Lukashenko defiende el aterrizaje:"No quería un pequeño Chernóbil. ¿Qué habría hecho EEUU?"
El dictador bielorruso sostiene que actuó conforme a la ley para "defender a las personas" por una amenaza de bomba llegada desde Suiza.
El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, ha justificado el aterrizaje forzoso que tuvo lugar el domingo en Minsk de un vuelo de Ryanair que cubría la ruta entre Atenas y Vilna, que acabó con la detención de un periodista crítico con su régimen, y ha asegurado que su intención era evitar “un pequeño Chernóbil”, algo que “cualquier otro país soberano hubiera hecho, como Estados Unidos”.
″¿Qué deberíamos haber hecho? (...) Respondimos adecuadamente a la información recibida”, ha expresado antes de resaltar que la alerta de bomba llegó desde Suiza y que fue recibida a la vez por los aeropuertos de Atenas (ciudad de origen del vuelo), Vilna (ciudad de destino) y Minsk. “La parte bielorrusa llevó rápidamente la información a la tripulación del avión de acuerdo con las normas internacionales. Porque en ese momento el avión cruzó la frontera de Bielorrusia y estaba en nuestro espacio aéreo”, ha explicado.
Así, ha advertido de que había 123 pasajeros a bordo de diferentes países, todos ellos “amenazados”. ”¿Qué queremos, un pequeño Cheróbil? ¿Y cómo reaccionaría Estados Unidos en una situación así, teniendo en cuenta su triste experiencia?”, ha lamentado.
Por eso, sostiene que su Gobierno ha actuado conforme a la ley para “defender a las personas” y “de acuerdo con todas la normas internacionales”, según ha enfatizado Lukashenko en una intervención ante ambas cámaras del Parlamento y otras autoridades, según la agencia oficial bielorrusa BELTA.
El mandatario aseguró, en una intervención que no fue retransmitida en directo, que las afirmaciones de que el avión de Ryanair fue obligado a aterrizar en el aeropuerto de Minsk por un caza MiG-29 es una “total mentira”. Recalcó además que la misión del caza bielorruso era garantizar las comunicaciones y acompañar al avión en caso de situación críticas hasta que aterrizara e insistió que la tripulación del avión se comunicó con su compañía y con el aeropuerto de Vilna, pero tomó la decisión de aterrizar en Minsk. La compañía aérea, irlandesa, dijo ayer que la decisión de aterrizar no fue suya, sino impuesta, recomendada por la supuesta amenaza.
En el aeropuerto de la capital bielorrusa, los pasajeros fueron sometidos a un control policial, en el curso del cual fue detenido el periodista opositor Román Protasevich y su pareja, la ciudadana rusa Sofía Sapega.
Los compañeros de Protasevich denunciaron que el aterrizaje forzoso en Minsk tras despegar el avión en Atenas fue una operación de las fuerzas de seguridad bielorrusas para capturarlo.
La comunidad internacional exige la liberación inmediata del periodista, incluido en una lista de extremistas por el KGB bielorruso, y de su pareja, Sofía Sapega.
En respuesta a la “piratería” y “secuestro” del avión por parte de Minsk, la Unión Europea (UE) ha acordado ampliar las sanciones contra el régimen de Lukashenko, cerrar el espacio aéreo con ese país y recomendar a las aerolíneas europeas evitar el sobrevuelo.
“Responderemos adecuadamente”
“Como predijimos, nuestros detractores, tanto dentro como fuera del país, han cambiado los métodos de ataque contra el Estado. Han cruzado numerosas líneas rojas (...). Ya no es una guerra informativa, es una guerra híbrida moderna. Hay que hacer todo lo posible para que no vaya más allá”, dijo el presidente bielorruso en la intervención editada, en alusión tanto a los disidentes de casa como a la UE y EEUU, que también ha amenazado con imponer nuevas sanciones, en consonancia con las de Bruselas. Dice que quienes lo censuran han superado “límites del sentido común y la moral humana”.
Agregó que sus adversarios “han pasado de la organización de revueltas a una etapa de estrangulamiento”. “Buscan nuevas vulnerabilidades y esto apunta no solo contra nosotros: para ellos somos un polígono de pruebas ante de lanzarse hacia el Este”, dijo en mandatario, aludiendo a que el próximo objetivo de sus adversarios puede ser Rusia, el país que da protección al régimen de Minks.
El objetivo, ha detallado, es “demonizar a Bielorrusia”. “Somos un país pequeño, pero responderemos adecuadamente. Hay ejemplos similares en el mundo. Y antes de hacer movimientos bruscos y precipitados, recuerde que Bielorrusia es el centro de Europa”, ha alertado en referencia a una posible nueva guerra mundial.