Melania contradice a Trump y rechaza la separación de los menores de sus progenitores en la frontera
La primera dama cree que deben ser un país "que cumpla todas las leyes, pero también un país que se gobierne con corazón".
La primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, ha expresado este domingo su rechazo a la política oficial migratoria estadounidense al criticar la separación de los hijos menores de edad de los inmigrantes que cruzan ilegalmente la frontera.
"La señora Trump odia ver a los hijos separados de sus familias y espera que ambas partes puedan unirse para lograr una reforma de la inmigración exitosa. Cree que debemos ser un país que cumpla todas las leyes, pero también un país que se gobierne con corazón", ha afirmado la portavoz de Melania Trump, Stephanie Grisham, en declaraciones al portal político The Hill.
Esta postura está en contradicción con la política de "tolerancia cero" recientemente anunciada por el Gobierno por la que se perseguirá penalmente a todos los adultos que intenten cruzar ilegalmente la frontera sur de Estados Unidos. Como consecuencia, las familias son separadas, según ha reconocido el fiscal general, Jeff Sessions.
Esta política ha sido muy criticada por la oposición demócrata y los activistas de los derechos de los migrantes por considerar que es un tratamiento cruel y traumático para los menores. La Academia Americana de Pediatría ha criticado recientemente este nuevo enfoque porque podría provocar un "daño irreparable" a los menores.
Sin embargo, la Casa Blanca defiende su valor disuasorio e incluso ha intentado responsabilizar a los demócratas de esta nueva política con la intención declarada de forzar la negociación de un nuevo marco legal para la inmigración.
Laura Bush, muy crítica
El mandatario también tiene en su contra a figuras de la talla de la la ex primera dama Laura Bush. En una columna publicada este domingo en The Washington Post, sentencia que la política de separar a los padres y niños inmigrantes es "cruel", "inmoral" y que le "rompe el corazón".
Bush va a más y compara la política con el internamiento de japoneses estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial. "Aprecio la necesidad de hacer cumplir y proteger nuestras fronteras internacionales, pero esta política de tolerancia cero es cruel", ha escrito.