Millo: "La DUI no era una broma, iba en serio"
Asegura que dedicó mucho tiempo a que Puigdemont olvidara su planteamiento "suicida" de hacer el referéndum
El que fuera delegado del Gobierno en Cataluña Josep Enric Millo ha contradicho a todos los acusados en el juicio del 'procés' al manifestar que la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) "no era una broma", sino que "iba en serio" hasta el punto de que "nadie en Cataluña pensó que era simbólica".
"Ni la situación, ni el entorno, ni el contexto, ni las proclamas, ni las soflamas... es decir, la situación en aquel momento no hacía pensar a nadie que esto era una broma" ha asegurado Millo en su testifical en el juicio, a petición de la Fiscalía.
Su testimonio contradice la versión sostenida por todos y cada uno de los acusados que han rebajado el valor de la DUI a "una mera declaración política", en la que la independencia unilateral figuraba en el preámbulo, sin que hubiera votación sobre ese punto, y que "no obliga a nada ni establece nada".
Pero Millo ha descrito otro escenario. "Nadie en Cataluña pensó que era simbólica", ha manifestado el ex delegado del Gobierno que ha querido dejar claro que "esto no era una broma" porque "la inmensa mayoría de la sociedad catalana pensaba que esto iba en serio".
Al respecto, ha dicho que "una parte de la sociedad catalana, minoritaria, estaba convencida de que poco después Cataluña se iba a convertir en una república independiente separada del Estado español, y otra parte de la sociedad catalana, mayoritaria, estaba preocupadísima porque pensaba que esto podía pasar".
En su opinión, las huelgas del 3 de octubre y del 8 de noviembre de 2017 fueron un "intento de hacer una demostración de fuerza", de dar cuenta de la "capacidad de paralizar toda Cataluña" y de la "capacidad real de poder controlar el territorio y llevar a cabo la declaración de independencia".
"Planteamiento suicida"
Asimismo, Millo ha relatado que dedicó mucho tiempo en tratar de convencer al expresident Carles Puigdemont de que olvidara su "planteamiento políticamente suicida" de buscar la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña. "Pero al otro lado de la mesa me encontré una silla vacía, porque no había otra cosa para él que no fuera celebrar el referéndum".
Millo ha reconocido que durante la primera parte de sus 18 meses de mandato, que comenzó en noviembre de 2016, siempre tuvo una relación "correcta y de colaboración en todos los aspectos" con el Govern de Puigdemont, que "solo se complicó con relación a lo hechos" que se juzgan en el alto tribunal.
Desde el principio, según el delegado del Gobierno de Mariano Rajoy en Cataluña, mantuvo varias reuniones con Puigdemont "en privado" a petición del propio expresident, de las que recuerda especialmente dos, en febrero y en mayo de 2017.
"Mi interés era persuadirle de que mantener esa posición era muy mal camino, que su obligación era cumplir con la Ley, pero su posición siempre fue la misma, no había ningún otro tema del que le interesase hablar que el de conseguir el beneplácito para un referéndum", ha manifestado a preguntas del fiscal Javier Zaragoza.
También ha recordado Millo —que ha comienzo de la sesión ha rechazado el ofrecimiento de la Fiscalía de poder declarar sin que su imagen fuera emitida por televisión— una cena que celebró con el expresident este martes huido el 6 de junio de 2017.
"Estuvimos charlando mucho rato", ha relatado ante la Sala, recordando que le insistió que mientras que no llegara a convocar un referéndum podrían aún encontrar una salida en base al interés general de los catalanes, que no era el de la independencia.
"Su respuesta fue contundente", ha continuado Millo, ya que Puigdemont le dijo que no podía dar "marcha atrás" porque estaba comprometido y anunciaría el referéndum, lo que hizo tres días después. Millo considera este momento un punto de inflexión 'prácticamente irreversible' y que entonces acabó entre ellos la relación formal.
"Trampa del Fairy"
Millo se ha referido en el Supremo a la "trampa del Fairy" como uno de los tipos de agresión que sufrieron los agentes que participaron en el dispositivo desplegado en la jornada del referéndum del 1 de octubre en Cataluña. Consiste en verter detergente, para que el agente resbale y caiga al suelo "y luego les patearan la cabeza", ha explicado.
A preguntas del fiscal Javier Zaragoza, Millo ha recordado como a partir del 2 de octubre estuvo visitando a los funcionarios alojados en los barcos que atracaron en el Puerto de Barcelona porque "tenía interés en conocer la impresión de lo que habían vivido", y ha calificado sus testimonios de "estremecedores"
Chalecos rajados
"Tuvieron que afrontar una situación muy difícil, habían estado cumpliendo con su deber y pude comprobar lesiones, dedos rotos, alguna fractura de pierna", ha enumerado, para añadir el caso de un chaleco antibalas "rajado de extremo a extremo, lo que no se hace con una uña", y que en dicho momento también alguno le confesó que había caído en la "trampa del Fairy".
En este momento del interrogatorio ha tenido que intervenir el presidente del tribunal, Manuel Marchena, que ha pedido a los asistentes que evitaran "murmullos y sonrisas irónicas".
Sobre el número de agentes heridos en total, Mallo ha señalado posteriormente a preguntas de los abogados de las defensas que fueron 93, mientras que no ha conocido nunca de forma oficial el número de ciudadanos lesionados, que el día del referéndum pasaron de 40 a primera hora de la mañana a casi un millar al terminar el día según las declaraciones del miembros del exGovern.