María Teresa Campos contra Telecinco: esto es la guerra
La cadena de Mediaset y la madre de 'las Campos' parecen tener posturas irreconciliables.
María Teresa Campos ha vuelto a las andadas y ha vuelto a abrir el fuego. A la presentadora no le tiembla la voz para cargar contra la que ha sido su casa durante veinte años: Mediaset. Telecinco y la Campos son enemigos más que declarados y ella está más on fire que nunca.
El grupo ha obligado a María Teresa a hacer lo que ella nunca quiso (ni quiere), jubilarse, a los 78 años. Mediaset se la quitó de encima cuando finalizó su contrato en exclusividad en marzo de este año y la cadena decidió no renovarlo. La presentadora no solo ha dejado de ser empleada, tampoco es ya espectadora, como si sus dos churumbeles —Terelu y Carmen Borrego— ya no trabajaran contando sus idas y venidas en Viva la vida los fines de semana. Exacto, en Telecinco. Incluso su nieta Alejandra Rubio tiene un canal en mtmad. Ya hace más de dos años que María Teresa no trabaja en Telecinco, pero ahora echa leña desde los canales de la competencia.
El HuffPost Life se ha puesto en contacto con una de sus hijas para conocer la versión de las Campos sobre la ruptura de una relación laboral que parecía destinada a durar de por vida, hasta la jubilación de Teresa (como la llama en público Terelu). La respuesta ha sido “no tenemos nada que decir”. Claro... siempre y cuando no sea en televisión o en revistas del corazón, previo pago:
Ya no existe vinculación entre María Teresa y Mediaset y casi podría ser un alivio para algunos... Porque la malagueña la ha tenido prácticamente con todos los presentadores que son imagen del grupo, incluso con el mismísimo consejero delegado, Paolo Vasile:
Pero no es ella la única que ha abierto fuego. En Mediaset ya no hay pudor para hablar sobre las intimidades de la que fue una de sus grandes bazas en la parrilla. Ahora hasta en Sábado Deluxe reciben a supuestas amigas muy íntimas de su pareja, Bigote Arrocet.
Sin embargo, las Campos deben ser de las que predican con el ‘más vale malo conocido que bueno por conocer’, porque la presentadora volvió a la cadena (primero estuvo entre 1996 y 2004 y luego entre 2007 y 2019) después de que el grupo tuviera que indemnizar a su hija Terelu por emitir unas imágenes con el que era su pareja, Pipi Estrada. Después de la cera que Aquí hay tomate le dio a Terelu. Tragaron. Como tragan ahora Terelu y Carmen los fines de semana. Como tragó la Pantoja, otra de los que dicen que es su dolor de cabeza porque se ha convertido en la dama de Telecinco y ella ya no lo es.
Según han apuntado amistades de María Teresa, uno de sus miedos al desaparecer de Mediaset era no poder mantener su elevado tren de vida (perdería alrededor de 20.000 euros al mes). El alto nivel que se pudo ver en el reality Las Campos (un docureality, según sus protagonistas), que también le costó algún disgusto en los debates emitidos tras los capítulos. Su personaje no se ha podido explotar más en la cadena en la que ya no la quieren pero en la que siguen hablando sobre su vida. Porque María Teresa, Terelu y Carmen dan audiencia.
Dice Terelu que su madre quiere vivir al margen de toda polémica, que la dejen en paz, pero la Campos no deja de lanzar pullas. La última con Toñi Moreno, que por cierto, en algún momento se irá de baja por maternidad, María Teresa...
Las idas y venidas de Telecinco con sus presentadores no es nada sorprendente: Sandra Barneda ya no aparece a menos que haya que sustituir a alguien, Toñi Moreno se vio desplazada a Mujeres y Hombres y Viceversa, María Teresa no consiguió su renovación... Ellas ocupan banquillo (en el mejor de los casos), mientras que Rafa Mora se estrena en Cazamariposas o Sofía Suescun prueba suerte de alguna manera en Supervivientes.
De momento, se sigue especulando sobre la vuelta de la Campos. La sorpresa es en qué cadena desembarcará, si lo hace, porque como dice ella “a los que nos dedicamos a hacer cosas para el público, nos retira el público cuando no nos quiere ver”. El problema, María Teresa, es qué tipo de público te quiere ver, porque seguir anclada a formatos como Qué tiempo tan feliz o a viejos clichés no es muy realista. No va con los tiempos. Aunque nadie pueda negarte toda una vida dedicada a la comunicación.