Lydia Bosch supera más de dos décadas de sufrimiento en televisión
Antena 3 le ha dado a la actriz la oportunidad de acabar con su tragedia.
“Sí... siempre [me han visto en] algo más dramático, ¿no?”, contestó Lydia Bosch, casi con tono de tristeza, el pasado viernes, cuando Manel Fuentes le planteó que el público no vería en ella lo que ha solido mostrar en televisión. La intérprete estaba a punto de romper el cascarón en Tu Cara Me Suena 9.
En el encuentro previo de todos los concursantes del programa de Antena 3, cuando se explayan con el presentador justo antes de pasar por el clonador, la actriz se mostró tímida, un poco cohibida e incluso nerviosa. Al terminar su actuación, el motivo de todo ello salió a la luz.
La también presentadora imitó a Ana Torroja e interpretó el tema No hay marcha en Nueva York. Calcó prácticamente todos los movimientos de la artista y el jurado valoró muy positivamente su capacidad vocal. Aunque fue terminar su actuación, aparecer Manel Fuentes en el escenario y... la actriz de 57 años se echó a llorar. El presentador solo pudo fundirse con ella en un abrazo y explicar qué hizo realmente que esas lágrimas brotaran.
Si ya dejó claro al empezar el concurso que entiende que el público solo ha percibido en ella una faceta dramática —algo con lo que apunta a romper en TCMS—, su debut en el programa de Antena 3 sumó para ella otro reto.
Tal y como desveló Manel Fuentes —y de no haberlo hecho, el público no lo habría notado—, Lydia Bosch había pasado recientemente el coronavirus, en el momento de la grabación, y se le recomendó no participar en la primera gala, dado que aún no había recuperado la capacidad pulmonar. Pero decidió sumarse al espectáculo, y romperse al acabar por no haber dado lo mejor de sí. “Soy muy perfeccionista”, dijo con los ojos llenos de agua.
Incluso Chenoa, parte del jurado junto a Lolita, Carlos Latre y Àngel Llàcer, resaltó la dificultad de haber imitado a Ana Torroja, una complicada actuación con una capacidad pulmonar bajo mínimos dado el tono vocal que caracteriza a la artista, subrayó.
Los últimos tiempos no han sido fáciles para Lydia Bosch. En noviembre de 2020 anunció que padecía cáncer de piel, con una imagen en la que se apreciaban heridas en su barbilla, justo debajo del labio inferior: “El principal factor de riesgo para desarrollar epiteliomas es la exposición al sol y yo desde mi adolescencia he comprado todas las papeletas para tenerlo (...) Tenemos que tomar conciencia y hacernos revisiones también de la piel para evitar males mayores. Yo voy a empezar a cuidarme en serio”.
En TCMS lloró, disfrutó, se emocionó al escuchar palabras afectuosas y “abrumada por tanto cariño”, recibió la ovación de las redes sociales —más de 2,7 millones de espectadores siguieron el programa (23,7% de share)— y muchos recordaron en ellas que quizás podrían ver de nuevo la versión fresca y cómica de la catalana en El juego de la oca. Así que esa afirmación con la voz baja de “sí... siempre [se me ha visto en] algo más dramático” ya no tiene por qué ser así.
Han sido más de dos décadas de sufrimiento las de Lydia Bosch en televisión: en Médico de familia, padeció la pérdida de una hermana y tardó cinco temporadas en conquistar a su cuñado y casarse con él; su marido murió en prisión y pasó capítulos y capítulos llorando, con ansiedad y en búsqueda de un asesino (Motivos personales); de nuevo, perdió a su hermana Belén Rueda en Los Serrano; secuestraron a su hija en Sin Identidad y otra de sus hijas, esta vez en La verdad, desapareció siendo niña.
Ahora, quien llora, no por tragedias, sino por emoción sana, es ella. TCMS ha hecho que Lydia Bosch supere 26 años de lágrimas en la pequeña pantalla.