Merkel suspende la venta de armas a Arabia Saudí por el 'caso Khashoggi'... ¿Y el resto?
Al menos por el momento, no son muchos los que quieren seguir los pasos alemanes...
El 'caso Khashoggi' ha dado la vuelta al mundo por la gravedad de los hechos. La muerte del periodista saudí Jamal Khashoggi en el consulado de su propio país en Estambul, Turquía, ha consternado más allá de las fronteras turcas y las consecuencias empiezan a notarse. Eso sí, de manera muy limitada ya que cómo responder al crimen, más allá de con las condenas o las amenazas veladas, resulta cuanto menos complicado ya que Arabia Saudí no deja de ser un aliado clave. En el centro del debate se encuentra la exportación de armas a Riad, que ya estaba en cuestión desde antes de la muerte del periodista, por su uso en la guerra del Yemen.
Y precisamente en este campo ha sido donde ha actuado la que ha abierto la veda: Alemania, que este domingo ha anunciado que dejará de exportar armas a Arabia Saudí hasta que ofrezca explicaciones por la desaparición y muerte de Khashoggi. Así lo ha afirmado este domingo a los medios la canciller Ángela Merkel en un acto de campaña. Este lunes ha dado un paso más y ha pedido a sus aliados que sigan su ejemplo, pero, al menos de momento, esto parece complicado.
El reino saudita admitió el sábado que Khashoggi, columnista del diario The Washington Post y crítico con el poder en Riad, fue asesinado dentro del consulado en Estambul el 2 de octubre. Por otro lado, múltiples fuentes aseguran que fue retenido sin causa alguna y sobrepasado por múltiples agresores en lo que se trataría de una ejecución extrajudicial.
Alemania: fin de la exportación de armas hasta nueva orden
"Antes que nada, condenamos este acto en los términos más duros", ha dicho, y ha añadido: "Existe una necesidad urgente de clarificar lo sucedido, pues estamos lejos de saber qué pasó y de que rindan cuentas los responsables (...) en tanto que esto afecta a las exportaciones de armamento, estas no podrán tener lugar bajo tales circunstancias", ha sentenciado la canciller alemana.
Merkel sabe muy dónde apunta: el comercio de armas con Arabia Saudí se ha convertido en un tema sensible desde el recrudecimiento de la guerra en Yemen en la que Riad lidera una coalición a la que se achacan algunos de los ataques más cruentos e indiscriminados.
Entre enero y septiembre de 2018 Alemania había autorizado exportaciones de armamentos hacia Arabia por el equivalente de 416,4 millones de euros.
Reino Unido y Francia: censura (y ya)
La respuesta de Londres y París ha sido mucho más tibia que la de sus socios alemanes. Así, han urgido este domingo a Riad a aclarar la muerte de Khashoggi. Todos son escépticos con la versión saudí sobre cómo murió el periodista, pero en el caso de británicos y franceses, al menos por el momento, no se ha dado ningún paso más.
De hecho, el ministro británico para el Brexit, Dominc Raab, ha afirmado que no ve 'creíble' la explicación de las autoridades de Arabia Saudí y que, aunque se trata de un "caso terrible", considera que su país no debe romper sus relaciones con Riad.
Londres no va a "cortar su relación con Arabia Saudí, no solo por la enorme cantidad de puestos de trabajo británicos que dependen de ello, sino porque si quieres influir sobre tus socios debes ser capaz de hablar con ellos", ha señalado el ministro.
Tanto el Partido Laborista como el Partido Liberal Demócrata han exigido al Gobierno británico que bloquee la venta de armas hacia Arabia Saudí, pero Raab ha asegurado que el régimen de exportaciones del Reino Unido "es uno de los más rigurosos" del mundo.
España: vuelta al debate
El Gobierno español emitió el sábado un comunicado en el que aseguraba estar "consternado" por la muerte del periodista saudí, aunque basaba su análisis en la información divulgada por la fiscalía saudí, sin cuestionar abiertamente la credibilidad de las diferentes versiones emitidas por Riad.
Por otro lado, la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados volverá a debatir esta semana sobre la venta de armas a Arabia Saudí. Por un lado, estudiará una iniciativa de Compromís que pide de nuevo un embargo de las exportaciones al país saudita mientras que, por otro, el PP defenderá no incluir "ningún filtro ideológico" en este tipo de operaciones.
Por su parte, Podemos ha pedido que España deje de vender armas a Arabia Saudí tras el asesinato de Jamal Khashoggi. Así lo ha explicado en un tuit el secretario de Organización y coportavoz de la formación, Pablo Echenique:
La venta de material de defensa y, en concreto, las exportaciones a Arabia Saudí, es un asunto que ha sido debatido en numerosas ocasiones por la Comisión de Defensa. Sin embargo, en esta ocasión el asunto volverá a la Cámara Baja después de la polémica por el frustrado anuncio de la ministra de Defensa, Margarita Robles, de paralizar un contrato de venta de 400 bombas por el riesgo de que fueran usadas en la guerra de Yemen.
Canadá: a la espera
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha afirmado que su país no descarta anular un importante contrato de venta de armas a Arabia Saudí tras la muerte del periodista Jamal Khashoggi.
En una entrevista difundida el domingo pero grabada el jueves, Trudeau ha subrayado que Canadá "siempre defiende los derechos humanos, incluso con Arabia Saudí".
Interrogado sobre el mantenimiento o no de un acuerdo de 15.000 millones de dólares canadienses (unos 11.450 millones de dólares estadounidenses) por la venta a Riad de vehículos blindados ligeros, el primer ministro ha declarado que existen "en el contrato cláusulas que deben ser respetadas sobre el uso de lo que se les vende". "Si no respetan esas cláusulas es seguro que se anulará el contrato", ha comentado.
Criticado por las organizaciones de defensa de los derechos humanos, este contrato fue firmado bajo la gestión del gobierno conservador que precedió al de Trudeau, según ha recordado el propio dirigente liberal.
La reglamentación canadiense sobre las ventas de material con fines militares prevé restricciones en caso de violaciones a los derechos humanos de ciudadanos del país comprador y prohíbe su uso contra civiles.
EEUU: un mero traspiés
La muerte del periodista Jamal Khashoggi será solo un mero traspiés en la sólida relación entre EEUU y Arabia Saudí, que atravesó su peor momento en la crisis del petróleo de 1973, pero ha terminado siendo un intercambio pragmático en el que el respeto a los derechos humanos es menos que secundario.
Expertos consultados por la agencia Efe coinciden en que la naturaleza de la alianza entre Riad y Washington impide que el caso Khashoggi tenga un gran impacto, puesto que cada parte satisface unas necesidades estratégicas que son clave para el otro lado y para las que sería difícil encontrar un sustituto.
Como uno de los mayores exportadores de crudo del mundo, Arabia Saudí juega un papel fundamental en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que influye en los precios. De ahí que, en opinión del analista Tom Lippman, del Instituto de Oriente Medio, la alianza solo sufrirá un "pequeño impacto" y, una vez que se disipe el escándalo, seguirá adelante porque las dos potencias se necesitan para contrarrestar el poder de Irán y luchar contra grupos terroristas como el Estado Islámico (EI).
"La relación -concluye- es muy importante para los dos y EEUU nunca, en 75 años, ha permitido que las cuestiones de derechos humanos o el destino de un individuo interfieran con ella".