"Sentía que no les caía bien y que había que vivir con eso": 11 frases de Nerea sobre cómo vivió el acoso escolar
La concursante de 'OT 2017' recuerda que de niña se metían con sus dientes en el colegio y la dibujaban como un conejo.
No llevaba demasiado tiempo en la Academia de Operación Triunfo cuando Nerea Rodríguez reveló a Los Javis que había sido víctima del acoso escolar. Entre lágrimas, la concursante de OT 2017 les reveló los malos momentos que había pasado en el colegio por culpa de sus compañeros. Entonces le costó abrirse sobre el acoso escolar y lo hizo entre lágrimas, ahora lo hace con mucha más tranquilidad.
Con motivo del Día Mundial contra el Acoso Escolar, la joven de Gavà (Barcelona) ha hablado abiertamente con El País sobre el calvario que atravesó siendo una niña, cómo lo veía entonces y cómo cree que eso ha trazado su personalidad.
Sus declaraciones sirven para hacernos a la idea de lo que viven los más de 5.500 menores que, según el Ministerio de Educación, sufren cada año acoso escolar en España.
“[Una vez] Me dibujaron en el suelo como un conejo y pusieron Nerea, por mis dientes”.
“Nunca consideré que era acoso, no lo sentía así”.
“Sentía que no les caía bien y que había que vivir con eso”.
“Con cinco años había asumido tanto que la gente se metía conmigo por mis dientes que cuando en una libreta ponía dibújate, yo me dibujaba con una sonrisa con dos dientes”.
“Mi padre siempre me dijo que era envidia y yo pensaba: ’¿Envidia de qué?”.
“Igual me veían el eslabón perdido e iban a por mí. No lo sé. Creo que nunca lo sabré”.
“Recuerdo que cuando tenía entre 12 y 15 años, cuando me daban las notas mi madre me preguntaba qué tal, yo le decía: ‘Bien pero lo vemos en casa’... No quería abrirlo delante de mis compañeros, porque no quería que sintieran mi alegría por mis buenas notas y sintiera represalias”.
“Sentí un acoso sobre todo psicológico, físico no hubo”.
“A lo mejor sí que tengo secuelas pero no soy consciente”.
“Si para mí era duro, imagínate para una madre o un padre que tienen que ver cómo sufre su hijo y cómo llega a casa llorando. Creo que para mi madre tuvo que ser lo más duro. Ella se lleva la peor parte, [preguntarse] por qué no tratan bien a mi hija si ella es buena”.
“Nunca diré gracias a los niños que se metieron conmigo porque ahora soy fuerte. No, porque yo hubiera tenido una infancia mucho más fácil, mucho más feliz y a lo mejor hoy no sería como soy. O a lo mejor hubiera llegado al mismo sitio pero con un camino más fácil, sin tanta piedra de por medio”.