Netflix y machismo: las dos polémicas con las que arranca el Festival de Cine de Cannes
La Costa Azul inaugura este miércoles el certamen cinematográfico más mediático del mundo y también el que más controversias levanta.
El Festival de Cine de Cannes nació como una cita revolucionaria para boicotear a la Mostra de Venezia, que a finales de los años 30 se había convertido en un brazo más del aparato propagandístico de Alemania e Italia. Sin embargo, con el tiempo se ha ganado el cuestionable calificativo de festival más conservador. Hoy inaugura su edición número 70 envuelto de nuevo en dos controversias:
En la edición que incluye por primera vez contenidos de televisión (se estrenarán las nuevas temporadas de Twin Peaks y Top of the Lake), el festival le declara la guerra a Netflix. El gigante del entretenimiento opta a la Palma de Oro con dos películas, The Meyerowitz Stories y Okja, que se estrenan directamente en su plataforma, sin pasar por los cines.
¿Se han vuelto locos estos franceses? No, simplemente no tenían una norma que lo impidiera... hasta ahora. Tras las presiones recibidas por las distribuidoras, el festival anunciaba la semana pasada que por esta vez vale, pero que para el próximo año solo podrán competir por el preciado galardón las cintas que se estrenen primero en las salas francesas. "La organización está cerrando filas contra nosotros. Podréis ver Okja en Netflix el 28 de junio. Una película fantástica que las distribuidoras quieren boicotear en la competición en Cannes", respondía en Facebook un airado Reed Hastings, CEO de la compañía.
Pero si hay una polémica que acompaña al festival en cada una de sus ediciones es la escasa representación femenina (más allá de la alfombra roja). "Les encanta que las mujeres tengan profundidad, pero solo en el escote", rezaba un escrito publicado en Le Monde por el colectivo feminista La Barbe en 2012.
Aquel año ni una sola de las cintas candidatas a la Palma de Oro estaba dirigidas por una mujer. Este año las cosas han mejorado pero a un exasperante paso de tortuga. Mientras los responsables se dedican a adelgazar digitalmente a Claudia Cardinale para que encaje como imagen del festival, de las 20 películas a concurso solo tres tienen a una mujer detrás, un escaso 15% muy lejano del 50-50 que esperaría cualquier ley estadística.
Radiance, de Naomi Kawase; La Seducción, de Sofia Coppola; y You were never really here, de Lynne Rasay, aspiran a romper otra cifra sonrojante en Cannes: en sus 70 años de historia solo una mujer ha ganado la Palma de Oro, Jane Campion por El Piano, en 1993.