Mujeres en red para dejar atrás el patriarcado
Siete de la tarde junto a los dólmenes de Menga y Viera, en Antequera, Málaga. Casi doscientas mujeres se han citado en torno al conjunto megalítico único en Europa por su disposición y su perfecto estado. Procedentes de los cuatro puntos cardinales pero, sobre todo de Cataluña. Las mujeres cantan, bailan y tocan tambores mientras dan la bienvenida a más de un centenar de personas de los alrededores. Su fin es común: crear un nuevo imaginario para dejar atrás el patriarcado dentro de cada una de ellas, empoderarse como mujeres y ayudar a otras mujeres y hombres a hacer lo mismo. Y por supuesto: proteger a la Tierra.
En el lugar donde hace unos 6.000 años debió existir una cultura matrilineal según la Exposición de la prehistoria en la provincia de Málaga a través del legado Tambory celebrada en 2012, las mujeres han creado un gran laberinto con velas rojas y blancas. "Es un laberinto donde no puedes perderte, es un camino único y siempre encuentras la salida", dice a través del micrófono Marianna García Legar, responsable última del evento. Cuando los asistentes comienzan a recorrer el laberinto, las mujeres cantan al ritmo del tambor repetitivas letras donde hablan de la tierra, el amor, los abuelos. De entre todas las voces, destaca una: "Nos hemos reunido para recordar las memorias prepatriarcales con la ofrenda de luz. Es una reunión en pro de la paz y de la tierra", me dice García Legar, profesora de profesión y organizadora principal del evento. "Lo hemos celebrado ahora porque es el tiempo de abrirse las semillas en la tierra y el momento cuando, según la tradición, se han hecho las ofrendas de luz. Nuestro objetivo es recordar las sociedades prepatriarcales donde hombres y mujeres eran iguales. Estas sociedades vivían en armonía con la naturaleza", prosigue García Legar.
El numeroso grupo reunido esta noche en Antequera no está ni aislado ni solo, pero sí es pionero de un movimiento de mujeres que usan los ciclos de la tierra o la luna y los ritos basados en tradiciones indígenas como referentes para crear su propio imaginario más allá del patriarcado. También para fortalecerse a base de entender su propia psicología, muchas veces consecuencia directa con los cambios de su propio sistema hormonal y el carácter cíclico de su cuerpo femenino. "En el caso de las mujeres la menarquía o primera menstruación, la maternidad o la menopausia implican cambios físicos y psicológicos que son importantes de tener en cuenta. Los ritos son muy importantes porque nos hacen tomar conciencia de los cambios que van ocurriendo en nuestras vidas, es como pasar umbrales que nos hacen renovarnos y volver a empezar. Por ejemplo, tomamos conciencia de que cada estación de la vida requiere una parada para soltar, renovarse y comenzar de nuevo", dice Maria Morera, que trabaja como terapeuta experta en mujer.
La corriente está creciendo hasta el punto de contar con eventos multitudinarios como los que proyecta Ainhoa Valderrabano, que forma parte del grupo Tabarilea. "Queremos visibilizar participación femenina en eventos grandes donde también haya un área para cuidar. Nutrición, familias o niños", dice Ainhoa.
Entre los festivales por y para mujeres, destaca Tierra de Lunas por lo rápido de su crecimiento. En su segundo año ha aglutinado a cerca de trescientas mujeres. "Nuestra intención es crear una red de mujeres. El objetivo es ofrecer herramientas a las mujeres para empoderarnos y relacionarnos con nosotras mismas y con las demás", afirma Cristina Font, una de sus creadoras. "Las mujeres necesitamos quitarnos los condicionantes de siglos de opresión para abrirnos a cosas más grandes. Estamos con esa semilla, proyectándolo seguras", expresa.
El movimiento goza también del trabajo de psicólogas como la zaragozana Gabriela Robles, experta en mujer, que trabaja con una visión holística. "Ha habido y hay mujeres pioneras desde el feminismo que han provocado y provocan grandes cambios. Ahora el paso también es recordar la esencia femenina. Nutrirse. Tomar fuerza para dar el impulso hacia adelante", dice la psicóloga zaragozana Gabriela Robles, para quien "ahora se trata de proponer una visión integradora y multidimensional de la mujer."