Mónica Lalanda: “Las vacunas son imprescindibles, excelentes pero hay áreas de mejora en las mismas”
Mónica Lalanda trabaja actualmente en su consulta médica de Valladolid. Antes estuvo en la unidad de urgencias del Hospital General de Segovia y pasó 16 años en Inglaterra, la mayoría como médico de urgencias en Leeds (West Yorkshire). Hace 10 años Mónica publicó un artículo muy crítico con la vacuna contra la gripe A que se hizo viral. Recientemente ha publicado un libro de viñetas sobre ética médica divertidísimo, muy en la línea de sus idolatrados Quino o Forges. Mónica colabora a menudo con varias revistas con viñetas médicas, y es además una tuitera de pro, lo que me permitió conectar con ella para hacerle esta entrevista.
P - Me ha gustado mucho tu libro Con-ciencia Médica. Muestra de forma divertida situaciones comprometidas que los médicos (y en ocasiones los pacientes, usuarios del sistema) resolvéis a diario. ¿El objetivo del libro era ilustrar un manual de ética médica para estudiantes, verdad?
R - Me alegra que te haya gustado. El libro nace con un objetivo doble. La creación de un material amable, fácil de leer, incluso divertido que transmita los principios del Código de Deontología de los médicos a médicos y estudiantes pero también una llamada de atención a la sociedad sobre lo que pueden y deben esperar de los profesionales.
P - En la versión e-book adjuntas links a manuales de formato más estándar como el manual de manejo de las redes sociales. ¿Ayudaste a elaborar esos manuales personalmente?
R - El e-book tiene enlaces y el libro en papel tiene códigos QR que te llevan a través de tu teléfono a esas páginas. Me parecía una buena manera de mezclar lo formal con lo informal.
Fui la coordinadora y coautora del Manual de estilo para el buen uso de redes sociales de médicos y estudiantes, sí. Ese manual es un documento oficial de la Organización Médica Colegial y de hecho es parte de la Carta de Bioética iberoamericana también.
P - Eres una usuaria muy activa de redes sociales y de Twitter, del que dices estar fascinada (y ahí te conocí). ¿Por qué te gusta Twitter? ¿Crees que puede ayudar Twitter a nuestros médicos?
R - En Medicina es muy difícil estar al día, no ya porque no te enteres de lo que se publica o de las áreas de controversia como era hace pocos años sino por la cantidad ingente de material que se produce al minuto. Para mí Twitter es un embudo y un filtro y sólo por eso ya me parece una herramienta médica increíble. Además creo que tiene una enorme lista de ventajas: crear una comunidad sanitaria, aprender a ser crítico, hacer contactos, luchar contra bulos, aprender de los pacientes, retar conceptos, colaborar en proyectos, seguir eventos y un largo etcétera.
La pena es que el tono en Twitter ha cambiado y el nivel de agresividad e inquina se empieza a hacer intolerable.
P - Ejerces en España pero si no me equivoco empezaste tu carrera trabajando en el NHS en Gran Bretaña. Mi experiencia como paciente de sistemas sanitarios en varios países es que el nuestro es excelentísimo, y como dicen los ingleses second to none. ¿Cuál es tu impresión desde el otro lado (como profesional)?
R - Pasé efectivamente 16 años formándome y ejerciendo la medicina en el NHS. De hecho tuve la suerte de vivir la gloria de un sistema de salud magnífico que está desintegrándose por momentos.
Nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS) tiene muy buenas bases y excelentes profesionales. Desafortunadamente lleva sufriendo unos años de recortes y de gestión nefasta que podría acabar con él de la misma manera que se está acabando con el NHS. Lo irónico es que en este momento los profesionales maltratados y vapuleados por este SNS están siendo capaces con su esfuerzo de tapar las carencias del mismo. Creo que la sociedad española no es consciente de la precariedad que se vive dentro y el esfuerzo sobrehumano que se está haciendo para que el usuario siga pensando que tiene el mejor sistema del mundo. Y desafortunadamente esto es insostenible.
P - Tengo entendido que hay médicos españoles que emigran a Portugal porque encuentran allí mejores condiciones salariales que en España, lo que resulta algo contraintuitivo…
R - El profesional sanitario español es con diferencia de los peores pagados de Europa y los que sufrimos perores condiciones laborales de precariedad e inseguridad laboral. Y si los médicos estamos mal, lo de las enfermeras es ya de juzgado de guardia. Dentro de unos años han de comenzar jubilaciones masivas y en 5 años estaremos casi a la mitad de los que somos ahora. Los políticos no toman medidas a medio y largo plazo porque solo miran a las siguientes elecciones y así llevamos décadas. Queda muy poco tiempo para reaccionar y no creo que eso se esté percibiendo.
P - Algunas de las situaciones que planteas en Con-ciencia Médica me resultan preocupantes y responden a dinámicas conocidas pero relativamente nuevas. Mi abuelo era médico, y los únicos regalos que recibía (que eran muchos) venían de pacientes agradecidos. Desgraciadamente eso se estila cada vez menos pero existen médicos que reciben regalos por otros lados. Por ejemplo, el médico que acumula puntos por parte de un fabricante de prótesis de rodilla y que luego los puede cambiar por una cafetera o por un viaje a Canarias como ilustra una de tus viñetas.
R - En Con-ciencia Médica lo que hago es llevar al extremo situaciones habituales para hacerlas más obvias y cómicas. La gran mayoría son mera realidad exagerada, otras están llevadas al extremo absurdo. Lo de los puntos es una pequeña parodia pero no se aleja mucho de la realidad que la elección de un material sobre otro conlleva a veces un beneficio a algunos profesionales.
Desafortunadamente el SNS ha colocado a los médicos en una situación de dependencia para su formación continuada. No hay presupuesto para que el médico se siga formando a lo largo de su carrera, lo cual es imprescindible para el paciente. Esto deja al médico a merced de la industria farmacéutica y muchas veces sin otra opción que andar mendigando. Hay médicos honrados que solo pide lo que necesitan, aunque no debieran, porque es la única manera de lograrlo pero también hay lugar para la corrupción. ¡Y haberla, hayla!
P - Hace poco retuiteaste un artículo de Vinay Prasad que me gustó mucho (The case for being a Medical Conservative), traducido como “Ser un médico conservador”. En el mismo se dice que “muchos (…) avances médicos ofrecen, en el mejor de los casos, beneficios marginales”. Prasad concluye con la reflexión siguiente “El médico conservador (…) es pragmático acerca de la naturaleza humana y el modelo comercial predominante de la ciencia médica”. Me parece que este pragmatismo es muy sano, y que debe activarse especialmente cuando los intereses comerciales son jugosos, e imagino que opinas lo mismo.
R - Sin duda opino lo mismo. Creo que en medicina estamos perdiendo el norte profesionales y pacientes. No todo se puede tratar, no todo se puede curar, no hay pócimas mágicas “ni pastillitas que solucionen la realidad de no estar enfermo”.
Estamos excesivamente medicalizados, somos tremendamente médico-dependientes y sufrimos una intolerancia absoluta al sufrimiento y a la preocupación. Pero esto requiere un análisis profundo porque las causas son complejas y múltiples. El mantra repetido durante tantos años de “no te automediques” ha acabado por calar y mucha gente ya no se toma ni un paracetamol sin el consentimiento de un profesional. Nos hemos infantilizado como sociedad, y una de las consecuencias obvias es que ningún sistema nacional de salud tolera este nivel de demanda.
P - Hay un grupo de gente, más o menos organizada en Twitter y en otros foros, que se autodenominan « escépticos » pero que en mi opinión son todo lo contrario; tienen una creencia naíf en que los avances tecnológicos son siempre la respuesta a cualquier problema (y en Richard Dawkins, si me permites añadir) propia de quien nunca ha practicado la ciencia. ¿No es así?
R - La medicina es extremadamente compleja. Los médicos nos movemos en la incertidumbre casi todo el rato. En medicina no hay blancos y negros, son todo grises. Pretender que la medicina cubra solo la ciencia pura es no entender nada. Intentar argumentar en medicina como se argumenta en astronomía o en física no tiene ni pies ni cabeza.
La ciencia solo soluciona una parte de los problemas que confrontamos los médicos a diario. Nuestro trabajo es mucho más complejo que el mero diagnóstico y tratamiento. El cientifismo se está desarrollando con fuerza en el mundo entero quizás por esa necesidad imperiosa que hemos desarrollado en las últimas décadas de necesitar una respuesta inmediata y medible para todo. Comparto algunas de las opiniones de estos grupos pero la agresividad que usan a menudo es innecesaria y les está haciendo perder credibilidad.
P - Algunas de estas personas (que en unas pocas ocasiones son científicos del tipo académico, pero en la mayor parte de los casos ni siquiera tienen una educación o una práctica científica sólida) han tomado como espantajo a Juan Gervas, y en ocasiones a otros médicos brillantes como tú misma simplemente por tener este sano enfoque pragmático en relación a la praxis médica que antes mencionaba. ¿Me equivoco?
R - Existe una clara intención de desprestigio de personas como Juan Gervas y las razones parecen oscuras. Esta « lucha contra la pseudociencia » se está centrando en actividades que se ofertan como complementarias y que en su mayoría son perfectamente inocuas. Debería abordar en cambio la mala ciencia, ya que hay mucha y es mucho más peligrosa. Es interesante que el informe que se realizó sobre muertes por pseudoterapias tenga cifras, digamos, « estimadas ». Si la gente no abandona sus tratamientos médicos, rezar, tomar pastillas de burra o dar volteretas es parte de su libertad. En cambio hay muy poco ruido contra mucha medicina que seguimos recetando y que ha demostrado ser inútil o hacia tantas pruebas que no han demostrado disminuir mortalidad como algunos screenings de cáncer.
Creo que debe existir una honestidad intelectual en quien oferte ayuda a pacientes y creo en la regulación de cualquier producto que se oferte como tratamiento. Pero también percibo que este tema se pueda estar usando como cortina de humo para tratar los problemas reales y verdaderamente graves de un SNS que se hunde.
A mí me resultan incomprensibles estos ataques pero me tranquiliza ver que la gran mayoría de médicos no participan en ninguno de estos movimientos de “escépticos”. Afortunadamente los médicos seguimos siendo una profesión con credibilidad y eso hay que cuidarlo porque es un privilegio.
P - Soy también yo un gran admirador de vuestra profesión, y no creo que ciertas críticas sanas sean ataques. Por ejemplo, un estudio reciente del Reino Unido (país que conoces tan bien) estimaba que el 90% de las amigdalectomías que se practicaron entre 2005 y 2016 eran innecesarias y probablemente se efectuaron por la presión de los padres. Y en países como los Estados Unidos, en donde a menudo existen incentivos económicos que favorecen el « intervencionismo », se practica la misma operación incluso más alegremente que en el Reino Unido.
R - En medicina debemos estar igual de interesados en prescribir que en deprescribir, igual de atentos a aprender que a desaprender. Tenemos un grave problema con hacer “medicina del hamster”, continuar haciendo cosas que siempre se han hecho así a pesar de que la evidencia científica haya demostrado que no funcionan. Afortunadamente existe ya una reaccion internacional del mundo sanitario contra esto que empezó con la campaña @ChoosingWisely y que se extiende como la espuma. En España poco a poco empieza a tomar forma con el #NoHacer en el que hay ya mucha gente trabajando. Los incentivos económicos pueden sin duda debilitar las indicaciones médicas, por eso es importante que el sueldo del médico esté asegurado a final de mes sin depender de cómo intervenga. Esa es la medicina más segura y más centrada en el paciente.
P - Mientras que parece factible tener un debate sosegado sobre intervenciones innecesarias con respecto a prácticas quirúrgicas, es casi imposible tener una discusión pública sosegada sobre estas mismas intervenciones con respecto a las vacunas. La mayor parte de la culpa de que esto sea así es del colectivo antivacunas, que se dedica a intoxicar con desinformación con respecto a sus efectos secundarios. Pero agitar el espantajo de los antivacunas (que son relativamentepocos en nuestro país, gracias a Dios) y colocarle ese sambenito a alguien como Juan Gervas para sabotear que se pueda tener esa discusión pública como hacen muchos de los “escépticos” que antes mencionaba es hacer de tonto útil de ciertos intereses espurios.
R - Solo te puedo contestar con una cita de Marañón “el amor a la medicina debe ser crítico”. De hecho pienso que no hay un médico más provacunas en España que el Dr Gervas. El problema es que las cosas que él dice cuando critica alguna vacuna (como la de la gripe o el papiloma) no es en su contra sino en que deben ser mejorables, y eso prefiere malentenderse. Es una pena. También es cierto que Gervas se ha convertido en un provocador en redes sociales que si bien cabrea a muchos, también hace reflexionar a otros tantos.
Creo que la gran mayoría de los médicos solo queremos lo mejor para los pacientes y desde luego personas críticas y que levantan controversias sin duda son necesarias en medicina para no desnortarnos.
P - Ningún médico que se precie podrá negar que ciertas vacunas (como la del sarampión o la de la polio) son algunos de los avances de mayor valor de la historia de la medicina. Ahora bien, de la misma forma que los trasplantes de riñón y las amigdalectomías no son lo mismo, no todas las vacunas son iguales, ¿no es cierto?
R - En términos generales creo que son todas seguras pero alguna es mejorable, y espero que en unos años veamos vacunas más efectivas. De momento no veo problema con hablar de ello abiertamente. No podemos infantilizar aún más a la sociedad. Que se diga públicamente que algunas vacunas son mejorables no es ni mucho menos animar a no vacunarse pero pienso que en el siglo XXI es más importante la transparencia. Es irrisorio decir que si criticamos alguna vacuna cuando hablamos entre profesionales en el escaparate que supone Twitter habrá gente que no se vacunará. Creo que esa es una actitud paternalista propia de la medicina de hace un siglo.
El problema es que una frase como la que acabo de decir, y en la cual me reafirmo como pro-vacunas -tanto es así que quiero más y mejores vacunas- me conllevará seguro el cartelito de antivacunas. Por alguna razón se han hecho intocables. Hay que hacer una reflexión. Las vacunas son imprescindibles, excelentes pero hay áreas de mejora en las mismas.
P - A título personal, estoy convencido de que sobrerrecetar algunas de estas vacunas mejorables crea más «antivacunas» que un millón de tuits de un Gervas u otros «provocadores». Pero no hace falta que respondas a esta última pregunta si no quieres, que no se trata de que te caiga la del pulpo en Twitter…
Afortunadamente en España no tenemos apenas problema con “antivacunas”, pueda haber familias con dudas vacunales puntuales. Lo cierto es que tenemos un calendario vacunal oficial completísimo y seguro, sin duda fantástico. Que haya médicos recomendando vacunas fuera de este calendario o que las vacunas se conviertan en arma política de campaña electoral puede sembrar sombras e incertidumbres sobre las vacunas. Tenemos que cuidarlas como oro en paño y eso es responsabilidad de todos. Y la del pulpo en Twitter... Bueno, ¡esa cae digas lo que digas!