Tantas preguntas surgen ante Miguel Bosé que a Jordi Évole le ha dado para dos entregas de su esperada entrevista al cantante, no solo acerca de su postura negacionista sobre el coronavirus, sino también sobre su faceta más íntima o su historia familiar.
Ninguno de estos últimos asuntos ha esquivado el artista, de casi 65 años, al menos en la primera parte de la charla entre ambos, grabada en Ciudad de México y emitida este domingo en laSexta —como se vio en el avance de la siguiente, será el próximo domingo cuando hable sobre la pandemia—. El cantante, de hecho, evocó el mayor choque entre todos los que tuvo con su padre, el torero Luis Miguel Dominguín.
“Fue un momento que me forzó a cazar”, relató en Lo de Évole. “Fue una cierva, maté a la cierva”, señaló. Bosé explicó que para poder llevarse los animales a casa “los destripas”. “En el momento de rajar sale un Bambi”, contó, visiblemente emocionado e impactado, pese a todos los años transcurridos. “Era abril, le faltaban días para nacer”.
Su reacción fue ir a por su padre “a darle puñetazos y llamarle hijo de puta” e irse. Desde el Land Rover, Dominguín le gritó que era “un cobarde y un débil”.
Por la noche, el torero fue a su cuarto: “Intuí que quería pedirme perdón”. Bosé le dijo que no volvería a cazar nunca más en su vida. “Me miró y me dijo ’vale”, añadió.