Macron contra Le Pen: dos modelos antagónicos de Francia
7 temas que muestran cómo los dos candidatos no tienen nada en común.
Nada tienen en común Emmanuel Macron, candidato a la reelección de la presidencia francesa, y Marine Le Pen, candidata del partido de extrema derecha Agrupación Nacional. Sus antagónicas posturas se extienden a todos los ámbitos: la guerra en Ucrania, pertenencia a la Unión Europea, economía, inmigración...
Son, en definitiva, dos candidatos con dos modelos radicalmente distintos que chocan en aspectos clave para los franceses y el resto del mundo. Este domingo 24 de abril Francia decidirá cuál de las dos opciones quiere para los próximos cinco años.
1. El tema estrella: el poder adquisitivo
En el ámbito económico Macron se siente más que cómodo. Los números le respaldan y es consciente de cómo beneficiarse de ello con vistas a salir reelegido: el producto interior bruto se ha recuperado a buen ritmo y, tras crecer un 1,9% en 2021, está ya muy cerca de recuperar el nivel previo a la pandemia. El paro marca sus mínimos desde 2008 y la inflación ha subido bastante menos que en los países comunitarios. Pero en este contexto aparece la que es la principal preocupación de los franceses en esta campaña electoral: el poder adquisitivo. Aunque este indicador también ha mejorado a finales de 2021 - creció un 0,8% en el cuarto trimestre-, la percepción de buena parte de la sociedad francesa es que esa mejoría económica no alcanza a todos.
Pero Macron ha dedicado buena parte de su campaña a presumir de haberlo mejorado en los últimos cinco años gracias a las bajadas de impuestos y persigue compensar el aumento de la inflación con ayudas puntuales, como una prima exenta de cotizaciones que las empresas pueden dar a sus trabajadores. También aboga por acabar con la tasa audiovisual que pagan la mayor parte de los franceses.
Otra idea tiene en la cabeza Le Pen, que asegura sentirse “obligada” a ser “la portavoz de los franceses”. La candidata asegura haber visto durante su campaña los problemas que tienen los franceses al poseer unos salarios que les permite “llegar a final de mes”. Por eso asegura que el poder adquisitivo sería una prioridad de ser elegida. Para ello, propone bajar del 20% al 5,5% el IVA de carburantes y electricidad, reducir los peajes de autopistas y la tasa audiovisual, además de mejoras fiscales a las familias con, al menos, dos hijos.
2. Las pensiones
En el caso de Macron ha sido uno de sus grandes quebraderos de cabeza: le persigue un intento frustrado de reformarlas, aplazado en 2018 ante las protestas de la ciudadanía que le hicieron alcanzar bajísimas cuotas de popularidad, y que ha retomado en los últimos meses, aunque con mucho menor calado. Ahora propone retrasar la edad mínima de jubilación de 62 a 65 años de forma paulatina, aunque con excepciones para los oficios más duros, al tiempo que apuesta por aumentar la pensión mínima hasta los 1.100 euros mensuales e indexar todas las pensiones con la inflación. Últimamente dice estar dispuesto a que se evalúe la necesidad de subir la edad hasta 65 o 64 años.
Por su parte, Le Pen pretende mantener la actual edad de jubilación en los 62, pero permitiendo que se jubilen con 60 quienes hayan comenzado a trabajar antes de los 20 y acumulen 40 años cotizados.
3. Inmigración
Macron pretende continuar con la actual política, pero endureciendo la concesión de visados para estancias de larga duración, que condicionaría a la superación de un examen de francés y a demostrar una inserción profesional.
Le Pen propone convocar un referéndum sobre la inmigración, reservar las ayudas sociales a los franceses y a los extranjeros que lleven cotizando al menos cinco años. Además, suprime el derecho automático a la nacionalidad francesa a los nacidos en Francia y limita el acceso a la nacionalidad. De paso, vincula la inmigración con su tema favorito: la seguridad. Así, la candidata de la extrema derecha se dedica a proclamar a los cuatro vientos que la situación del país “es realmente muy mala”. “Estamos ante una auténtica barbarie, una auténtica esclavitud. Estamos rodeados de inseguridad en las ciudades, en el campo, en los transportes” y sentencia que detrás de esto está la inmigración “anárquica y masiva”. Para revertir esa situación, el país necesita, según ella, “mayor firmeza”.
4. La guerra en Ucrania
La guerra en Ucrania ha cambiado por completo la campaña electoral francesa y lo ha condicionado todo. Macron ha sido más presidente que candidato y Le Pen ha tirado de ambigüedad por sus vínculos -y deudas económicas- con Rusia.
El candidato a la reelección ha asegurado que el rol de Francia y de Europa ha sido fundamental “para que los ucranianos hayan podido resistir la avanzada rusa” y ha asegurado que continuará enviando ayudas para la defensa y también para el ataque de las fuerzas de Ucrania. Además, busca seguir facilitando la acogida de refugiados de ese país e imponer duras sanciones a Rusia.
Mucho más confusa se ha mostrado Le Pen quien, por un lado, ha reiterado su solidaridad con el pueblo ucraniano, ha apoyado las medidas tomadas por el Gobierno de Macron e incluso las sanciones. No termina de aclarar su opinión y postura sobre la ayuda militar a Ucrania y la acogida de refugiados y, por otro lado, plantea una alianza con Rusia una vez que se acabe el conflicto con el argumento de que Europa está obligada a entenderse con Moscú para evitar que caiga en brazos de Pekín.
6. Medioambiente
Otro de los grandes temas en los que los dos candidatos no coinciden ni en medio punto. Pero ni en las causas de la mala situación actual ni es las soluciones. Para Macron el desarrollo de energías renovables tiene que ir en paralelo a la nuclear, se debe introducir un impuesto al carbono a nivel europeo, fomentar el coche eléctrico y financiar la renovación de 700.000 viviendas al año para que consuman menos energía.
Todo lo contrario propone Le Pen, que apuesta por la nuclear y propone eliminar la eólica, incluso desmantelando los aerogeneradores existentes. Promete ayudar a las empresas que compitan con rivales exteriores que contaminen más y lanzar un plan de renovación de viviendas.
7. Unión Europea
En 2017 la UE Marine Le Pen alardeaba de ser la persona que llevaría a Francia hacia ‘Frexit’: la salida del país de la Unión Europea como acababa de hacer Reino Unido. Ahora la candidata de la extrema derecha no es tan contundente, pero sigue siendo otro punto de choque entre ambos.
Macron, amante declarado de la UE y todo lo que ello implica, busca pasar de una Europa de la cooperación a una Europa convertida en potencia internacional, más soberana (sin dependencia energética o militar del exterior) y capaz de competir con Estados Unidos y China en todos los niveles.
Pero Le Pen apuesta por la supremacía del derecho nacional sobre el comunitario y una Francia que abandone el espacio Schengen. Quiere reducir las competencias de la Comisión Europea para transformar la UE en una Alianza de naciones libres y soberanas.
Y en este punto hay un bonus track: Macron asegura que su contrincante tiene una propuesta “escondida”: “salir del euro”. Un deseo que ha criticado fuertemente.