Nagore Suárez, la joven que está detrás de la historia de misterio que lleva más de 7,5 millones de impresiones en Twitter
"Abro hilo".
“Estoy pasando la cuarentena con unos amigos en casa de uno de ellos. Mucho parchís, muchas risas y maratones de películas. Pero esta mañana, cuando nos hemos levantado, uno de ellos no estaba. No sabemos qué ha pasado, pero creo que no se ha ido voluntariamente. Abro hilo”, así ha sido el inicio de la historia de misterio que ha mantenido en vilo a miles de personas en Twitter el pasado fin de semana y que alcanza ya más de 7,5 millones de impresiones.
No, no se trata de La Ratonera, la famosa y exitosa novela de Agatha Christie. Detrás de estos tuits está Nagore Suárez, una joven madrileña de 26 años que ya tiene experiencia en lo de arrasar en esta red social. Antes había conseguido acumular una buena cantidad de interacciones con dos historias, una de ellas le permitió ganar dos premios en la feria del Hilo, pero reconoce a El HuffPost que no se esperaba el éxito de esta la novela viral de la cuarentena.
“Siempre que empiezo un hilo pienso que no va a tener muchos retuits. Siempre pienso que con que llegue un poco a la gente que me sigue voy a ser feliz, pero la verdad que los tres que he escrito se han hecho virales... pero en este en concreto estaba alucinando. No sabría decir cuál es la clave del éxito porque siempre pienso que no va a pasar”, cuenta Suárez después de un fin de semana intenso de trabajo en el que las notificaciones le llegaron a bloquear el móvil.
El hilo, aunque lo tenía pensado de antes, lo adaptó a la actualidad y lo comenzó el viernes. La propia Nagore se situó junto a unos amigos en la casa rural de uno de ellos, Andrés, para pasar la cuarentena. Ese día presentó a los protagonistas, como si fueran las cartas de los personajes del Cluedo, que le hizo su amiga Verónica Ratero. “Era un poco la idea de jugar en la vida real”, afirma.
Y también contó el problema que había y por dónde iba a empezar a investigar la desaparición de Andrés gracias a unos números que encontró.
Antes de acostarse relató que Álex, el novio del desaparecido, también se encontraba en la casa e hizo una encuesta para ver por la persona por la que tenía que empezar la investigación: salió Álex.
Precisamente ese aspecto, el de interactuar con la gente, es uno de los más destacados y positivo de este tipo de comunicación: “En esa encuesta, por ejemplo, ya parecía que Álex era el más sospechoso, pero realmente me daba un poco lo mismo empezar por uno u otro. La mayoría de las pistas van orientadas para que me respondan con lo que quiero que me respondan”.
“Pero es que había gente con unas teorías que yo alucinaba, mucho más complicadas de lo que había pensado previamente. Leía cosas que no habría pensado en la vida. Es todo muy divertido y me gusta leer lo que escribe la gente porque son casi siempre respuestas muy positivas”, añade.
Como punto negativo, Suárez bromea con el hecho de que la gente le pedía que escribiera y que fuera continuando la historia, ya que al ser en tiempo real dejaba a los lectores en vilo. “Tengo que bajar todo el hilo para darle a agregar tuits”, comenta restando importancia a los habituales comentarios fuera de tono que hay en Twitter.
Entonces llegó al sábado. La historia fue trascurriendo mientras la bola de nieve de notificaciones ya era imparable. “Ahí empezó a crecer muy muy rápido”, señala sobre el punto en el que el hilo explotó.
Durante ese día en la historia, la joven pasó por una estantería ordenada de Andrés y descubrió un libro. Ese libro, y gracias a los números de que había encontrado previamente le llevó a un reloj. Las agujas, paradas en una hora concreta, le dieron las llaves de la maleta de Andrés. ¡Bingo! Tenía la combinación. Dentro de ella había unas llaves que abrían la puerta de un sótano.
Por el camino y antes de llegar a un infidelidad, una foto de un caballo desde las cuadras. En tiempos de cuarentena, cualquier recurso sirve. “El salón es de un hotel de cuando estuve de vacaciones en Egitpo, el caballo de mi madre y el resto o las he hecho sin salir de casa o he tirado de archivo. Intento que sea siempre mía por el tema de derechos... Pero esta vez con la cuarentena era mucho más complicado”, comenta Suárez.
Llegó el domingo y con él la trama final de la investigación. Una nota, un secadero de tabaco y el famoso cuadro de Picasso que, según desvela, logró meter con Photoshop en la imagen.
Una vida ligada al misterio
A pesar de haber estudiado periodismo y de trabajar en el mundo de la creatividad publicitaria, su afición siempre ha sido leer y escribir novelas de misterio.
Echa la vista atrás y recuerda cuando ya en el colegio empezaba con este tipo de historias: “La novela negra es lo que más leo desde bastante pequeña, escribía obras de teatro para buscar al asesino ya en el colegio. Me gusta mucho”.
Hasta ahora ha mantenido esa afición. De hecho esta próxima a sacar su primera novela de misterio al uso con la editorial Penguin Random House, pero que cree que a todos los fans del suspense en Twitter les va a gustar.
Precisamente, a parte de los tres o cuatro días previos que tardó en estructurar el hilo y los tres en el que lo fue exponiendo poco a poco, Suárez está aprovechando la cuarentena para terminar el libro, pero aconseja a la población entretenerse con cosas que tenía pendientes: “Hay que intentar hacer cosas que antes querías hacer pero no habías tenido tiempo por una cosa u otra. Intentar ser creativo. Y luego también está Netflix, etc”.
Aunque no cree que vaya a hacer más historias durante la cuarentena para evitar la saturación, ha aportado su granito de arena para que durante tres días miles de españoles estén pendientes de algo más que del coronavirus.