondo y se te pasará’, que esa persona te hace caso y no se le pasa. ¿Entonces qué?”, plantea la psicóloga Racquel Jones.
“Lo que ocurre con la ansiedad es que si ves que lo que has intentado no te funciona, te pones a pensar: ‘Nada me sirve de ayuda, así que todo me va a ir mal’ y caes en una espiral de pensamientos negativos”, añade Jones.
Hay muchas formas de respirar para relajar tu cuerpo y tu mente, ya que, como dice Goldman, “no todas las formas de respirar funcionan con todo el mundo”. Así como a unas personas les viene bien respirar hondo, a otras, no.
Goldman añade que algunos prefieren la “respiración contada”, en la que inspiras contando hasta tres, aguantas la respiración contando hasta uno y sueltas el aire contando hasta cinco. A otras personas les funciona mejor inspirar por la nariz y espirar por la boca o viceversa. Además conviene practicar esas técnicas con un terapeuta.
Jones señala un caso práctico en el que el consejo de “tú respira” no es de ayuda: cuando alguien tiene ansiedad por conducir o por hacer una actividad que requiera su plena concentración por motivos de seguridad.
Goldman sostiene que controlar la respiración requiere de mucha concentración. La idea es pensar solo en tu respiración para calmar tu mente y distraerte de la ansiedad. Sin embargo, si lo que provoca tu ansiedad es el propio hecho de conducir, no puedes centrarte en esos ejercicios mientras te concentras en la conducción. Si te concentras en la respiración, es posible que te saltes un semáforo en rojo o que te distraigas en la carretera.
Jones indica que, para ello, tendrías que detener el coche para hacer tus ejercicios de respiración. ”¿Qué otra cosa puedes hacer? Estás en la carretera, así que debes prepararte antes incluso de entrar al coche”.
“A menudo pienso que lo que sucede cuando alguien le dice a un amigo que respire es que está empezando a sentir su ansiedad”, opina Goldman. Si tú mismo estás con ansiedad o en un estado mental alterado, probablemente tampoco puedas calmar a otras personas en la misma situación.
“Si otras personas van a recomendarle a alguien que respire, también ellas deben ser capaces de hacerlo”, prosigue Goldman. Tu relación con la persona a la que intentas ayudar también importa. Quien sufre ansiedad no solo tiene que estar dispuesto a aceptar ayuda, sino que también hace falta que tengan confianza entre ellos.
Todo esto no quiere decir que los ejercicios de respiración no sean herramientas importantes para controlar la ansiedad. Goldman explica que si alguien está sufriendo un ataque de pánico y está hiperventilando o tiene problemas para conseguir oxígeno, ayudarle a respirar es crucial.
Sin embargo, si decirle a alguien que respire hondo no es suficiente, hay muchas otras formas de mostrarle tu apoyo. Goldman sugiere algo tan simple como decirle a esa persona que estás ahí a su lado para lo que necesite o preguntarle si quiere que intentéis respirar juntos (en vez de ordenarle que respire). Jones afirma que escribir un diario también es una forma efectiva de lidiar con la ansiedad.
“Yo también hago ejercicios de relajación. Cierra los ojos, coloca las palmas en las rodillas e intenta meditar o visualizar que estás en un lugar tranquilo”, recomienda Jones.
Si puedes ayudar a otra persona sin decirle lo que debe hacer, serás mucho más útil en un momento de ansiedad.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.