Una medida destinada a morir incluso antes de nacer
Ni los padres ni los médicos entendían que los niños pudieran ir al supermercado pero no dar la vuelta a la manzana.
Apenas seis horas ha durado el anuncio. Si este mediodía la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha avanzado que desde el 27 de abril los menores de 14 años podrán salir con los adultos a realizar las actividades ya permitidas en el estado de alarma, por la tarde ha sido el ministro de Sanidad, Salvador Illa, quien ha modificado el mensaje: desde el domingo los niños podrán dar paseos.
Entre tanto, el Gobierno ha recibido críticas de políticos, padres y médicos casi a partes iguales. La polémica viene del detalle de que, según lo anunciado por Montero, los niños no podrían salir a pasear por su barrio pero sí acudir con sus padres al supermercado, a la farmacia o al banco, donde previsiblemente estarán más expuestos.
“Este es un Gobierno que escucha”, ha afirmado Illa en su comparecencia este mismo martes a última hora de la tarde, asumiendo el clamor popular y profesional que instaba al Gobierno a rectificar en esta medida.
Los expertos con los que se ha puesto el contacto El HuffPost entienden, y celebran, esta ‘marcha atrás’. “Me ha llamado mucho la atención los sitios donde se suponía que podían ir los niños”, reconoce el epidemiólogo Ildefonso Hernández , portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS). “Era necesario que saliesen a la calle, pero a lugares abiertos, no a sitios cerrados”, subraya. En su opinión, probablemente en su momento el Gobierno “no ha valorado bien todas las posibilidades y los probables escenarios”. “No sé bien por qué han elegido hacer ese anuncio. Mi opinión es que los niños tendrían que salir a pasear, siempre y cuando se monitorice su cumplimiento para comprobar la aceptación y la adherencia a las medidas de prevención”, apunta.
En Italia, en Francia y en Reino Unido los niños no han tenido un encierro tan estricto como en España, y los expertos no pueden pasar esto por alto. “Que los niños salgan es una medida necesaria que tiene menos riesgo que otras”, afirma Hernández, que opina que “si se hace bien, no tiene por qué ser un peligro”. “Salir a correr sin cruzarte con nadie no es más peligroso que ir al supermercado. Si de repente suben los contagios es porque se está haciendo mal. De nuestra responsabilidad depende que el desescalado se haga antes”, explicaba a El HuffPost hace unos días.
Javier Padilla, médico de familia y padre de una niña que “se sube por las paredes”, coincide con los planteamientos de Ildefonso Hernández, y añade uno más: el de los derechos de la infancia. “[Según lo anunciado por la mañana] parece que los niños sólo tienen derechos a través de los de sus padres”, lamentaba Padilla antes de la rectificación de Illa.
“Hay que tener en cuenta las necesidades especiales de la infancia, y tomar medidas de una forma prudente y programada”, defiende Padilla. “Si en los demás países están pudiendo salir los niños y la gente se está comportando de buenas maneras, creo que no hay ningún motivo para pensar que la población de España no lo haría, cuando hemos demostrado que somos capaces de cumplir el confinamiento más estricto de Europa”, sostiene.
La medida preliminar “tampoco tiene mucho sentido desde el punto de vista epidemiológico”, recalca. “Hay que dejar de pensar en los niños como bombas microbiológicas. Los niños contagian y los niños se contagian, pero igual o menos que cualquier adolescente al que sí que podemos ver en la calle”, recuerda Padilla. “No tiene mucha lógica que los niños no puedan ir a pasear pero sí se puedan meter en un recinto cerrado donde habrá población con más patologías y riesgos, como un supermercado o, más concretamente, una farmacia”, explica.
Con todo, Joan Ramon Villalbí, miembro de la Junta de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), cree que la gente pecó de exceso de expectativas con el anuncio de Pedro Sánchez este fin de semana.
“La gente pensaba que los niños podrían salir al parque, pero esto nunca se planteó así”, explica. “Si los niños pueden salir con los papás y los papás sólo pueden salir para estas cosas, no hay mucho más”, resume Villalbí. “Yo ya me esperaba algo así cuando lo anunció el presidente”, admite.
El epidemiólogo no comparte la indignación de la gente con la idea de que los niños vayan a los supermercados —“en las tiendas no hay tanta gente, están controlando aforos”—, pero entiende que en la analogía entre niños y animales, salían perdiendo los niños, hasta ahora. “Creo que si puedes sacar al perro a dar la vuelta a la manzana, también se podría sacar al niño”, defiende.
Villalbí augura que de cara a mediados de mayo, cuando se revise el estado de alarma, “se abrirá la veda para actividades fuera de casa y la situación de los niños cambiará más”.
Sea como sea, el final ya está más cerca.