‘Manuel’ Macron: su historia de pasión con el poder español
El presidente francés ha encontrado grandes aliados en Sánchez, Rajoy y el rey y una gran decepción con Rivera.
Domingo, 7 de mayo de 2017. Las televisiones emiten a todo trapo las imágenes de la victoria de Emmanuel Macron. El niño bonito de la política francesa, con una partido liberal de centro, rompe el esquema bipartidista y se hace con la victoria frente a la amenaza de la ultraderecha de Marine Le Pen. En España se respira. Y el Palacio de La Moncloa da la bienvenida rápidamente al ganador.
Estaba en el Gobierno Mariano Rajoy, que le hace llegar a su entonces futuro homólogo francés un telegrama. El español le dice que está convencido de que es un momento “clave” de la historia y saluda su “declarado espíritu reformista” y su “firme defensa del proceso de integración europea”. España se presenta como un socio “leal y comprometido”. Se despedía con la “esperanza de que pronto podamos encontrarnos”.
Apenas pasaría un mes para que se produjera ese primer encuentro de trabajo: el viernes 16 de junio Rajoy y Macron se abrazaban en los jardines del parisino palacio del Elíseo. En la política internacional española siempre hay tres puntos calientes cuando cambian de líder alguno de los dos países: Francia, Portugal y Marruecos. La importancia de la vecindad. Ya en aquel almuerzo sobre la mesa estarían algunos de los temas esenciales entre Francia y España: la política común europea de seguridad y defensa, la cooperación contra el terrorismo, las interconexiones energéticas y el Corredor Mediterráneo.
Arrancaba ahí una relación con los poderes españoles que siempre ha gozado de buena salud y que ha forjado algunas grandes alianzas en la Unión Europea, en la que Macron siempre ha quiero jugar un papel determinando relanzando el eje París-Berlín. Y Madrid quería estar ahí.
Macron ha encontrado grandes compañeros de viaje en el plano internacional en este lado de los Pirineos, con una excelente relación con el posterior presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Los dos no disimulan su buen feeling y hacen piña en muchos asuntos en Bruselas. Pero, además, la sintonía de Macron se extiende también con el rey Felipe VI, con quien ha compartido reuniones de trabajo y confidencias. Siendo partícipes también en muchos de estos encuentros la reina Letizia y Brigitte Macron (siempre se recordará aquel viaje a París de los monarcas poco antes de que se declara el estado de alarma).
Macron saltó del Gobierno socialista de François Hollande para superar los partidos tradicionales con una formación de corte centrista y liberal. Su socio natural era Ciudadanos, que entonces dirigía Albert Rivera. Otra historia de pasión, que acabó en un divorcio sonoro entre los dos. Cuando el francés se hizo con el Elíseo, se encontró en los naranjas un buen aliado, con proyectos comunes y con presencia en el Parlamento Europeo -una influencia que entonces no tenía el presidente galo-. Todo iba muy bien, el grupo ALDE estaba de moda…
Pero al poco tiempo, a finales de 2018, llegaría la primera gran decepción: Cs entraba en el Gobierno andaluz apoyado por Vox externamente. Esto chocaba directamente con el ideario del francés, hoy símbolo de la lucha contra la extrema derecha y firme defensor de los cordones sanitarios. Pues sus colegas españoles hacían lo contrario. Ya empezó a distanciarse.
Pero faltaba mucho por llegar. Y es que Rivera decidió hacer un cordón sanitario… al PSOE en las elecciones del 28-A. Al mes siguiente, en las municipales y autonómicas, Cs entraba en gobiernos a lo largo y ancho de toda España con el Partido Popular gracias a los votos de Vox. Fue entonces cuando Macron, a través de colaboradores suyos, mostraba su sorpresa y distanciamiento. Esa no era la clase de partido liberal que él entendía, pactaban con los enemigos de la democracia. Pasaba página de Rivera entonces y lo evidenciaba con gestos: esos días invitaba a Sánchez al Elíseo.
Y el rifirrafe definitivo fue cuando el entonces líder naranja lanzaba un día en Bruselas a los medios en medio de una cumbre de liberales: “Macron y el Gobierno francés, y hablamos con el Elíseo directamente, apoyan nuestros pactos. Nos han felicitado incluso, tanto en Andalucía como los acuerdos que estamos consiguiendo”. Fuentes del Elíseo a Efe entonces fueron tajantes a las pocas horas: Macron no había dicho ni en público ni en privado eso. Se acabó la historia.
En cambio, Macron ha encontrado en Sánchez un político con el que se siente cómodo y con el que libra batallas conjuntas en la Unión Europea. Entre sus últimos hitos ha estado el apoyo para intentar una reforma del mercado de la energía en Bruselas. En vísperas de las elecciones francesas, a pesar del mal resultado de Anne Hidalgo, el español junto a los otros dos grandes referentes de la socialdemocracia europea (el alemán Olaf Scholz y el portugués Antònio Costa) han firmado un manifiesto de apoyo a Macron.
Los tres señalan: “La segunda ronda de las elecciones presidenciales francesas no puede ser una elección ordinaria para nosotros. La elección a la que se enfrenta el pueblo francés es crítica, para Francia y para todos y cada uno de nosotros en Europa”.
Desde el Elíseo señalan que las relaciones bilaterales son “excelentes”, vienen “de lejos” y se han “reforzado”. “La relación bilateral, de gran confianza y excepcionalmente densa, se basa especialmente en una cooperación policial y judicial que ha contribuido, por ejemplo, a debilitar a ETA de forma duradera y en proyectos de cooperación concretos en el ámbito de las interconexiones, tanto de energía como de transporte, crucial para ambos países”, ahondan. Ademas, “la cooperación de Francia y España también se basa en la voluntad de reforzar la concertación acerca del futuro de la Unión Europea, a la luz de la gran convergencia de los puntos de vista de ambos países en los asuntos europeos”, concluyen.
Una relación política de primer nivel... y económica. Francia es el primer cliente comercial de España, muy por delante de Alemania, que es el segundo. Además, es el tercer proveedor para España, por detrás de Alemania y China, con 74.000 millones de euros de intercambios y un superávit de 200 millones de euros en 2019. España es uno de los 47 países prioritarios en el comercio exterior francés: Francia es el cuarto país que más invierte en nuestro país -por detrás de Países Bajos, Luxemburgo y el Reino Unido y por delante de Alemania, incluso-, y tiene más de 2.000 filiales aquí, que dan trabajo a casi 300.000 personas, indica el Gobierno de Macron. Las empresas españolas, por su parte, están presentes a través de más de 1.300 sucursales en Francia y emplean a más de 55.000 personas. ¿Y qué vendemos a los galos? Según datos del Ministerio de Exteriores, principalmente automóviles, tractores, maquinas, aparatos mecánicos, combustibles, materias plásticas y manufacturas de fundición.
Asimismo, en materia de turismo, los franceses son el principal mercado emisor para España, por delante de Alemania y el Reino Unidos. Sus lugares favoritos: Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares, Andalucía y Canarias.
En lo educativo y cultural, ambos vecinos son “socios privilegiados en el ámbito de la educación, de la universidad y de la Cultura”, dice París, pues siete de cada diez estudiantes franceses aprenden la lengua española mientras la francesa sigue ocupando “un lugar importante en el sistema educativo español”.
El pasado año, en la Cumbre hispano-francesa de Montauban, se alcanzó el hito de firmar el convenio de nacionalidad hispanofrancesa, por el cual se puede obtener la doble nacionalidad sin necesidad de tener que renunciar a una de las dos. Y para el presente año, París y Madrid esperan firmar su primer Tratado de Amistad y Cooperación Reforzada. Se trata de un documento que afianza y privilegia las relaciones bilaterales con la UE como marco, una vía para reforzar lazos país a país impulsada por Macron al calor de la marcha del Reino Unido del club comunitario y, también, de la marcha de Angela Merkel como canciller alemana, que le garantizaba una unión poderosa.
Desde 1963 hay un acuerdo similar entre Francia y Alemania, que vino marcado por la coyuntura histórica, y el año pasado se firmó otro con Italia, donde Macron está igualmente trabajando duro por forjar amistades, más que alianzas.
Iratxe García, presidenta del Grupo de Socialistas y Demócratas del Parlamento Europeo, explica a El HuffPost: “España y Francia mantienen una relación muy estrecha, lo que sin duda es lo más deseable entre vecinos. Pero es cierto que en el caso de estos mandatarios -Sánchez y Macron-, la relación ha sido de mucha cercanía y podría decirse que de confianza”. “Más allá de las cuestiones bilaterales, que se han abordado desde el entendimiento y con eficacia, me gustaría resaltar que en el ámbito europeo ha habido una gran sintonía. Ambos son profundamente europeístas, ambos defienden una Unión más social, sostenible y unida frente a las crisis y eso se ha podido comprobar en la gestión de la pandemia en el ámbito de la Comisión Europa, en la negociación de los Fondos de Recuperación, y ahora con la guerra en Ucrania”, sostiene.
Para añadir: “Pero hay una cuestión que es necesario abordar con urgencia, como son las interconexiones energéticas. Y en este punto, espero que esa buena sintonía sirva para encontrar una solución que posibilite avanzar en la suficiencia energética europea y estabilización de los precios”.
¿Qué importancia ha tenido la acción coordinada de los dos países en la UE en temas como los fondos covid o el debate energético? García contesta: “Una muy buena colaboración. Cuando en marzo de 2020 estalló la pandemia y el presidente Sánchez propuso un ‘plan Marshall’ con inversión pública para hacerle frente, hubo una conjunción de líderes que entendieron claramente que esto era una necesidad urgente. Uno de ellos fue Macron, pero también Costa en Portugal y el gobierno de coalición en Alemania, con Olaf Scholz como ministro de finanzas. Con este liderazgo colectivo conseguimos sacar adelante el Next Generation EU”.
“Más allá de las diferencias ideológicas entre Macron y la socialdemocracia, compartimos el compromiso por el proyecto europeo, por la defensa del estado de Derecho, la igualdad entre hombres y mujeres. Por eso es tan importante tener líderes europeístas en el Consejo de la UE. No siempre ha sido el caso, ni en Francia ni en España. Aunque en este punto me gustaría señalar que el proyecto europeo es un proyecto colectivo en el que sobran los perfiles excesivamente personalistas. La clave del éxito es la unidad, la coordinación y ser capaces de ver más allá de los intereses propios”, considera García.
En el horizonte europeo aparece el fantasma de que Le Pen lograra la victoria. Hace este análisis García: “Una victoria de la extrema derecha en Francia sería desastrosa para toda Europa, y por supuesto para España. La señora Le Pen ya ha dicho que querría desmantelar la Unión Europea, porque no cree en la solidaridad, en la responsabilidad compartida. Quiere retroceder en el tiempo a una Europa de nacionalismos, con Estados que compiten entre sí en vez de unir fuerzas y ayudarse mutuamente”.
“Por no hablar de su amistad con Vladimir Putin. Como otros líderes de la ultraderecha europea, Le Pen es una amenaza para la convivencia, por sus posturas xenófobas, para la democracia y el Estado de derecho. También para hacer frente a la extrema derecha la clave está en la fuerza de la unidad y huir de esos perfiles personalistas que pueden generar una polarización política que al final acabe provocando el auge de los extremismos. Pero yo confío en que el próximo domingo los y las votantes en Francia salgan masivamente a votar contra Le Pen y a favor de los valores compartidos de la UE, que este domingo representará Macron”, concluye la mano derecha de Sánchez en Bruselas.
Ahora busca también el máximo acercamiento ideológico al presidente francés el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo. La dirección entrante, a través de Elías Bendodo, señaló tras la primera vuelta: “Este PP se parece al partido de Macron”. “Lo más importante es que ha ganado la moderación”, resaltaba el ‘número tres’ de Génova, intentando capitalizar en parte ese éxito en España y alejándose del mal resultado de su partido hermano, Los Republicanos.
En lo que no se parece nada el nuevo PP a Macron es en la relación con la extrema derecha, mientras el francés lucha contra Le Pen, Feijóo ha dado su visto bueno al acuerdo en Castilla y León con el primer gobierno de coalición con Vox.
En toda España se estará muy atento a lo que pase este domingo con ‘Manuel’ Macron.