Miguel Ángel Revilla: "Estoy harto del tema catalán"
Entrevista al presidente de Cantabria: "No he decidido si me presentaré en 2019"
Era director de un banco, daba clases en la universidad, tenía un chalé... Vivía como un "pachá". Lo confiesa el propio Miguel Ángel Revilla. Pero decidió coger el coche a finales de los setenta y empezar a dar charlas por los pueblos. Su objetivo era recuperar el nombre de Cantabria y convertirla en comunidad autónoma.
Revilla (Polaciones, 1943) es hoy el presidente de esta autonomía. Que ya nunca cambiará de nombre, "venga Rajoy o el nieto de Rajoy", sostiene. Y no se muerde la lengua en estos trémulos días que vive España hablando de Cataluña, el PP, la corrupción y el propio rey. Ya ha cumplido todos sus sueños políticos y se encuentra, además, en un periodo de reflexión sobre si volverá a presentarse el año que viene a las elecciones autonómicas.
¿Qué le parecen los mensajes que se han conocido de Carles Puigdemont a Toni Comín diciendo que "esto ha terminado" y "los nuestros nos han sacrificado"?
Empiezan a admitir la cruda realidad de lo que es la maquinaria y el poder que tiene unas leyes, unos jueces, unas fuerzas de seguridad y unos funcionarios. Han vivido en una nebulosa. Yo dije la víspera que no venía al Pleno. No es que sea un gurú, pero uno tiene años ya.
¿Qué pronóstico hace?
Hay dos opciones. La A, que supongo que será la que se practique en los próximos días, es que buscarán un candidato alternativo del mismo grupo. Y la que él pretendía era que le hubieran investido telemáticamente, ser presidente 24 horas porque lo hubiera suspendido el Tribunal Constitucional, estirar la cuerda a ver si hay unas nuevas elecciones y lo rentabiliza.
Creo que lo que va a ocurrir es que ahora, porque ERC va a jugar fuerte, es que buscarán que haya Gobierno con alguien que no esté imputado.
Por lo tanto, ¿un Gobierno sin Puigdemont?
Un Gobierno sin Puigdemont es la opción que barajo sensata. Pero dentro de ese mundo, sensato hay poca cosa.
¿Qué le diría a Puigdemont si lo tuviera delante?
Que a estas alturas se ha tenido que dar cuenta que en un Estado democrático en la UE hay que respetar las leyes. Y si quieres que cambien, luchar por ello. Pero mientras no cambien, hay que respetarlas. Creo que no calcularon bien que este país, a pesar de que todo lo que pasa de la corrupción y de las cosas que funcionan mal, tiene 1.500 años de historia y unas estructuras que funcionan. Y una cosa que tenían mal calculada es que para una aventura de estas tienes que tener unos apoyos internacionales que no tienen. Más allá de que es un espectáculo verle de un lado para otro, que eso siempre genera morbo y tiene seguimiento, se ha convertido en una notoriedad. Pero sin apoyos internacionales y vulnerando la ley, esto no tiene recorrido.
Lo que más preocupa no son estos personajes, que probablemente durante muchos años van a estar en la cárcel, sino que en Cataluña hay dos millones de personas que quieren irse de España. Eso tiene que tener una solución política, y no la veo de la mano de Rajoy.
¿Por qué?
No puede solucionar un problema alquien que en ese territorio tiene apenas relevancia. No está en condiciones de ser alternativa porque no es reconocida por los catalanes. En su lugar lo pensaría un poco, qué hace para tener un rechazo del pueblo catalán de esas proporciones. Se han hecho muchas cosas mal, desde forzar la anulación del Estatut en el Tribunal Constitucional. El PP no ha entendido nunca que estamos en un país plurinacional y el que no lo entienda crea tensiones. Hay que reconocer esas singularidades de Cataluña y analizar por qué hemos llegado a esta situación.
Cuando ocurre una cosa de estas no hay un solo culpable, y una culpa importante la tiene el Gobierno de España, que no ha tenido más respuesta que la de los jueces y los cuerpos de seguridad del Estado. Eso está generando una desafección que tendrá que corregirse con diálogo y políticos de otro corte que Mariano Rajoy. Creo que bien explicado, con una reforma de la Constitución donde se busque un encaje, se estudie el tema de la financiación y se blinden las competencias, los catalanes saben que están mejor en España que fuera y el resto de España también.
¿La gente se ha cansado del tema catalán? ¿Se ha paralizado el país por el procés que ha monopolizado la vida política?
Estoy harto, de poner la televisión...
¿Del tema catalán?
Sí, sí. Estoy harto, ya tengo hasta acento catalán. Tienes que estar todo el día oyendo a los mismos. Y le ha venido también bien en algunas cosas al PP porque está eclipsando otros temas muy gordos. Aquí hay más cosas, hay una economía que sí que tira pero con un reparto absolutamente desigual de las rentas. También está el tema de las pensiones, todos los partidos deberían estar ahora sentados. Mientras tanto, estamos asistiendo al tema de Cataluña, que tiene harta a muchísima gente de toda España y de Cataluña también.
Siempre ha sido muy duro en el discurso contra la corrupción. Hemos visto en las últimas semanas a los cabecillas de la trama Gürtel y a miembros del PP como Ricardo Costa señalar la financiación irregular del partido y apuntar a Francisco Camps. ¿Qué siente al escuchar esto?
Es terrible. Desde que me metí en política tenía clarísimo que lo primero que hay que exigirle a un político es honradez. Hombre, que no sea tonto del todo el que gobierne sería también bueno. Que sea normal, tampoco tiene que ser Einstein. El 90% de España respondería que sí a la pregunta de que si desde que se fundó el PP se ha estado financiando de manera ilegal y ha quedado en manos de políticos dinero del que han aportado esas empresas.
Después de saber que Luis Bárcenas tenía 49 millones en Suiza, era su mano derecha y le mandase aquel mensaje de "sé fuerte", en cualquier país Mariano Rajoy tendría que dimitir.
A estas alturas sabemos que los papeles de Bárcenas, en los que está Rajoy, son ciertos porque a nadie se le ocurre hace doce años hacer la contabilidad poniendo a unos señores por si el día de mañana tengo que vengarme. Eso es muy grave y todavía no se ha solventado más allá de que algunos digan ahora para salvarse de la cárcel la verdad. Lo que ha dicho Costa era lo que hacía, y hay que suponer que hay uno por arriba que se lo permite. La corrupción en este país ha hecho un daño terrible. Y dentro de esto meto también una de las cosas que más me ha indignado: cuando el señor Montoro agarró a 31.000 españoles y les lavó 40.000 millones. Es un escandalazo que no tengamos derecho a saber quiénes son para aplaudirles en la cara. Seguro que habrá, me dicen, muchos políticos conocidos, algún juez y gente de mucho prestigio.
Pero lejos de dimisiones, lo que vemos es al presidente del Gobierno diciendo que quiere ser el candidato en las próximas elecciones. ¿Tiene la impresión de que se va a presentar?
Depende de cómo vea el panorama. Hay un cambio en España importante que se ha producido en tres meses. Siempre pensé que había Mariano para rato porque tiene un 28% de suelo electoral. Menos de eso no saca ni aunque lo cogiese el Banco de España cargando con la caja fuerte. La gente también piensa qué hay en frente, para sustituir a alguien tiene que venir alguien que lo mejore, para empeorarlo no interesa cambiar. Yo decía lo de que había para rato porque la izquierda es imposible que se una con los separatismos. Es un cóctel como de aceite, gaseosa y con fanta. Pero ahora ha cambiado la cosa, porque no me imaginaba que a Mariano se le pudieran ganar unas elecciones por la derecha.
¿Ve factible lo que dicen las encuestas sobre Ciudadanos?
La sensación que tengo en la calle es que hay una derecha del PP que ha cambiado porque quiere al menos un partido honrado, que no tenga escándalos debajo de la cama. Le ha salido un grano importante que no estaba en las previsiones y que lo reflejan ahora las encuestas, que a lo mejor están un poco condicionadas por el éxito de Inés Arrimadas en Cataluña. Pero todo el mundo detecta que está habiendo una succión de votos del PP a Ciudadanos. El gran peligro de Rajoy es que se le vaya la gente en su propio entorno ideológico. Tiene el enemigo en casa, en ese sector de la derecha.
¿Y a quién vería sucediendo al señor Rajoy? ¿A Sáenz de Santamaría?
Ella es la que más ha trabajado el asunto y la que tiene los mandos en el avión. Pero hay una cámara de gente, está el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, con menos posibilidades está Cristina Cifuentes y no hay que olvidar al ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, que tiene muchas papeletas aunque ponga cara de susto.
De su tierra además. Por cierto, ¿qué le pediría para Cantabria?
Lo que está prometiendo pero que no empieza. Cuando empiece, que haga todo lo que ha dicho, que son miles y miles de euros anunciados. Son las deudas con Cantabria, tenemos un tren que tarda cinco horas. Cantabria lo tiene todo pero si no tienes buenas infraestructuras... El tren es el futuro.
¿Cómo está su relación con Rajoy? ¿Se llaman? ¿Tiene fecha para la próxima visita a La Moncloa?
El presidente no se pone al teléfono, no me contesta a las cartas. Me engañó de una manera lamentable en las vísperas de las elecciones. Tuvimos una entrevista y estuvo encantador, me firmó por carta el pago íntegro de Valdecilla y otras cosas más. No ha cumplido ninguna de ellas. Sé que no le caigo bien, pero no soy ningún tipo sospechoso de no ser leal a las instituciones. No he faltado jamás ni a las conferencias de presidentes ni al Día de la Hispanidad ni a las recepciones del rey. Soy un hombre leal al Estado, discrepante con Mariano por razone obvias: hay un partido corrupto probado, no es una casualidad que todos los tesoreros hayan estado imputados o en la cárcel. Si me entero que un político trinca, se acaba conmigo la relación personal y política. Soy crítico con su política y con el PP, pero tiene que respetar. Yo no soy Puigdemont, soy una persona de orden y Cantabria es una región tranquila, que se siente encantada en España y no crea grandes conflictos.
El PP, Ciudadanos... ¿Y Podemos está en declive electoral?
Algo así. Las expectativas que tenía Pablo Iglesias se han ido desinflando. La ambigüedad en el tema catalán les ha hecho mucho daño. No sacan allí más porque en Cataluña no se juega a la ambigüedad, se ha votado radicalidad. Y esa ambigüedad para el resto del territorio español no es entendible. Una cosa es lo que se piensa en Cataluña, pero en el resto se ha entendido como un aval encubierto o un cierto apoyo moral a ciertas tesis independentistas.
Tiene buena relación con Pedro Sánchez, que no termina de despegar en las encuestas. ¿Cree que algún día podrá llegar a ser presidente del Gobierno?
La lógica diría que un desgaste del PP sería la alternativa para el PSOE. Lo que pasa es que la situación anómala de España en el tema catalán ha metido como alternativa del PP a un partido de la derecha. Se ha quedado ahí el PSOE con un voto del 23% que no va a ningún lado. Sánchez es una persona honrada, le apoyé desde fuera en el enfrentamiento que tuvo en el partido porque me pareció una operación de derribo impresentable, pero es verdad que no lo veo despegar.
Hablando del PSOE, gobierna con los socialistas en Cantabria y hubo una crisis interna fuerte dentro de ese partido...
Y hay, hay.
¿Sigue todavía?
Sí, latente. El PSOE tiene una cosa muy buena respecto a otros partidos, que eligen los militantes a sus cargos. Es extraordinario pero genera conflictos.
¿Pero es un Gobierno estable hasta 2019?
Sí, tenemos presupuestos. Prorrogando estos, podríamos llegar perfectamente a 2019.
¿Agotará la legislatura?
Sí, con algún follón interno de este tipo. Pero yo salgo y digo 'soy el presidente, ya está bien' pero estabilidad la tenemos. Hemos gobernado sin sobresaltos, y con lo que falta creo que también. Luego veremos qué pasa en el mes de mayo cuando el PSOE celebre las primarias para determinar al candidato a la Presidencia del Gobierno de Cantabria en 2019. Habrá dos listas probablemente, el que ha ganado la Secretaría General y la que yo tengo de vicepresidenta. Eso dura un mes y pico, esas campañas son duras porque a veces las mayores broncas se tienen en casa.
¿Cree que si gana el sector sanchista le pedirán que dimita la vicepresidenta, Eva Díaz Tezanos?
Eso lo he dejado claro. Ya hice una concesión, yo pacto con un partido y no con personas. Ellos sí pedían más ceses, pero lo hemos dejado en el de un consejero. No les caía bien, muy capaz por otra parte, pero fue muy beligerante en la campaña. No acepté otras imposiciones, eso lo tienen claro: no me trasladen las crisis del partido al Gobierno de Cantabria faltando un año para las elecciones. Lo han entendido, se lo he explicado a Pedro Sánchez y creo que es razonable.
¿Se va a volver a presentar usted el año que viene a las elecciones?
No lo tengo claro. Cumplí 75 años el 23 de enero. Voy una vez al mes al Hospital de Valdecilla, estoy bien. De cabeza, muy bien. Es que 75 y cuatro más, vas a los 80. En este momento no tengo tomada esa decisión. La gente en el partido te dice 'hombre, Miguel Ángel, estás muy bien, tienes que presentarte, estás hecho un chaval'. No lo tengo decidido, no estoy tan preocupado como otras veces porque el PRC tuvo en las últimas elecciones un 30%. De 100 alcaldes, tenemos 42. La estructura del partido es la más extensa de Cantabria.
Hablando de cumpleaños, el rey acaba de celebrar los 50. ¿Qué le parece su papel? ¿Tendría que haber un referéndum sobre la monarquía?
No soy monárquico, pero si me preguntas si lo está haciendo bien: mejor que el padre. No tiene las debilidades mundanas del padre. Está muy preparado, lo está haciendo bien. Pero si pregunta por la monarquía, cómo puede aceptar un demócrata el hecho de que se herede de padres a hijos. En la medida de que lo haga bien, me parece un tema secundario en relación a lo que está pasando en España.
¿Qué le sigue indignando todavía en la política?
Puedo hacer una lista...
¿Lo que más?
Que se sigue robando y la capacidad que tienen los que roban para echar balones fuera. La gran asignatura pendiente en nuestro país es que la dependencia política de la Justicia. Incluso la UE ha mandado algún recado. Me gustaría un país en el que la Justicia no se case con nadie.
¿Cuál ha sido el mejor momento que ha vivido en la política?
He vivido mis sueños, todos cumplidos. En el año 76 era director de un banco y profesor universitario. Y tenía un barco de 8 metros, con un marinero para ir los sábados y domingos a pescar. Vivía como un pachá, con chalé y cochazo. Y cuando muere Franco, me llevan a un foro y pienso que sería una oportunidad buena para recuperar el carné de identidad que habíamos perdido. Éramos la provincia de Santander, nadie sabía que había Cantabria. Dije que había que recuperar el nombre y, ya puestos, a luchar por ser comunidad. ¡Lo que dijeron de mí al día siguiente! Pidieron que me echaran del banco. En vez de ir a pescar, me lancé con un coche a dar charlas. Fíjate si puedo estar contento. Cantabria no pierde el nombre en la vida, ya puede venir Rajoy o el nieto de Rajoy. Luego ser presidente, no lo pensaba ni en sueños.
¿Qué es lo que más le apetece hacer cuando deje la política?
Volver de manera altruista a dar clase. Me gustaría haber sido maestro, aunque soy economista. Me he tirado quince años en la universidad. Yo disfrutaba con la pizarra, la tiza, explicando la curva de la demanda y la oferta, el dumping. Dar clases y escribir. Ya he escrito cinco libros en dos años y no había escrito una carta a una novia.
¿Qué rivales políticos le caen bien?
Me caen bien Rivera, Iglesias y Sánchez. Son de gente de trato muy afable. Mariano no porque no me recibe ni me paga lo que me debe.
¿Cómo se define ideológicamente?
Progresista.
¿Cuál es el mayor error que ha cometido en política?
Hay una historia de una empresa que hicimos a través de Costa Rica. Nos costó al Gobierno como 25 millones de euros y ellos ponían otros 25 para crear 400 puestos de trabajo al comienzo de la crisis. Quebró, perdieron todo y nosotros parte porque tuvimos que adjudicarlo a otra. Por lo demás, no tengo sensación de grandes errores de gestión. Jamás he hecho algo que sea ilegal. Como presidente, no adjudicó nada que no tenga todas las firmas de los órganos preceptivos.
El HuffPost agradece a Novotel Madrid Center por haber cedido sus instalaciones para la grabación de esta entrevista