Manos a la ONU
Este mes, el Reino Unido preside el Consejo de Seguridad de la ONU y se va a poner manos a la obra para llevar la atención mundial a dos graves problemas: la lacra de la esclavitud moderna y los conflictos en África.
Conozco bien las Naciones Unidas. Pasé cinco años en la misión británica ante la ONU en los años 90, y sé que se critica su burocracia, lentitud o falta de actuación ante los conflictos graves. Es verdad que necesita reformas, pero quiero romper una lanza en su favor, porque la ONU ha conseguido mucho en sus 71 años de vida –no olvidemos que el mundo salía de una devastadora guerra con decenas de millones de muertos-, y sinceramente creo que el Reino Unido ha desempeñado un papel central todos estos años.
¿Qué es el Consejo de Seguridad? Es el órgano de la ONU encargado de mantener la paz y seguridad en el mundo. El Reino Unido, que ayudó a fundar esta organización hace algo más de 71 años, está orgulloso de ser uno de sus cinco miembros permanentes, a los que se suman otros 10 países que rotan cada dos años.
Uno de ellos es España, nuestro gran amigo y aliado, con el que yo también trabajé en mi época, un momento muy difícil por las guerras en la antigua Yugoslavia. Juntos, los dos países contribuimos a lograr la paz y juntos, militares españoles y británicos formaron parte de los cascos azules que se desplegaron en la zona.
España ha formado parte del Consejo de Seguridad en cinco ocasiones; la última fue desde enero de 2014 hasta diciembre del año pasado -mes en el que también ocupó la presidencia del Consejo. Nuestra colaboración, una vez más, ha sido excelente, y ha servido por ejemplo, para sacar adelante una resolución conjunta sobre Mujeres, Paz y Seguridad que pide aumentar la presencia de mujeres en los órganos de toma de decisiones en cuestiones de paz y seguridad, y aborda las acusaciones de abusos sexuales por parte de cascos azules.
Ahora nos toca a nosotros ocupar esa presidencia, y hay mucho trabajo por delante.
Un mes presidiendo la ONU puede parecer poco tiempo, pero se pueden hacer muchas cosas: fijar la agenda para los asuntos más importantes de la diplomacia internacional, tomar medidas legales para promocionar la democracia y los derechos humanos, autorizar misiones de mantenimiento de la paz, imponer sanciones económicas o aprobar misiones militares.
¿Y en qué nos vamos a centrar? En la esclavitud moderna, por ejemplo, que se ha visto reforzada por los diferentes conflictos en el mundo y que permite que terroristas y organizaciones criminales exploten a grupos vulnerables como mujeres, niños y refugiados. Queremos que este grave problema reciba más atención, y para ello vamos a celebrar un debate en el que hablaremos de cómo luchar contra las redes criminales internacionales que crean inestabilidad y se aprovechan de ella.
Nuestro segundo gran objetivo es la prevención de conflictos en África, y en concreto, en tres zonas: la cuenca del Chad, Sudán del Sur y Somalia. Mi homólogo ante la ONU, Matthew Rycroft, encabeza una delegación del Consejo de Seguridad que estos días visita la cuenca del Chad (que abarca los países de Chad, Camerún y Níger) para afrontar una crisis humanitaria enorme que no ha recibido la atención que debería y presionar para que se tomen medidas efectivas contra la amenaza que supone Boko Haram.
Además, vamos a organizar dos debates en la sede central en Nueva York sobre Somalia y Sudán del Sur. Yemen, Siria, las misiones de la ONU en Afganistán y Congo son otros de los asuntos de gran relevancia que abordaremos este mes.
Como país, como lo que ahora llamamos un Reino Unido Global, nos tomamos nuestras obligaciones internacionales muy en serio, ya sea con el compromiso de utilizar el 0,7 por ciento de nuestra renta nacional bruta en ayuda al desarrollo, que hemos hecho obligatorio por ley, o con el compromiso de la OTAN de destinar el 2 por ciento del PIB a la defensa. Hoy, más que nunca, estamos preparados para cumplir con nuestras responsabilidades en la tarea vital que es mantener la paz y la seguridad en el mundo.